miércoles, 1 de abril de 2009

El presidente Barack Obama y esposa llegan a Europa para participar en tres cumbres

Barack Obama y su esposa
Michelle ya están en Londres.

En su primer viaje a Europa como "first couple" les esperan un maratón de fotos, reuniones y declaraciones con el telón de fondo de la crisis económica y el polvorín "Af-Pak".

El presidente de Estados Unidos, ha elegido el Viejo Continente para su primera gira desde que asumió el cargo el 20 de enero. Su agenda tiene mucho de rock star en plena promoción. Siete días, seis ciudades y constantes apretones de manos con sus homólogos europeos.

Barack y Michelle irán esta noche a la residencia del embajador estadounidense en Londres. Han querido saludar al personal antes de ponerse manos a la obra, porque aunque el debut del "presidente del cambio" en Europa tendrá sus momentos de glamour, como cuando mañana se siente a la mesa con la reina Isabel II en el palacio de Buckingham, Obama ha venido a trabajar. Y a convencer.

El G-20 en clave económica será su primera gran cita en Londres, este jueves. Antes, un encuentro con dos potencias clave: Rusia y China. Obama se reunirá con el premier de Moscú, Dmitri Medvédev, y el de Pekín, Hu Jintao, para hablar de economía, defensa y "nuevos comienzos" en las relaciones bilaterales.

Una vez completada la cumbre del G-20 vendrá la de la OTAN con aniversario de relumbrón: 60 años de la Alianza Atlántica celebrados en Estrasburgo (Francia) y Kehl (Alemania) el viernes y sábado. Al día siguiente, encuentro con los Veintisiete en Praga (incluida una reunión con el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero). Lunes y martes, por último, viaje a Ankara y Estambul.

Apoyo a la entrada de Turquía en la UE


Obama estará dos días en Turquía, cumpliendo con su promesa de visitar un país musulmán durante los primeros meses de su mandato, si bien la Casa Blanca ha aclarado que no será en esta nación miembro de la OTAN donde se producirá su esperado mensaje al mundo musulmán.

El objetivo principal de este viaje, que le llevará a Ankara y Estambul, es demostrar el apoyo de Estados Unidos a la entrada de Turquía en la Unión Europea, además de alentar el papel mediador que este país está desempeñando entre Israel y Siria. Durante su estancia se entrevistará tanto con el presidente, Abdulá Gul, como con el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan.

La gira será su puesta de largo en la escena internacional. Y su segundo viaje a Europa como estrella. En el primero era todavía candidato y sus palabras en Berlín conquistaron al Viejo Mundo, convenciendo de un cambio en la Casa Blanca del que los europeos curiosamente también se sienten parte.


Escepticismo

Pero una cosa son los grandes discursos y otra muy distinta los encuentros con mandatarios escépticos. Así, Obama llega respaldado por la gran mayoría de los americanos: ocho de cada diez consideran que sabrá defender los intereses de su país, según un sondeo publicado por la CNN.

Y aunque siete de cada diez creen que Obama cuenta con el respeto de sus homólogos (frente al 49% que así lo creía de Bush en 2001), el presidente estadounidense se encontrará en Europa con una doble pantalla. Por un lado, la adoración del público. Por otro, un profundo escepticismo por parte de algunos mandatarios.


"Al final de su segundo mandato, Bush estaba mucho más cerca de los gobiernos europeos que en otros momentos de su gobierno, pero la gente no le tenía ninguna simpatía", apunta al Christian Science Monitor Reginald Dale, experto en asuntos transatlánticos del Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales de Washington.

"Obama, sin embargo, es adorado por la opinión pública pero debe demostrar de lo que es capaz a los gobiernos".

La cuestión ahora es saber cómo puede convencer a sus homólogos, de la misma forma que ha convencido al público. Es decir, hacer de la popularidad su gran baza frente a los políticos europeos que culpan a Estados Unidos de la primera recesión global desde la Segunda Guerra Mundial.

Obama, además, tendrá que demostrar su habilidad para dejar claro que su país sigue siendo la primera potencia mundial.

"Hay cierta paradoja o ironía en este viaje", comenta Charles Kupchan, del Council on Foreign Relations. "Obama sigue siendo muy popular en el Viejo Continente, pero hace falta mucho más que eso para convencer a los líderes europeos".

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