martes, 9 de marzo de 2010

La Fundación Nacional del Sueño realiza sondeo de cómo la preocupaciones afectan al descanso

Salud
Un sondeo del sueño reveló que los estadounidenses afroamericanos e hispanos son más propensos que los blancos y asiáticos a tener problemas para dormir por preocupaciones relacionadas al trabajo y el dinero.

El sondeo telefónico de la Fundación Nacional del Sueño, realizado entre más de 1.000 personas de los cuatro grupos étnicos, también mostró que los estadounidenses de origen afroamericano son los que más tienden a hacer actividades relacionadas a su trabajo antes de irse a dormir.

Tradicionalmente este grupo sufrió mayores tasas de desempleo que sus pares blancos, un fenómeno que en los últimos años se extendió a los hispanos. "Muchas personas están sufriendo por la incertidumbre económica", dijo Martica Hall, profesora de psiquiatría de la University of Pittsburgh.

"Si uno se encuentra acostado en la cama preocupado, tiene que escribirse una nota para lidiar con esos temas al día siguiente", aconsejó.

El estudio también arrojó que los estadounidenses afroamericanos son los más propensos a rezar y a tener relaciones sexuales antes de irse a dormir y son los que menos cantidad de horas de sueño necesitan.

"La hora previa antes de irse a la cama es un momento importante para relajarse", dice Thomas Balkin, presidente de la Fundación Nacional del Sueño. "Aquellos que tienen problemas para dormir, deben considerar si sus rutinas en ese horario no los despabilan demasiado", agregó.

Según el sondeo, los asiáticos son los que menos problemas tienen para dormir y los que menos ayuda extra necesitan, mientras que los blancos son más propensos a dormir con su mascota o con su pareja.

Tres cuartos de los encuestados de cada grupo asociaron una mala calidad del sueño con problemas de salud, mientras que un quinto reportó que se perdió actividades al menos un día del mes pasado debido a que estaba demasiado cansado o había tenido problemas para dormir.

Una de cada cinco personas de cada grupo dijo que la somnolencia había afectado sus relaciones personales.

Los blancos y asiáticos eran más propensos que los afroamericanos e hispanos a culpar a la falta de sueño por problemas laborales, diciendo que esto afectaba su desempeño en las tareas del hogar y el cuidado de su familia. Fuente: Reuters

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