Especialistas de la Universidad de Navarra realizaron una investigación que se propuso abordar algunos mitos y demostró que lo mejor para no engordar es no haber fumado nunca
Que el cigarrillo ayuda a no engordar; que al dejar se produce una "explosión" orgánica en la cual producto del desajuste generado al abandonar el hábito el cuerpo cambia y los kilos aumentan considerablemente.
Que no, que lo mejor es no fumar nunca para poder mantener un peso ideal. Todas estas frases se escuchan muy a menudo entre la gente, tanto mujeres como hombres, cuando se discuten las principales ventajas o desventajas del fumar, un acto que se sabe claramente nocivo para el organismo.
Pero, ¿cuál es la verdad? ¿Existe una raíz científica que sostenga aquello que sobre todo las chicas señalan con tanta vehemencia: "El cigarrillo ayuda a no aumentar de peso". ¿Esa es la razón por la cual al dejar de fumar se engorda?
Justamente a fin de desentrañar ese interrogante el doctor Francisco Javier Basterra-Gortari, del departamento de Medicina Preventiva de la Universidad de Navarra en España, realizó una investigación a través de la cual concluyó que, contrariamente a lo que se cree, el cigarrillo no sólo no ayuda a mantener un peso adecuado o ideal, sino que además engorda.
"La gente cree -erróneamente- que el tabaco adelgaza o al menos ayuda. Pero eso no es así. De hecho, en nuestra experiencia hemos podido mostrar que, ciertamente, el mito que indica que al dejar de fumar se engorda es real; pero además y fundamentalmente hemos visto que también los fumadores activos, progresivamente y casi sin darse cuenta, van aumentando de peso", remarcó el especialista, líder del análisis que se prolongó por cuatro años, del cual participaron 7.565 personas y cuyas conclusiones integran la reciente edición de la Revista Española de Cardiología.
Durante el mencionado período, los participantes fueron analizados en función de sus hábitos dietéticos auque también en relación al grado, tipo y cantidad de actividad física realizada. Su peso también fue evaluado periódicamente.
"Tomando como referencia a las personas no fumadoras (y que además nunca habían tenido el hábito) involucradas en el estudio, encontramos que los fumadores activos aumentaron exactamente medio kilo.
También se registró un incremento -en este caso mayor- en los hombres y las mujeres que al comenzar el estudio fumaban y en algún momento de este decidieron abandonar.
En esos casos el incremento fue de entre 1,5 y 2 kilogramos", afirmó el doctor Basterra-Gortari.
"Además pudimos comprobar lo que dice el mito: las mujeres del estudio que en algún momento dejaron de fumar aumentaron entre 300 y 400 gramos. Como investigadores tenemos muy en cuenta que este aumento a priori puede no parecer muy importante.
Pero si pensamos que la experiencia sólo se extendió por cuatro años, nos daremos cuenta que en el curso de la vida este incremento puede acentuarse cada vez más", agregó el científico español.
Aunque el tabaquismo, tal como postuló al ser consultado por PRO-SALUD News el doctor Fernando Müller, médico especialista en Clínica Médica y Medicina Interna, director del Proyecto Medef (Médico Especialista en Dejar de Fumar), "afecta a ambos sexos por igual, ya que tanto las mujeres como los hombres que fuman corren el mismo riesgo", la realidad es que en caso de ellas la cesación a veces puede complicarse más debido a la dependencia que existe en relación a la ganancia de peso.
"Por eso, añadió Müller, además socio fundador de Asociación Argentina de Tabacología (AsAT), es importante que siempre se cuente con apoyo médico al intentar dejar de fumar, para que esas situaciones aleatorias que hacen a la cesación puedan ser manejadas por un profesional".
Más allá de estos hallazgos, los especialistas no fueron capaces de explicar el porqué de la relación entre el tabaquismo (o la cesación) y los cambios de peso.
Sin embargo, esbozaron: "La causa probablemente esté relacionada con una cuestión de hábitos. Si pensamos que una persona fuma sabiendo lo dañino que es para el organismo, podemos inferir que no se cuida del todo y que es probable que caiga en otros hábitos igual o más nocivos".
"De ahí se desprende un concepto a mi criterio fundamental: el tabaquismo es un factor de riesgo, no sólo en sí mismo sino también por las condiciones de vida que genera y porque influye en el desarrollo de muchas patologías y afecciones de variada severidad", finalizó el doctor Francisco Javier Basterra-Gortari, tal como consta en la última edición de la Revista Española de Cardiología. Vía IB
Que el cigarrillo ayuda a no engordar; que al dejar se produce una "explosión" orgánica en la cual producto del desajuste generado al abandonar el hábito el cuerpo cambia y los kilos aumentan considerablemente.
