El término "germen" se utiliza para referirse a bacterias, virus, hongos y protozoos microscópicos que pueden provocar enfermedades.
Es conveniente que esté informado sobre los distintos tipos de gérmenes, de dónde vienen y cómo puede impedir que interfirieran en la vida y la salud de su hijo.
Lavarse las manos a conciencia es una de las medidas aisladas más importantes que usted y su hijo pueden adoptar para impedir que los gérmenes les provoquen infecciones y enfermedades.
Tipos de gérmenes
Las bacterias son organismos unicelulares diminutos que obtienen los nutrientes del ambiente que les rodea. En algunos casos, ese ambiente será el organismo de su hijo o de otro ser vivo.
Algunas bacterias son buenas para el organismo de su hijo -contribuyen a que el sistema digestivo funcione correctamente al mantener a raya a las bacterias nocivas. Algunas bacterias se utilizan para fabricar medicamentos y vacunas.
Pero las bacterias también pueden ocasionar problemas, como las caries, las infecciones urinarias o la faringitis estreptocócica.
Los virus no pueden sobrevivir, crecer ni reproducirse a menos que vivan en el organismo de su hijo u otra persona o animal. Los virus pueden sobrevivir durante muy poco tiempo fuera de un ser vivo.
Por ejemplo, pueden permanecer en una superficie, como un mostrador o el asiento de un inodoro en el seno de fluidos corporales infectados durante muy poco tiempo, pero mueren enseguida a menos que infecten a otro huésped.
Una vez se introducen en el cuerpo de su hijo, los virus proliferan rápidamente y pueden hacerle enfermar. Los virus son responsables de enfermedades de poca importancia, como los resfriados, y de otras extremadamente graves, como la viruela o el SIDA.
Los hongos son organismos multicelulares parecidos a las plantas que generalmente no representan ningún peligro para una persona sana. Los hongos obtienen los nutrientes de las plantas, los alimentos y los animales en ambientes húmedos y cálidos.
Dos infecciones fúngicas frecuentes son el pie de atleta y la infección por candida como la dermatitis del pañal. Las personas que tienen el sistema inmune debilitado (a consecuencia de enfermedades como el SIDA o el cáncer) pueden desarrollar infecciones por hongos más graves.
Los protozoos son organismos unicelulares, como las bacterias. Los protozoos proliferan en ambientes húmedos, de modo que las infecciones intestinales y otras enfermedades que provocan a menudo se contagian a través del agua contaminada.
En cuanto un organismo como una bacteria, un virus, un hongo o un protozoo invade el organismo de su hijo, se prepara para quedarse allí un buen tiempo.
Estos gérmenes extraen toda su energía de la de sus huéspedes, lesionando o destruyendo las células sanas. Y, conforme van utilizando los nutrientes y la energía del huésped, la mayoría producen productos de deshecho, conocidas como toxinas.
Algunas toxinas producen los síntomas molestos del resfriado común o de las infecciones parecidas a la gripe, como estornudos, secreción nasal y diarrea. Pero otras toxinas pueden provocar fiebre alta, aumento de la frecuencia cardiaca e incluso enfermedades que pueden poner en peligro la vida.
Si su hijo no se encuentra bien, el pediatra solicitará que le hagan análisis de sangre, cultivos de secreciones faríngeas o análisis de orina para determinar qué gérmenes (en el caso de que la causa de su malestar sean los gérmenes) le han hecho enfermar.
¿Cómo puedo proteger a mi hijo de los gérmenes?
Puesto que la mayoría de los gérmenes se propagan a través del aire mediante los estornudos o las tos, o bien través de fluidos corporales como el sudor, la saliva, el semen, el flujo vaginal o la sangre, su mejor apuesta es limitar el contacto de su hijo con esas sustancias en la medida de lo posible.
Lavarse las manos. Lavarse las manos usted mismo y enseñarle a su hijo la importancia de lavarse las manos son, sin lugar a dudas, las mejores formas de impedir que los gérmenes hagan que su hijo enferme.
Es especialmente importante que su hijo se lave las manos después de toser, sonarse la nariz, usar el váter, tocar alguna mascota u otro animal o dedicarse a la jardinería, y antes y después de visitar a un enfermo.
También deber enseñarle a su hijo cuál es la forma adecuada de lavarse las manos. Indíquele que use agua caliente y abundante habón, que se frote las manos enérgicamente por los menos durante 10 segundos (fuera del chorro de agua).
Puede probar a cantar una canción corta -por ejemplo, "Cumpleaños feliz"- durante el proceso para asegurarse de que dedica suficiente tiempo a la fase de enjabonado y frotado. Luego indíquele que se aclare bien las manos con agua y acabe secándoselas a conciencia con una toalla limpia.
