El mandatario norteamericano viaja a la zona del Golfo de México afectada por el desastre del vertido de crudo, que sigue incontrolado.
La marea negra amenaza con convertirse en la mayor catástrofe ecológica.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, visita hoy la zona del Golfo de México afectada por el desastre del vertido de crudo, que sigue incontrolado y creciendo día a día, poniendo en peligro uno de los ecosistemas más ricos del país.
La visita presidencial, anunciada este sábado, se produce en un momento en que crecen las alarmas por la magnitud impredecible del desastre, que amenaza con convertirse en la mayor catástrofe ecológica de la historia de los Estados Unidos, y que colocó ya en situación de emergencia a tres estados, Luisiana, Florida y Alabama.
Obama pretende con su visita ver de cerca el desastre y respaldar el dispositivo que se ha desplegado para tratar de contener la gigantesca mancha de crudo que se extiende frente a las costas de Luisiana.
La mancha, con una superficie de casi 10.000 kilómetros cuadrados, como la isla de Puerto Rico, ya ha comenzado a contaminar los humedales y a afectar a las aves que se posan allí durante su trayecto migratorio.
La marea negra amenaza con convertirse en la mayor catástrofe ecológica.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, visita hoy la zona del Golfo de México afectada por el desastre del vertido de crudo, que sigue incontrolado y creciendo día a día, poniendo en peligro uno de los ecosistemas más ricos del país.
La visita presidencial, anunciada este sábado, se produce en un momento en que crecen las alarmas por la magnitud impredecible del desastre, que amenaza con convertirse en la mayor catástrofe ecológica de la historia de los Estados Unidos, y que colocó ya en situación de emergencia a tres estados, Luisiana, Florida y Alabama.
Obama pretende con su visita ver de cerca el desastre y respaldar el dispositivo que se ha desplegado para tratar de contener la gigantesca mancha de crudo que se extiende frente a las costas de Luisiana.
La mancha, con una superficie de casi 10.000 kilómetros cuadrados, como la isla de Puerto Rico, ya ha comenzado a contaminar los humedales y a afectar a las aves que se posan allí durante su trayecto migratorio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario