pide perdón a la víctima
ROMA. - El Papa Benedicto XVI ha aceptado la renuncia del obispo de la Diócesis de Brujas (Bélgica), monseñor Roger Joseph Vangheluwe, después de que éste confesara haber abusado sexualmente de un menor.
Además del comunicado en el que se informa de que el Papa acepta su dimisión, el Vaticano difundió una nota en la que el hasta ahora obispo Vangheluwe admite los hechos y pide perdón "a la víctima, a su familia, a toda la comunidad católica y a la sociedad en general".
El obispo de la ciudad belga de Brujas, Roger Vangheluwe, presentó ayer su dimisión, después de haber sido acusado de abuso sexual, informó la agencia de noticias local citando a la familia del religioso.
Vangheluwe, de 74 años, dirige la diócesis de Brujas desde hace 25 años, por lo que es actualmente el obispo más antiguo de la Iglesia Católica en Bélgica.
En tanto, el papa Benedicto XVI aceptó su renuncia de inmediato, informó el Vaticano, en conformidad con el artículo 401/2 del Código de Derecho Canónico, por el que "se ruega encarecidamente" a los obispos diocesanos que presenten su renuncia "si por enfermedad u otra causa grave quedase disminuida su capacidad para desempeñarlo".
En un comunicado hecho público por el Vaticano, el prelado declaró que cuando era un "simple sacerdote" y durante "un cierto tiempo" abusó sexualmente de un joven. "La víctima sigue todavía marcada y en los últimos decenios le he reconocido mi culpa, así como a su familia, y les he pedido perdón. Pero no les ha pacificado y tampoco yo estoy en paz. El temporal mediático de estas últimas semanas ha reforzado el trauma y no es posible continuar en esa situación", afirmó el obispo.
El prelado añadió en su confesión: "Estoy profundamente disgustado por lo que he hecho y presento mis excusas más sinceras a la víctima, a su familia, a toda la comunidad y a la sociedad en general".
Benedicto XVI aceptó ayer la dimisión de monseñor James Moriarty, el tercer obispo irlandés que renuncia en medio del escándalo por pedofilia en su país. Moriarty, que fue obispo auxiliar de Dublín, diócesis en la que cientos de niños sufrieron abusos sistemáticos de parte de religiosos -según dos informes gubernamentales que así lo denunciaron-, pidió perdón a las víctimas y admitió que podría haber desafiado "la cultura imperante" que reinaba en ese momento, que apuntaba a silenciar los casos para defender la imagen de la Iglesia.
Por otra parte, uno de los obispos más importantes de Alemania, Walter Mixa, de Augsburg, desde hace semanas en el ojo de la tormenta por haber admitido haberles pegado a chicos de un orfanato que dirigió entre 1976 y 1996, presentó su pedido de renuncia ante Benedicto XVI.
Aunque no está acusado por abusos, se trata del primer obispo alemán que dimite desde que estalló el escándalo en ese país.
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