Cuando usted y su hijo cocinen, lávese las manos antes de comer o de preparar ningún alimento, y asegúrese de que su hijo hace lo mismo.
Asegúrese de utilizar técnicas adecuadas para manipular la comida, como usar tablas, cubiertos y paños de cocina independientes para cortar y preparar carne o volatería cruda, y de usar agua caliente y jabón para limpiar tanto los utensilios como los pollos de la cocina.
Limpieza. Es una buena idea limpiar periódicamente los objetos de uso habitual del entorno doméstico donde se pueden acumular gérmenes, como juguetes, pomos de puertas, interruptores, fregaderos y las cadenas de los inodoros.
El agua jabonosa es perfectamente adecuada para limpiar esos objetos. Si prefiere utilizar algo más fuerte, tal vez quiera probar algún jabón bactericida. Tal vez no mate todos los gérmenes que pueden provocar enfermedades, pero puede reducir la cantidad de bacterias que contiene un objeto.
También puede utilizar lejía o una solución diluida que contenga lejía, pero tal vez prefiera utilizar agua y jabón después para que el fuerte olor de la lejía no irrite las mucosas nasales de su hijo.
Por lo general, es seguro utilizar cualquier producto de limpieza comercializado, pero evite utilizar varios productos o aerosoles químicos sobre el mismo objeto porque la mezcla de sustancias químicas podría irritar la piel o los ojos de su hijo.
Vacunas. Otra forma de combatir las infecciones provocadas por gérmenes es asegurarse de que su hijo tiene al día el calendario de vacunaciones, sobre todo si va a viajar al extranjero. Otras vacunas que se administran anualmente, como la vacuna antigripal.
Si tiene un hijo en edad adolescente que mantiene relaciones sexuales, es importante que sepa que el uso de preservativos puede ayudar a prevenir las infecciones porque los virus, bacterias, hongos y protozoos se pueden contagiar por vía oral, anal o vaginal. Asimismo, todos los adolescentes deberían vacunarse contra la hepatitis B.
Esta enfermedad se suele transmitir a través del contacto sexual, pero también mediante agujas contaminadas, como las que se utilizan para hacer tatuajes o para administrase determinadas drogas por vía intravenosa. Con un poco de prevención, ¡podrá mantener a raya a esos gérmenes tan nocivos!.
Es conveniente que esté informado sobre los distintos tipos de gérmenes, de dónde vienen y cómo puede impedir que interfirieran en la vida y la salud de su hijo.
Lavarse las manos a conciencia es una de las medidas aisladas más importantes que usted y su hijo pueden adoptar para impedir que los gérmenes les provoquen infecciones y enfermedades.
Tipos de gérmenes
Las bacterias son organismos unicelulares diminutos que obtienen los nutrientes del ambiente que les rodea. En algunos casos, ese ambiente será el organismo de su hijo o de otro ser vivo.
Algunas bacterias son buenas para el organismo de su hijo -contribuyen a que el sistema digestivo funcione correctamente al mantener a raya a las bacterias nocivas. Algunas bacterias se utilizan para fabricar medicamentos y vacunas.
Pero las bacterias también pueden ocasionar problemas, como las caries, las infecciones urinarias o la faringitis estreptocócica.
Los virus no pueden sobrevivir, crecer ni reproducirse a menos que vivan en el organismo de su hijo u otra persona o animal. Los virus pueden sobrevivir durante muy poco tiempo fuera de un ser vivo.
Por ejemplo, pueden permanecer en una superficie, como un mostrador o el asiento de un inodoro en el seno de fluidos corporales infectados durante muy poco tiempo, pero mueren enseguida a menos que infecten a otro huésped.
Una vez se introducen en el cuerpo de su hijo, los virus proliferan rápidamente y pueden hacerle enfermar. Los virus son responsables de enfermedades de poca importancia, como los resfriados, y de otras extremadamente graves, como la viruela o el SIDA.
Los hongos son organismos multicelulares parecidos a las plantas que generalmente no representan ningún peligro para una persona sana. Los hongos obtienen los nutrientes de las plantas, los alimentos y los animales en ambientes húmedos y cálidos.
Dos infecciones fúngicas frecuentes son el pie de atleta y la infección por candida como la dermatitis del pañal. Las personas que tienen el sistema inmune debilitado (a consecuencia de enfermedades como el SIDA o el cáncer) pueden desarrollar infecciones por hongos más graves.
Los protozoos son organismos unicelulares, como las bacterias. Los protozoos proliferan en ambientes húmedos, de modo que las infecciones intestinales y otras enfermedades que provocan a menudo se contagian a través del agua contaminada.
