El balance de su desempeño en el cargo muestra avances en el frente interno y externo: éxitos militares contra la guerrilla, mejoras en las relaciones con Venezuela y Ecuador, y un nuevo clima con la oposición
"El proyecto de Ley de Víctimas, el restablecimiento de las relaciones con Venezuela, el respeto a la separación de poderes y su actitud dialogante con la oposición han sido para la sociedad colombiana una especie de aire refrescante", declaró el analista y ex comisionado de paz Daniel García-Peña.
"La gente siente que el país se distensionó", manifestó, por su parte, el politólogo Ricardo Santamaría al diario Portafolio al analizar la altísima popularidad de Santos, que hoy, cuando se cumplen 100 días de su llegada a la Presidencia, ronda el 75%.
Según un sondeo del diario El Tiempo, difundido este domingo, y en una consulta a 700 personas en 13 ciudades del país, con un margen de error del 3,5% y una confiabilidad del 95%, señala que la "imagen favorable" del gobernante alcanza el 75,1%.
Y es que Santos ha demostrado que la Ley de Víctimas, que busca atender y reparar a más de cuatro millones de afectados por el conflicto sin discriminar si los victimarios fueron guerrillas, paramilitares o agentes del Estado, y la Ley de Tierras, para devolver a los campesinos unos dos millones de hectáreas usurpadas, son su prioridad.
Para García-Peña, también director de la ONG Planeta Paz y profesor de Ciencia Política de la Universidad Nacional, eso tiene "un inmenso significado" y es "muy saludable para el país y la democracia".
En la misma línea, el analista político y profesor de la Universidad Javeriana Fernando Giraldo opinó que el mandatario entiende la necesidad de "compensar" a las víctimas para "cerrar el círculo del conflicto" que arrastra Colombia desde hace medio siglo.
Colombia tiene ahora "autonomía e independencia frente a Estados Unidos, sin romper la cooperación", sostiene Giraldo, mientras que, para García-Peña, Santos camina hacia "diversificar la política exterior sin pelear" con Washington, su histórico aliado.
En cuanto a Ecuador, basta recordar un gesto: el 7 de agosto, día de su investidura, Santos se reunió con su homólogo Rafael Correa y le entregó la información de los computadores del abatido jefe guerrillero "Raúl Reyes", reclamada por ese país para avanzar hacia el restablecimiento de las relaciones bilaterales, rotas desde 2008.
"Hay respeto a la separación de poderes y una actitud de diálogo con la oposición", resalta García-Peña.
En ese sentido, consideró que se ha profundizado la institucionalidad, con decisiones como el "acercamiento" al Poder Judicial mediante el cambio de la terna propuesta por el Ejecutivo para elegir Fiscal General, un cargo que llevaba casi año y medio en interinidad.
Sobre la corrupción, uno de los graves problemas, García-Peña opinó que está empezando a ser atajada con la intervención por presuntas irregularidades de dos entidades estatales: una encargada de administrar bienes incautados a narcotraficantes y otra de gestionar recursos para la lucha contra el secuestro.
"¿Qué echa uno de menos?", se pregunta Giraldo. "Que no aparece bien diseñada una política social" y el tema de "producir empleo, que no se construye con declaraciones de buena voluntad", responde.
En opinión de García-Peña, la gran duda es si será "compatible" la "mirada más conservadora" que ha dado Santos a la política económica, con proyectos como la Ley de Tierras.
Otra tarea pendiente es resolver el conflicto armado, que sigue sin dar tregua pese a éxitos como la muerte en un bombardeo en septiembre pasado del "Mono Jojoy", jefe militar de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Fuente: EFE
"El proyecto de Ley de Víctimas, el restablecimiento de las relaciones con Venezuela, el respeto a la separación de poderes y su actitud dialogante con la oposición han sido para la sociedad colombiana una especie de aire refrescante", declaró el analista y ex comisionado de paz Daniel García-Peña.
"La gente siente que el país se distensionó", manifestó, por su parte, el politólogo Ricardo Santamaría al diario Portafolio al analizar la altísima popularidad de Santos, que hoy, cuando se cumplen 100 días de su llegada a la Presidencia, ronda el 75%.
Según un sondeo del diario El Tiempo, difundido este domingo, y en una consulta a 700 personas en 13 ciudades del país, con un margen de error del 3,5% y una confiabilidad del 95%, señala que la "imagen favorable" del gobernante alcanza el 75,1%.
Y es que Santos ha demostrado que la Ley de Víctimas, que busca atender y reparar a más de cuatro millones de afectados por el conflicto sin discriminar si los victimarios fueron guerrillas, paramilitares o agentes del Estado, y la Ley de Tierras, para devolver a los campesinos unos dos millones de hectáreas usurpadas, son su prioridad.
Para García-Peña, también director de la ONG Planeta Paz y profesor de Ciencia Política de la Universidad Nacional, eso tiene "un inmenso significado" y es "muy saludable para el país y la democracia".
En la misma línea, el analista político y profesor de la Universidad Javeriana Fernando Giraldo opinó que el mandatario entiende la necesidad de "compensar" a las víctimas para "cerrar el círculo del conflicto" que arrastra Colombia desde hace medio siglo.
Colombia tiene ahora "autonomía e independencia frente a Estados Unidos, sin romper la cooperación", sostiene Giraldo, mientras que, para García-Peña, Santos camina hacia "diversificar la política exterior sin pelear" con Washington, su histórico aliado.
En cuanto a Ecuador, basta recordar un gesto: el 7 de agosto, día de su investidura, Santos se reunió con su homólogo Rafael Correa y le entregó la información de los computadores del abatido jefe guerrillero "Raúl Reyes", reclamada por ese país para avanzar hacia el restablecimiento de las relaciones bilaterales, rotas desde 2008.
"Hay respeto a la separación de poderes y una actitud de diálogo con la oposición", resalta García-Peña.
En ese sentido, consideró que se ha profundizado la institucionalidad, con decisiones como el "acercamiento" al Poder Judicial mediante el cambio de la terna propuesta por el Ejecutivo para elegir Fiscal General, un cargo que llevaba casi año y medio en interinidad.
Sobre la corrupción, uno de los graves problemas, García-Peña opinó que está empezando a ser atajada con la intervención por presuntas irregularidades de dos entidades estatales: una encargada de administrar bienes incautados a narcotraficantes y otra de gestionar recursos para la lucha contra el secuestro.
"¿Qué echa uno de menos?", se pregunta Giraldo. "Que no aparece bien diseñada una política social" y el tema de "producir empleo, que no se construye con declaraciones de buena voluntad", responde.
En opinión de García-Peña, la gran duda es si será "compatible" la "mirada más conservadora" que ha dado Santos a la política económica, con proyectos como la Ley de Tierras.
Otra tarea pendiente es resolver el conflicto armado, que sigue sin dar tregua pese a éxitos como la muerte en un bombardeo en septiembre pasado del "Mono Jojoy", jefe militar de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Fuente: EFE
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