Más de 200 personas fueron asesinadas en menos de una semana en México, en lo que constituye la peor etapa de violencia durante el mandato del presidente Felipe Calderón
El jefe de Estado convocó el miércoles a su gabinete de seguridad, luego de una jornada con más de 20 muertos. Calderón atribuyó la escalada violenta a pugnas entre los carteles de las drogas y a los “golpes” que les ha propinado su gobierno.
Entre los últimos hechos violentos, cinco policías fueron secuestrados en su domicilio y luego ejecutados en Apodaca, en el área metropolitana de Monterrey. El martes, un choque de militares con pistoleros se saldó con 15 muertes en Taxco.
“Hemos propinado golpes importantes a todos los cárteles sin excepción. Esto ha generado división entre las bandas criminales, por esa razón, pero sobre todo, por sus tradicionales rivalidades y las guerras entre ellos se han generado ejecuciones violentas”, manifestó Calderón.
El presidente mexicano ha hecho del combate al crimen el eje de su gobierno, para lo cual ha desplegado más de 50.000 militares, aunque sin frenar una violencia que ya suma más de 23.000 muertos desde que asumió en el año 2006.
La ola violenta se desató la noche del 10 de junio con un ataque a un centro de rehabilitación de adictos en la capital de Chihuahua, por pistoleros del grupo narco Los Aztecas, una banda vinculada al cártel de Juárez, que dejó 18 muertes.
Desde entonces los hechos violentos se suceden a diario, incluyendo acciones como una emboscada a una caravana policial el lunes en Michoacán que dejó 12 muertos. Ese mismo día, 28 presos murieron en un penal de Sinaloa, en un ataque atribuido a grupos relacionados al jefe narco Joaquín “el Chapo” Guzmán.
Además, comandos armados realizaron sangrientos recorridos dejando un reguero de muertos en las calles de dos ciudades: Madero, en el estado de Tamaulipas (20 muertes) y en Nayarit (30). IB
El jefe de Estado convocó el miércoles a su gabinete de seguridad, luego de una jornada con más de 20 muertos. Calderón atribuyó la escalada violenta a pugnas entre los carteles de las drogas y a los “golpes” que les ha propinado su gobierno.
Entre los últimos hechos violentos, cinco policías fueron secuestrados en su domicilio y luego ejecutados en Apodaca, en el área metropolitana de Monterrey. El martes, un choque de militares con pistoleros se saldó con 15 muertes en Taxco.
“Hemos propinado golpes importantes a todos los cárteles sin excepción. Esto ha generado división entre las bandas criminales, por esa razón, pero sobre todo, por sus tradicionales rivalidades y las guerras entre ellos se han generado ejecuciones violentas”, manifestó Calderón.
El presidente mexicano ha hecho del combate al crimen el eje de su gobierno, para lo cual ha desplegado más de 50.000 militares, aunque sin frenar una violencia que ya suma más de 23.000 muertos desde que asumió en el año 2006.
La ola violenta se desató la noche del 10 de junio con un ataque a un centro de rehabilitación de adictos en la capital de Chihuahua, por pistoleros del grupo narco Los Aztecas, una banda vinculada al cártel de Juárez, que dejó 18 muertes.
Desde entonces los hechos violentos se suceden a diario, incluyendo acciones como una emboscada a una caravana policial el lunes en Michoacán que dejó 12 muertos. Ese mismo día, 28 presos murieron en un penal de Sinaloa, en un ataque atribuido a grupos relacionados al jefe narco Joaquín “el Chapo” Guzmán.
Además, comandos armados realizaron sangrientos recorridos dejando un reguero de muertos en las calles de dos ciudades: Madero, en el estado de Tamaulipas (20 muertes) y en Nayarit (30). IB
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