
El régimen Castrista autorizó, después de 50 años de revolución, la celebración de misas y cultos en las cárceles de Cuba. El año pasado se permitió celebrar la Navidad y Semana Santa.
La medida, que rige a partir de septiembre, es para los presos que soliciten celebrar misas y cultos religiosos en sus celdas. La intención es la de crear, por cada prisión, entre dos y cinco grupos de capellanes.
Esta medida es un acercamiento entre la Iglesia y el gobierno comunista ya que la celebración de misas en las cárceles es una demanda histórica por parte de los religiosos. El número dos del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, se lo planteó a Castro en su viaje a Cuba en febrero de 2008.
La relación entre el régimen comunista de Fidel y la Iglesia mejoró después de que el Papa Juan Pablo II visitara la isla en enero de 1998.
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