
Aseguran que su uso prolongado se asocia a caries, deficiencias de hierro, excesivo consumo de leche y obesidad
Para muchos padres es casi una misión casi imposible hacer que sus pequeños dejen la mamadera o el chupete.
Hasta ahora. Es que un reciente estudio demostró que un pequeño protocolo facilitado por el pediatra puede ayudar a los progenitores a "destetar" a sus hijos.
La Asociación Americana de Pediatría recomendó la retirada completa de la mamadera en niños sanos a los 15 meses , pero todavía hoy muchos médicos y aún más padres y madres desconocen este consejo.
Según publicó el diario El Mundo, el motivo por el que debería quitarse a esa edad radica en que su uso prolongado se asocia a caries, deficiencias de hierro, excesivo consumo de leche y obesidad. Asimismo, la institución recomienda que los menores de dos años no excedan las dos tazas de leche al día.
La investigación, publicada en la revista Pediatrics, constató que una reducida intervención de cinco minutos en la consulta es eficaz a la hora de que los más pequeños cambien la mamadera por la taza a tiempo.
La intervención se realiza a los nueve meses, "edad suficiente en la que se puede modificar el comportamiento de los más pequeños, con una mínima resistencia por su parte" , según los autores del ensayo, dirigidos por Jonathan Maguire, del St Michael's Hospital, de Torontó (Canadá).
El estudio, realizado en colaboración con expertos del también canadiense Hospital Para Niños Enfermos (SickKids), contó con la participaron de 251 niños y sus padres, que acudieron a consulta para el chequeo rutinario de los nueves meses, y que fueron divididos en dos grupos.
Mientras que en uno de ellos el pediatra mostró a los progenitores los riesgos asociados al uso excesivo de la mamadera, además de un breve protocolo para guiarles en la forma de retirarla, el otro grupo no recibió este tipo de información.
Si los padres que habían recibido los consejos no lograban que su hijo abandonara la mamadera tenían que volver cuando éste cumpliera 15 meses para repetir el protocolo.
En la intervención educativa, 'para una sencilla transición' se les aconsejó: "Ofrecer la taza o el vaso en lugar de la mamadera en todas las comidas que se realicen entre horas.
Empezar por ofrecer el vaso en cada nueva comida cada dos días hasta que abandone su uso. Usar siempre el vaso o la taza en la misma comida e intentar no sentarle en la silla donde tomaba la mamadera".
A estos consejos añadieron: "No quitarle la mamadera de golpe, sino de forma gradual y con cariño. No dejar que se vaya a la cama ni con la mamadera ni con la taza. No utilizar la mamadera como método para calmarle y, finalmente, si necesita calmarse ofrecerle beber a pequeños sorbos del vaso o la taza".
Los científicos realizaron un seguimiento a los menores hasta que cumplieron los dos años, momento en el que comprobaron sus niveles de hierro, así como el 'destete'. También se preguntó por el consumo de leche.
Los datos revelaron que "pese a que los menores con deficiencias de hierro y exceso de consumo de leche fueron similares en ambos grupos, el programa educativo sirvió para que un 60% de los pequeños no prolongara el uso de la mamadera", determinaron los autores.
Para el director del ensayo, los resultados demostraron que "es posible que los profesionales de la salud puedan influir positivamente en los padres para evitar que sus hijos desarrollen hábitos no saludables". Fuente IB
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