La agencia espacial estadounidense anunció hoy que el observatorio de rayos X "Chandra" halló indicios de un agujero negro de unos 30 años en el "vecindario cósmico" del planeta.
El agujero negro, que se calcula que tiene unos 30 años, podría ayudar a que los científicos entiendan mejor cómo explotan las estrellas gigantes, cuáles dejarán atrás agujeros negros o estrellas neutrónicas y el número de agujeros negros en nuestra galaxia y en otras.
El objeto es lo que queda de la SN 1979C, una supernova en la galaxia M100, a aproximadamente 50 millones de años luz de la Tierra.
Los datos del "Chandra", del satélite Swift de la NASA, del XMM-Newton de la Agencia Espacial Europea y del observatorio ROSAT de Alemania, revelaron una fuente brillante de rayos X que se ha mantenido estable durante las observaciones entre 1995 y 2007.
Esto indica a los científicos que se trata de un agujero negro alimentado por el material que cae en él desde la supernova o una compañera binaria.
"Si nuestra interpretación es correcta, este es el ejemplo más cercano en el cual se ha observado el nacimiento de un agujero negro", dijo Daniel Patnaude, del Centro Harvard-Smithsonian para Astrofísica, en Cambridge (Massachusetts).
Los científicos creen que el SN 1979C, descubierto originalmente por un astrónomo aficionado en 1979, en la Messier 100, una galaxia en espiral en la constelación de Coma Berenices, se formó cuando colapsó una estrella 20 veces más grande que el Sol.
En el pasado se han detectado muchos agujeros negros en el universo distante en forma de chorros de rayos gamma. Pero el SN 1979C es diferente porque está mucho más cerca y pertenece a una clase de supernovas que no aparece asociada con un chorro de rayos gamma.
Los científicos creen que la mayoría de los agujeros negros en el universo debería formarse cuando colapsa el núcleo de una estrella y no se produce un chorro de rayos gamma.
"Esta puede ser la primera vez que se ha observado la forma común en que se hace un agujero negro", dijo Abraham Loeb, también del centro de astrofísica en Cambridge.
"Sin embargo es muy difícil detectar este tipo de nacimiento de un agujero negro porque para sustentar el descubrimiento se necesitan décadas de observaciones con rayos X", agregó. Fuente: EFE
El agujero negro, que se calcula que tiene unos 30 años, podría ayudar a que los científicos entiendan mejor cómo explotan las estrellas gigantes, cuáles dejarán atrás agujeros negros o estrellas neutrónicas y el número de agujeros negros en nuestra galaxia y en otras.
El objeto es lo que queda de la SN 1979C, una supernova en la galaxia M100, a aproximadamente 50 millones de años luz de la Tierra.
Los datos del "Chandra", del satélite Swift de la NASA, del XMM-Newton de la Agencia Espacial Europea y del observatorio ROSAT de Alemania, revelaron una fuente brillante de rayos X que se ha mantenido estable durante las observaciones entre 1995 y 2007.
Esto indica a los científicos que se trata de un agujero negro alimentado por el material que cae en él desde la supernova o una compañera binaria.
"Si nuestra interpretación es correcta, este es el ejemplo más cercano en el cual se ha observado el nacimiento de un agujero negro", dijo Daniel Patnaude, del Centro Harvard-Smithsonian para Astrofísica, en Cambridge (Massachusetts).
Los científicos creen que el SN 1979C, descubierto originalmente por un astrónomo aficionado en 1979, en la Messier 100, una galaxia en espiral en la constelación de Coma Berenices, se formó cuando colapsó una estrella 20 veces más grande que el Sol.
En el pasado se han detectado muchos agujeros negros en el universo distante en forma de chorros de rayos gamma. Pero el SN 1979C es diferente porque está mucho más cerca y pertenece a una clase de supernovas que no aparece asociada con un chorro de rayos gamma.
Los científicos creen que la mayoría de los agujeros negros en el universo debería formarse cuando colapsa el núcleo de una estrella y no se produce un chorro de rayos gamma.
"Esta puede ser la primera vez que se ha observado la forma común en que se hace un agujero negro", dijo Abraham Loeb, también del centro de astrofísica en Cambridge.
"Sin embargo es muy difícil detectar este tipo de nacimiento de un agujero negro porque para sustentar el descubrimiento se necesitan décadas de observaciones con rayos X", agregó. Fuente: EFE
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