
Unas a otras se desligan de las negligencias y errores de procedimiento que se cometieron.
En el marco de las audiencias organizadas por el Senado de los Estados Unidos, los líderes de las tres empresas involucradas con el derrame de crudo sobre las aguas del Golfo de México se acusan unos a los otros por el desastre ambiental, desatado hace tres semana.
El presidente de la empresa British Petroleum America, Lamar McKay, sostuvo que
el derrame que amenaza la vida animal de la costa de Luisiana- fue causado por la falla de un mecanismo de seguridad fabricado por otra compañía.
BP había alquilado la plataforma, que finalmente se hundió, a esa firma para perforar en un yacimiento conocido como Mississippi Canyon Area.
"Los sistemas están diseñados para sellarse en caso de accidente y para que no yerren", se desprendió McKay y acotó: "Desafortunadamente, por razones que aún desconocemos, en este caso erraron".
Transocean, en tanto, asegura que BP estaba al comando y que una tercera firma, que vertió concreto para taponar el pozo exploratorio submarino, no lo hizo bien.
"En estos pasados días ha habido quien ha sugerido que las válvulas de sellado fueron la causa del accidente. Eso es un sinsentido", arremetió el director ejecutivo de Transocean, Steven Neuman.
Según publica el diario español El País, "la atención que se les da a las válvulas en este caso es irónica, ya que cuando se produjo la explosión habíamos acabado el proceso de perforación. El yacimiento había sido sellado con cemento", afirmó Neuman.
En medio de los cruces, la tercera empresa en discordia afirmó que sólo seguía las instrucciones de BP.
Como sea, el hundimiento, el 22 de abril, de la plataforma Deepwater Horizon en aguas del Golfo de México, generó un vertido de más de 15 millones de litros a 64 kilómetros de las costas de Luisiana, lo que amenaza seriamente la vida animal de la zona marítima. Fuente: Nuevo Gerald.
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