Según reporte de la prensa británica afirma que al menos una decena de funcionarios del régimen se han puesto en contacto con autoridades de Londres.
Expertos pronostican una sangría de diplomáticos tras la salida de Musa Kusa. Acorralado por la OTAN y amparado en su megalomanía, Muammar Khadafi intenta mostrarse invencible mientras su régimen da muestras claras de debilidad.
Sus aliados comienzan a abandonarlo, convencidos de la derrota y aterrados por la represión contra los rebeldes.
La salida más significativa fue la del jefe de la diplomacia libia Musa Kusa, a la que se sumaron otros miembros del régimen de menor talla.
Algunos analistas consideran que puede tratarse de un punto de partida para la deserción de otros funcionarios.
Kusa, considerado como un fiel servidor del coronel Khadafi, sorprendió a Libia y a Occidente cuando anunció su renuncia el miércoles, al llegar al pequeño aeropuerto de Farnborough, en el suroeste de Londres.
Desde entonces, no ha hecho apariciones. El ahora ex funcionario, que había ocupado el puesto estratégico de jefe de los servicios de inteligencia libios de 1994 a 2009 y que le valió el apodo de "la caja negra" por parte de la oposición, es actualmente interrogado por los servicios de inteligencia británicos, según fuentes concordantes.
Fuentes gubernamentales citadas por la prensa londinense afirmaron que Kusa estaría ayudando a Gran Bretaña a convencer a otros responsables libios para que renuncien a sus puestos.
Una de las hipótesis que han surgido para justificar la actitud del ex ministro es que su salvación dependería de la posible caída del régimen Khadafi, que enfrenta desde febrero una sublevación sin precedentes.
Según la prensa británica, una decena de altos responsables libios estarían negociando con Londres sus renuncias.
La deserción de Kusa demuestra que "las personas más cercanas a Khadafi concluyeron que el barco se estaba hundiendo y que era tiempo de abandonarlo", estimó Alia Brahimi, experta de la London School of Economics (LSE).
Podemos imaginar que habrá un cierto número de personas que llegarán a la misma conclusión, puesto que aún si Khadafi gana (contra los insurgentes), Libia recaería en el aislacionismo, una época en la que la vida era muy, muy difícil", agregó.
Brahimi se refirió a la época en la que Libia era considerada por los países de Occidente como un estado paria, hasta que se desmanteló su programa nuclear en 2003.
Para el primer ministro británico, David Cameron, la deserción de Kusa demuestra que el régimen libio se "pudre" y que se está "hundiendo".
Sin embargo, pese a que la deserción de Kusa es importante, ello no significa necesariamente que el régimen de Khadafi vaya a caer, aseguró Shashank Joshi, que colabora con el instituto de reflexión Rusi, especializado en cuestiones de defensa.
El régimen libio está actualmente concentrado en la guerra, "por lo que la renuncia de un ministro del Petróleo no significaría el fin del mundo", dijo Joshi.
"No creo que haya una progresión lineal hacia la caída del régimen en caso de que algunos ministros renuncien", agregó.
Responsables de la Liga Árabe afirmaron el domingo que un alto responsable libio, Ali Triki, había renunciado a sus funciones de consejero del coronel Khadafi. Khadafi envió este domingo a un emisario a Grecia para negociar "una salida pacífica al conflicto".
Expertos pronostican una sangría de diplomáticos tras la salida de Musa Kusa. Acorralado por la OTAN y amparado en su megalomanía, Muammar Khadafi intenta mostrarse invencible mientras su régimen da muestras claras de debilidad.
Sus aliados comienzan a abandonarlo, convencidos de la derrota y aterrados por la represión contra los rebeldes.
La salida más significativa fue la del jefe de la diplomacia libia Musa Kusa, a la que se sumaron otros miembros del régimen de menor talla.
Algunos analistas consideran que puede tratarse de un punto de partida para la deserción de otros funcionarios.
Kusa, considerado como un fiel servidor del coronel Khadafi, sorprendió a Libia y a Occidente cuando anunció su renuncia el miércoles, al llegar al pequeño aeropuerto de Farnborough, en el suroeste de Londres.
Desde entonces, no ha hecho apariciones. El ahora ex funcionario, que había ocupado el puesto estratégico de jefe de los servicios de inteligencia libios de 1994 a 2009 y que le valió el apodo de "la caja negra" por parte de la oposición, es actualmente interrogado por los servicios de inteligencia británicos, según fuentes concordantes.
Fuentes gubernamentales citadas por la prensa londinense afirmaron que Kusa estaría ayudando a Gran Bretaña a convencer a otros responsables libios para que renuncien a sus puestos.
Una de las hipótesis que han surgido para justificar la actitud del ex ministro es que su salvación dependería de la posible caída del régimen Khadafi, que enfrenta desde febrero una sublevación sin precedentes.
Según la prensa británica, una decena de altos responsables libios estarían negociando con Londres sus renuncias.
La deserción de Kusa demuestra que "las personas más cercanas a Khadafi concluyeron que el barco se estaba hundiendo y que era tiempo de abandonarlo", estimó Alia Brahimi, experta de la London School of Economics (LSE).
Podemos imaginar que habrá un cierto número de personas que llegarán a la misma conclusión, puesto que aún si Khadafi gana (contra los insurgentes), Libia recaería en el aislacionismo, una época en la que la vida era muy, muy difícil", agregó.
Brahimi se refirió a la época en la que Libia era considerada por los países de Occidente como un estado paria, hasta que se desmanteló su programa nuclear en 2003.
Para el primer ministro británico, David Cameron, la deserción de Kusa demuestra que el régimen libio se "pudre" y que se está "hundiendo".
Sin embargo, pese a que la deserción de Kusa es importante, ello no significa necesariamente que el régimen de Khadafi vaya a caer, aseguró Shashank Joshi, que colabora con el instituto de reflexión Rusi, especializado en cuestiones de defensa.
El régimen libio está actualmente concentrado en la guerra, "por lo que la renuncia de un ministro del Petróleo no significaría el fin del mundo", dijo Joshi.
"No creo que haya una progresión lineal hacia la caída del régimen en caso de que algunos ministros renuncien", agregó.
Responsables de la Liga Árabe afirmaron el domingo que un alto responsable libio, Ali Triki, había renunciado a sus funciones de consejero del coronel Khadafi. Khadafi envió este domingo a un emisario a Grecia para negociar "una salida pacífica al conflicto".
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