El tribunal rechazó hoy una petición presentada por un grupo defensor de los derechos homosexuales para levantar la prohibición del Pentágono que pesa sobre los hombres y mujeres abiertamente gays que desean servir en las Fuerzas Armadas
El tribunal negó la solicitud de la Log Cabin Republicans, una organización que intentaba revocar una orden que permitía al Pentágono continuar aplicando su política de "No preguntes, no cuentes", que exige a los soldados homosexuales que mantengan su orientación sexual en privado.
La política, adoptada en 1993, exige a los soldados homosexuales que mantengan su orientación sexual en privado. El presidente Barack Obama ha tratado de acabar con ella pero ha dicho que quiere que sea el Congreso y no los tribunales quien lo haga.
La Log Cabin Republicans había logrado una sentencia positiva de un tribunal de distrito el mes pasado, que consideró que la política del Ejército era inconstitucional y prohibió a los militares su aplicación.
El Gobierno de Obama recurrió ante la novena corte de la Corte de Apelaciones de Estados Unidos y logró el permiso para seguir aplicando la ley mientras dicho tribunal revisaba el caso.
El grupo republicano defensor de los derechos de gays y lesbianas pidió entonces a la Corte Suprema una intervención inmediata para levantar la prohibición.
La petición fue presentada ante el juez Anthony Kennedy porque es el responsable de las apelaciones de la novena corte, pero la remitió al pleno del tribunal, que rechazó la petición sin hacer comentarios.
El caso seguirá en los tribunales
La disputa se ha convertido en un gran dolor de cabeza para Obama porque aunque se opone a la política del Ejército, su gobierno ha luchado por mantenerla en vigor mientras el Pentágono elabora unos planes de transición para aceptar a los soldados abiertamente gays.
Autoridades militares han advertido que un cambio abrupto en la política podía alterar operaciones, la moral de la tropa y el reclutamiento.
Sin embargo, un grupo de estudio del Pentágono ha concluido en un informe que acabar con esa política solo supondría mínimos riesgos para los actuales esfuerzos militares.
Obama y los líderes militares han dicho que quieren que el Congreso apruebe una nueva ley para acabar con el "No preguntes, no cuentes".
Esa iniciativa ha sido aprobada en la Cámara de Representantes, se ha visto obstaculizada en el Senado, aunque los legisladores tienen previsto volver a presentarla la próxima semana.
El tribunal negó la solicitud de la Log Cabin Republicans, una organización que intentaba revocar una orden que permitía al Pentágono continuar aplicando su política de "No preguntes, no cuentes", que exige a los soldados homosexuales que mantengan su orientación sexual en privado.
La política, adoptada en 1993, exige a los soldados homosexuales que mantengan su orientación sexual en privado. El presidente Barack Obama ha tratado de acabar con ella pero ha dicho que quiere que sea el Congreso y no los tribunales quien lo haga.
La Log Cabin Republicans había logrado una sentencia positiva de un tribunal de distrito el mes pasado, que consideró que la política del Ejército era inconstitucional y prohibió a los militares su aplicación.
El Gobierno de Obama recurrió ante la novena corte de la Corte de Apelaciones de Estados Unidos y logró el permiso para seguir aplicando la ley mientras dicho tribunal revisaba el caso.
El grupo republicano defensor de los derechos de gays y lesbianas pidió entonces a la Corte Suprema una intervención inmediata para levantar la prohibición.
La petición fue presentada ante el juez Anthony Kennedy porque es el responsable de las apelaciones de la novena corte, pero la remitió al pleno del tribunal, que rechazó la petición sin hacer comentarios.
El caso seguirá en los tribunales
La disputa se ha convertido en un gran dolor de cabeza para Obama porque aunque se opone a la política del Ejército, su gobierno ha luchado por mantenerla en vigor mientras el Pentágono elabora unos planes de transición para aceptar a los soldados abiertamente gays.
Autoridades militares han advertido que un cambio abrupto en la política podía alterar operaciones, la moral de la tropa y el reclutamiento.
Sin embargo, un grupo de estudio del Pentágono ha concluido en un informe que acabar con esa política solo supondría mínimos riesgos para los actuales esfuerzos militares.
Obama y los líderes militares han dicho que quieren que el Congreso apruebe una nueva ley para acabar con el "No preguntes, no cuentes".
Esa iniciativa ha sido aprobada en la Cámara de Representantes, se ha visto obstaculizada en el Senado, aunque los legisladores tienen previsto volver a presentarla la próxima semana.
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