Me siento bastante estresada
con la presencia de las
cámara constantemente sobre ella
Lo que llegan hacer algunas para poder disfrutar de un poco de intimidad y salir corriendo de los problemas y del acoso continuo de los paparazzi.
Por ejemplo, Beyonce, ha confesado recientemente que se siente bastante estresada con eso de que no le dejen ir a ningún lado sin que sienta la presencia de una cámara constantemente sobre ella.
Por eso se las ha ingeniado para poder salir a correr por Central Park con su entrenador sin que nadie se percate de que la moza que está calentando en el banco, dispuesta a quemar unas cuantas calorías, no es otra sino Beyonce:
“Me encanta correr en el Central Park. Sólo yo y mi entrenador. Así que me visto como un varón y nadie sabe que soy yo”.
Eso es. Se enfunda una sudadera con capucha, unos pantalones que le queden bien holgaditos para que no realcen sus caderas ni sus piernas, se enchufa su I-pod y a quemar millas sin que nadie la agobie ni ella tenga que aumentar el ritmo de su carrera para huir del acoso mediático.
Es triste pero cierto. Hasta este punto han de llegar muchas estrellas para poder hacer vida normal pero, ese es el precio de la fama y creedme que con lo que ganan, están dispuestos a pagarlo.
Lo que llegan hacer algunas para poder disfrutar de un poco de intimidad y salir corriendo de los problemas y del acoso continuo de los paparazzi.
Por ejemplo, Beyonce, ha confesado recientemente que se siente bastante estresada con eso de que no le dejen ir a ningún lado sin que sienta la presencia de una cámara constantemente sobre ella.
Por eso se las ha ingeniado para poder salir a correr por Central Park con su entrenador sin que nadie se percate de que la moza que está calentando en el banco, dispuesta a quemar unas cuantas calorías, no es otra sino Beyonce:
“Me encanta correr en el Central Park. Sólo yo y mi entrenador. Así que me visto como un varón y nadie sabe que soy yo”.
Eso es. Se enfunda una sudadera con capucha, unos pantalones que le queden bien holgaditos para que no realcen sus caderas ni sus piernas, se enchufa su I-pod y a quemar millas sin que nadie la agobie ni ella tenga que aumentar el ritmo de su carrera para huir del acoso mediático.
Es triste pero cierto. Hasta este punto han de llegar muchas estrellas para poder hacer vida normal pero, ese es el precio de la fama y creedme que con lo que ganan, están dispuestos a pagarlo.
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