En cuanto un organismo como una bacteria, un virus, un hongo o un protozoo invade el organismo de su hijo, se prepara para quedarse allí un buen tiempo.
Estos gérmenes extraen toda su energía de la de sus huéspedes, lesionando o destruyendo las células sanas. Y, conforme van utilizando los nutrientes y la energía del huésped, la mayoría producen productos de deshecho, conocidas como toxinas.
Algunas toxinas producen los síntomas molestos del resfriado común o de las infecciones parecidas a la gripe, como estornudos, secreción nasal y diarrea. Pero otras toxinas pueden provocar fiebre alta, aumento de la frecuencia cardiaca e incluso enfermedades que pueden poner en peligro la vida.
Si su hijo no se encuentra bien, el pediatra solicitará que le hagan análisis de sangre, cultivos de secreciones faríngeas o análisis de orina para determinar qué gérmenes (en el caso de que la causa de su malestar sean los gérmenes) le han hecho enfermar.
¿Cómo puedo proteger a mi hijo de los gérmenes?
Puesto que la mayoría de los gérmenes se propagan a través del aire mediante los estornudos o las tos, o bien través de fluidos corporales como el sudor, la saliva, el semen, el flujo vaginal o la sangre, su mejor apuesta es limitar el contacto de su hijo con esas sustancias en la medida de lo posible.
Lavarse las manos. Lavarse las manos usted mismo y enseñarle a su hijo la importancia de lavarse las manos son, sin lugar a dudas, las mejores formas de impedir que los gérmenes hagan que su hijo enferme.
Es especialmente importante que su hijo se lave las manos después de toser, sonarse la nariz, usar el váter, tocar alguna mascota u otro animal o dedicarse a la jardinería, y antes y después de visitar a un enfermo.
También deber enseñarle a su hijo cuál es la forma adecuada de lavarse las manos. Indíquele que use agua caliente y abundante habón, que se frote las manos enérgicamente por los menos durante 10 segundos (fuera del chorro de agua).
Puede probar a cantar una canción corta -por ejemplo, "Cumpleaños feliz"- durante el proceso para asegurarse de que dedica suficiente tiempo a la fase de enjabonado y frotado. Luego indíquele que se aclare bien las manos con agua y acabe secándoselas a conciencia con una toalla limpia.
Cuando usted y su hijo cocinen, lávese las manos antes de comer o de preparar ningún alimento, y asegúrese de que su hijo hace lo mismo.
Asegúrese de utilizar técnicas adecuadas para manipular la comida, como usar tablas, cubiertos y paños de cocina independientes para cortar y preparar carne o volatería cruda, y de usar agua caliente y jabón para limpiar tanto los utensilios como los pollos de la cocina.
Limpieza. Es una buena idea limpiar periódicamente los objetos de uso habitual del entorno doméstico donde se pueden acumular gérmenes, como juguetes, pomos de puertas, interruptores, fregaderos y las cadenas de los inodoros.
El agua jabonosa es perfectamente adecuada para limpiar esos objetos. Si prefiere utilizar algo más fuerte, tal vez quiera probar algún jabón bactericida. Tal vez no mate todos los gérmenes que pueden provocar enfermedades, pero puede reducir la cantidad de bacterias que contiene un objeto.
También puede utilizar lejía o una solución diluida que contenga lejía, pero tal vez prefiera utilizar agua y jabón después para que el fuerte olor de la lejía no irrite las mucosas nasales de su hijo.
Por lo general, es seguro utilizar cualquier producto de limpieza comercializado, pero evite utilizar varios productos o aerosoles químicos sobre el mismo objeto porque la mezcla de sustancias químicas podría irritar la piel o los ojos de su hijo.
Vacunas. Otra forma de combatir las infecciones provocadas por gérmenes es asegurarse de que su hijo tiene al día el calendario de vacunaciones, sobre todo si va a viajar al extranjero. Otras vacunas que se administran anualmente, como la vacuna antigripal.
Si tiene un hijo en edad adolescente que mantiene relaciones sexuales, es importante que sepa que el uso de preservativos puede ayudar a prevenir las infecciones porque los virus, bacterias, hongos y protozoos se pueden contagiar por vía oral, anal o vaginal. Asimismo, todos los adolescentes deberían vacunarse contra la hepatitis B.
Esta enfermedad se suele transmitir a través del contacto sexual, pero también mediante agujas contaminadas, como las que se utilizan para hacer tatuajes o para administrase determinadas drogas por vía intravenosa. Con un poco de prevención, ¡podrá mantener a raya a esos gérmenes tan nocivos!.
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