El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció el envío de uniformados al país, cumpliendo una de sus promesas de campaña
El presidente Barack Obama anunció el martes su decisión de enviar un nuevo contingente de soldados estadounidenses a Afganistán para enfrentar a los insurgentes y atender la débil seguridad en la frontera con Pakistán.
Obama aprobó una petición del Pentágono para despachar infantes de marina y efectivos del ejército a la región. De acuerdo con funcionarios legislativos, el nuevo envío consistiría de unos 17.000 soldados y comenzaría en los próximos meses.
En un comunicado difundido hoy, Obama dijo que el traslado de fuerzas armadas a sitios de riesgo era uno de los deberes presidenciales más solemnes.
Pero señaló que era necesario hacerlo ante el deterioro de la situación en Afganistán y agregó que este país no ha recibido la atención estratégica ni los recursos que necesita.
También dijo que decidió retirar fuerzas de Irak para dar al Pentágono más flexibilidad en el traslado de las mismas a Afganistán.
La decisión presidencial colocará en Afganistán a otros varios miles de soldados para la intensidad de los combates que suele ocurrir cuando termina el invierno, y coincidiría con las elecciones nacionales a mediados de años.
Esta es la primera ocasión que el nuevo comandante en jefe de Estados Unidos transfiere un número significativo de soldados de refresco a una zona de combate. Obama ha promovido una nueva estrategia para la guerra en Afganistán, pero se tomó su tiempo para aprobar un nuevo envío.
Durante la campaña electoral Obama centró su programa de política exterior en tres ejes: el cierre de Guantánamo, el retiro de las tropas de Irak en un cronograma de 16 meses, y el aumento de tropas en Afganistán.
Justamente, según criticó el Jefe de Estado a su antecesor, George W. Bush, la focalización de las tropas en Irak provocó un recrudecimiento de la violencia en Kabul, donde los extremistas talibanes volvieron a conquistar posiciones.
Una situación similar se vive en Pakistán, que comparte un extensa frontesa montañosa con Afganistán, donde se refugian los terroristas. En el día de ayer, el gobierno apquistaní acordó reestablecer la ley islámica en algunas regiones del país, como parte de un acuerdo de pacificación con una de las fracciones fundamentalistas. Fuente: AP
El presidente Barack Obama anunció el martes su decisión de enviar un nuevo contingente de soldados estadounidenses a Afganistán para enfrentar a los insurgentes y atender la débil seguridad en la frontera con Pakistán.
Obama aprobó una petición del Pentágono para despachar infantes de marina y efectivos del ejército a la región. De acuerdo con funcionarios legislativos, el nuevo envío consistiría de unos 17.000 soldados y comenzaría en los próximos meses.
En un comunicado difundido hoy, Obama dijo que el traslado de fuerzas armadas a sitios de riesgo era uno de los deberes presidenciales más solemnes.
Pero señaló que era necesario hacerlo ante el deterioro de la situación en Afganistán y agregó que este país no ha recibido la atención estratégica ni los recursos que necesita.
También dijo que decidió retirar fuerzas de Irak para dar al Pentágono más flexibilidad en el traslado de las mismas a Afganistán.
La decisión presidencial colocará en Afganistán a otros varios miles de soldados para la intensidad de los combates que suele ocurrir cuando termina el invierno, y coincidiría con las elecciones nacionales a mediados de años.
Esta es la primera ocasión que el nuevo comandante en jefe de Estados Unidos transfiere un número significativo de soldados de refresco a una zona de combate. Obama ha promovido una nueva estrategia para la guerra en Afganistán, pero se tomó su tiempo para aprobar un nuevo envío.
Durante la campaña electoral Obama centró su programa de política exterior en tres ejes: el cierre de Guantánamo, el retiro de las tropas de Irak en un cronograma de 16 meses, y el aumento de tropas en Afganistán.
Justamente, según criticó el Jefe de Estado a su antecesor, George W. Bush, la focalización de las tropas en Irak provocó un recrudecimiento de la violencia en Kabul, donde los extremistas talibanes volvieron a conquistar posiciones.
Una situación similar se vive en Pakistán, que comparte un extensa frontesa montañosa con Afganistán, donde se refugian los terroristas. En el día de ayer, el gobierno apquistaní acordó reestablecer la ley islámica en algunas regiones del país, como parte de un acuerdo de pacificación con una de las fracciones fundamentalistas. Fuente: AP
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