En su último día en la Casa Blanca, hizo una serie de llamados de adiós, informó un vocero del gobierno
Las charlas telefónicas de Bush en su último día fueron con los mandatarios de Rusia, Corea del Sur, Italia, Georgia y Dinamarca.
Las charlas telefónicas de Bush en su último día fueron con los mandatarios de Rusia, Corea del Sur, Italia, Georgia y Dinamarca.
El presidente número 43 de la historia de los Estados Unidos, dejará su cargo mañana convencido de que acertó en la mayoría de sus decisiones y de que la historia terminará dándole la razón.
Así, al menos, coinciden los analistas internacionales de acuerdo a las reiteradas palabras que el mandatario norteamericano pronunció en sus últimos discursos, en medio de la peor crisis internacional desde 1929, que se inició en su país.
Durante el domingo último terminó de retirar sus pertenencias del despacho presidencial que ocupará Barack Obama. Según la prensa norteamericana, pidió especiales cuidados con los regalos que le hicieron a lo largo de sus ocho años de mandato en todo el mundo.
Según Bush, que se marcha a los 62 años, los que no le reconocen méritos son una "elite", que en alguna ocasión identificó con "la izquierda".
Son esos mismos los que no quieren admitir que su presidencia fue una de las más difíciles de los últimos años, marcada por el 11-S, el mayor ataque que los Estados Unidos sufrieron en su historia moderna.
Pero si de algo se precia Bush es de su integridad moral, de su respeto por la palabra, de su lealtad y de actuar siempre de acuerdo con su conciencia. "Hice lo que pensé que era correcto", sentenció en su discurso de despedida el jueves a la nación.
En ese marco, Bush vive por estas horas sus últimos momentos como el hombre más poderoso del mundo, esperando además la llegada del primer presidente afroamericano de los Estados Unidos.
Se va uno de los mandatarios que mayor rechazo recibió internacionalmente para con sus políticas exteriores y llega uno que ha generado las expectativas más altas de la historia.
Así, al menos, coinciden los analistas internacionales de acuerdo a las reiteradas palabras que el mandatario norteamericano pronunció en sus últimos discursos, en medio de la peor crisis internacional desde 1929, que se inició en su país.
Durante el domingo último terminó de retirar sus pertenencias del despacho presidencial que ocupará Barack Obama. Según la prensa norteamericana, pidió especiales cuidados con los regalos que le hicieron a lo largo de sus ocho años de mandato en todo el mundo.
Según Bush, que se marcha a los 62 años, los que no le reconocen méritos son una "elite", que en alguna ocasión identificó con "la izquierda".
Son esos mismos los que no quieren admitir que su presidencia fue una de las más difíciles de los últimos años, marcada por el 11-S, el mayor ataque que los Estados Unidos sufrieron en su historia moderna.
Pero si de algo se precia Bush es de su integridad moral, de su respeto por la palabra, de su lealtad y de actuar siempre de acuerdo con su conciencia. "Hice lo que pensé que era correcto", sentenció en su discurso de despedida el jueves a la nación.
En ese marco, Bush vive por estas horas sus últimos momentos como el hombre más poderoso del mundo, esperando además la llegada del primer presidente afroamericano de los Estados Unidos.
Se va uno de los mandatarios que mayor rechazo recibió internacionalmente para con sus políticas exteriores y llega uno que ha generado las expectativas más altas de la historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario