El presidente electo de Colombia, Juan Manuel Santos, anunció en su primer discurso tras imponerse con más del 69 por ciento de los votos en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de este domingo que proseguirá con su política de firmeza contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), al tiempo que se mostró dispuesto a mejorar sus maltrechas relaciones con algunos de sus países vecinos.
Santos lanzó un encendido discurso en defensa de la política de dureza contra las FARC del presidente saliente, Álvaro Uribe, y afirmó en dos ocasiones que a la guerrilla "se le ha acabado su tiempo".
"Mientras insistan en sus métodos terroristas, mientras insistan en atacar al pueblo colombiano, no habrá diálogo y las seguiremos enfrentando con toda la dureza, ¡con toda la firmeza!. Hemos sido contundentes contra los terroristas y los narcotraficantes, ¡y lo seremos más todavía!", afirmó Santos.
El presidente electo se mostró conciliador afirmando que su Gobierno mantendrá la puerta abierta para los guerrilleros que quieran desmovilizarse y reintegrarse en la sociedad, porque de lo contrario seguirá su estrategia de hostigamiento contra ellos. "¡Y los colombianos saben bien que yo sé cómo combatirlos!", declaró.
En lo referente a las relaciones diplomáticas, especialmente deterioradas con Venezuela y Ecuador, país con el que Colombia rompió relaciones tras realizar en 2008 un ataque militar en su territorio --y sin permiso-- contra un cabecilla de las FARC, Santos manifestó su predisposición a pasar página y restablecer relaciones amistosas.
"Aspiro a trabajar de la mano con los países vecinos para desarrollar una agenda conjunta de cooperación e integración en todos los frentes", dijo, añadiendo después que "en las relaciones conflictivas siempre hay dos alternativas: mirar con amargura hacia al pasado o abrir caminos de cooperación hacia el futuro. ¡Los invito a abrir caminos, por el bien de nuestros pueblos!".
Santos, además, tendió también su mano a la Justicia colombiana, un estamento con el que durante sus últimos años el Gobierno del presidente Uribe tuvo serios enfrentamientos a raíz, entre otros asuntos, de la investigación del denominado 'escándalo de las chuzadas', por el que se investiga si miembros del Gobierno ordenaron escuchas ilegales a políticos, jueces y periodistas opositores.
"No puede haber un divorcio entre el Ejecutivo y la rama judicial. No es sano para un país", afirmó Santos, que se comprometió a hacer esfuerzos para "restablecer el diálogo" entre ambas partes. "En los próximos días espero reunirme con las altas Cortes para trazar una hoja de ruta que nos permita trabajar conjuntamente por el país", afirmó. Fuente: EP
Santos lanzó un encendido discurso en defensa de la política de dureza contra las FARC del presidente saliente, Álvaro Uribe, y afirmó en dos ocasiones que a la guerrilla "se le ha acabado su tiempo".
"Mientras insistan en sus métodos terroristas, mientras insistan en atacar al pueblo colombiano, no habrá diálogo y las seguiremos enfrentando con toda la dureza, ¡con toda la firmeza!. Hemos sido contundentes contra los terroristas y los narcotraficantes, ¡y lo seremos más todavía!", afirmó Santos.
El presidente electo se mostró conciliador afirmando que su Gobierno mantendrá la puerta abierta para los guerrilleros que quieran desmovilizarse y reintegrarse en la sociedad, porque de lo contrario seguirá su estrategia de hostigamiento contra ellos. "¡Y los colombianos saben bien que yo sé cómo combatirlos!", declaró.
En lo referente a las relaciones diplomáticas, especialmente deterioradas con Venezuela y Ecuador, país con el que Colombia rompió relaciones tras realizar en 2008 un ataque militar en su territorio --y sin permiso-- contra un cabecilla de las FARC, Santos manifestó su predisposición a pasar página y restablecer relaciones amistosas.
"Aspiro a trabajar de la mano con los países vecinos para desarrollar una agenda conjunta de cooperación e integración en todos los frentes", dijo, añadiendo después que "en las relaciones conflictivas siempre hay dos alternativas: mirar con amargura hacia al pasado o abrir caminos de cooperación hacia el futuro. ¡Los invito a abrir caminos, por el bien de nuestros pueblos!".
Santos, además, tendió también su mano a la Justicia colombiana, un estamento con el que durante sus últimos años el Gobierno del presidente Uribe tuvo serios enfrentamientos a raíz, entre otros asuntos, de la investigación del denominado 'escándalo de las chuzadas', por el que se investiga si miembros del Gobierno ordenaron escuchas ilegales a políticos, jueces y periodistas opositores.
"No puede haber un divorcio entre el Ejecutivo y la rama judicial. No es sano para un país", afirmó Santos, que se comprometió a hacer esfuerzos para "restablecer el diálogo" entre ambas partes. "En los próximos días espero reunirme con las altas Cortes para trazar una hoja de ruta que nos permita trabajar conjuntamente por el país", afirmó. Fuente: EP
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