Que no, que lo mejor es no fumar nunca para poder mantener un peso ideal. Todas estas frases se escuchan muy a menudo entre la gente, tanto mujeres como hombres, cuando se discuten las principales ventajas o desventajas del fumar, un acto que se sabe claramente nocivo para el organismo.
Pero, ¿cuál es la verdad? ¿Existe una raíz científica que sostenga aquello que sobre todo las chicas señalan con tanta vehemencia: "El cigarrillo ayuda a no aumentar de peso". ¿Esa es la razón por la cual al dejar de fumar se engorda?
Justamente a fin de desentrañar ese interrogante el doctor Francisco Javier Basterra-Gortari, del departamento de Medicina Preventiva de la Universidad de Navarra en España, realizó una investigación a través de la cual concluyó que, contrariamente a lo que se cree, el cigarrillo no sólo no ayuda a mantener un peso adecuado o ideal, sino que además engorda.
"La gente cree -erróneamente- que el tabaco adelgaza o al menos ayuda. Pero eso no es así. De hecho, en nuestra experiencia hemos podido mostrar que, ciertamente, el mito que indica que al dejar de fumar se engorda es real; pero además y fundamentalmente hemos visto que también los fumadores activos, progresivamente y casi sin darse cuenta, van aumentando de peso", remarcó el especialista, líder del análisis que se prolongó por cuatro años, del cual participaron 7.565 personas y cuyas conclusiones integran la reciente edición de la Revista Española de Cardiología.
Durante el mencionado período, los participantes fueron analizados en función de sus hábitos dietéticos auque también en relación al grado, tipo y cantidad de actividad física realizada. Su peso también fue evaluado periódicamente.
"Tomando como referencia a las personas no fumadoras (y que además nunca habían tenido el hábito) involucradas en el estudio, encontramos que los fumadores activos aumentaron exactamente medio kilo.
También se registró un incremento -en este caso mayor- en los hombres y las mujeres que al comenzar el estudio fumaban y en algún momento de este decidieron abandonar.
En esos casos el incremento fue de entre 1,5 y 2 kilogramos", afirmó el doctor Basterra-Gortari.
"Además pudimos comprobar lo que dice el mito: las mujeres del estudio que en algún momento dejaron de fumar aumentaron entre 300 y 400 gramos. Como investigadores tenemos muy en cuenta que este aumento a priori puede no parecer muy importante.
Pero si pensamos que la experiencia sólo se extendió por cuatro años, nos daremos cuenta que en el curso de la vida este incremento puede acentuarse cada vez más", agregó el científico español.
Aunque el tabaquismo, tal como postuló al ser consultado por PRO-SALUD News el doctor Fernando Müller, médico especialista en Clínica Médica y Medicina Interna, director del Proyecto Medef (Médico Especialista en Dejar de Fumar), "afecta a ambos sexos por igual, ya que tanto las mujeres como los hombres que fuman corren el mismo riesgo", la realidad es que en caso de ellas la cesación a veces puede complicarse más debido a la dependencia que existe en relación a la ganancia de peso.
"Por eso, añadió Müller, además socio fundador de Asociación Argentina de Tabacología (AsAT), es importante que siempre se cuente con apoyo médico al intentar dejar de fumar, para que esas situaciones aleatorias que hacen a la cesación puedan ser manejadas por un profesional".
Más allá de estos hallazgos, los especialistas no fueron capaces de explicar el porqué de la relación entre el tabaquismo (o la cesación) y los cambios de peso.
Sin embargo, esbozaron: "La causa probablemente esté relacionada con una cuestión de hábitos. Si pensamos que una persona fuma sabiendo lo dañino que es para el organismo, podemos inferir que no se cuida del todo y que es probable que caiga en otros hábitos igual o más nocivos".
"De ahí se desprende un concepto a mi criterio fundamental: el tabaquismo es un factor de riesgo, no sólo en sí mismo sino también por las condiciones de vida que genera y porque influye en el desarrollo de muchas patologías y afecciones de variada severidad", finalizó el doctor Francisco Javier Basterra-Gortari, tal como consta en la última edición de la Revista Española de Cardiología. Vía IB
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