El presidente norteamericano participó anoche de un popular programa de TV. Bromeó sobre cuestiones de su estadía en la Casa Blanca pero se puso más serio al tratar sobre la economía
Barack Obama mezcló anoche la seriedad y el humor en su comparecencia en el programa cómico de televisión "The Tonight Show with Jay Leno", la primera de un presidente de los Estados Unidos en ejercicio y en la que buscó transmitir sus planes económicos.
Después de varias semanas de titubeo en sus declaraciones sobre la crisis actual, a veces demasiado lúgubres, a veces demasiado optimistas, Obama decidió que la manera más efectiva de expresar su mensaje era con unas gotas de humor.
Relajado, sentado en el sillón emblemático del programa y ataviado con un traje azul y corbata roja, el presidente estadounidense bromeó sobre el cambio que ha supuesto en su vida la llegada a la Casa Blanca y la larga comitiva de vehículos que le acompaña en cualquier trayecto.
"Tenemos la ambulancia, y la carroza, después el trineo de perros... el submarino... una pila de cosas", ironizó Obama, que ya había comparecido en dos ocasiones en este programa durante la campaña electoral.
El presidente también reveló que el ocupante más esperado de la Casa Blanca, el perro que prometió a sus hijas Malia y Sasha tras ganar las elecciones, estará en la residencia presidencial para cuando él regrese de su gira por Europa, entre el 31 y el 7 próximos.
Su tono se volvió mucho más serio al tratar sobre la economía. Y audiblemente enfadado cuando abordó el asunto que ha dominado los titulares del país esta semana, las pagas extras por valor de 165 millones de dólares que la aseguradora AIG ha desembolsado a sus ejecutivos pese a haber requerido de 170.000 millones de dólares en fondos públicos para sobrevivir.
"Atónito" fue como se describió cuando supo del pago de esas bonificaciones la semana pasada, explicó a su anfitrión, el humorista Jay Leno.
"La pregunta es quién, en su sano juicio, cuando la compañía se está hundiendo decide que se va a pagar una pila de bonificaciones a la gente", explicó Obama.
"Creo que eso describe una mentalidad más generalizada que existía en Wall Street, donde creo que la gente tenía esta actitud de que era su derecho, de que pensaban que eran los mejores y los más listos y por tanto merecían diez millones, o cincuenta, o cien millones de dólares en pagas extra", dijo.
Preguntado por Leno si alguien debería ir a la cárcel por los despropósitos en el sistema financiero que han causado la actual crisis económica, Obama replicó que "el secretito desagradable es que la mayor parte de las cosas que causaron los problemas eran perfectamente legales".
"Esto es una señal de hasta qué punto debemos cambiar nuestras leyes", declaró el presidente.
Obama, que se mostró muy seguro de sí mismo a lo largo de su intervención en el programa, tan solo pareció quedarse sin palabras en una ocasión cuando su anfitrión le preguntó por su secretario del Tesoro, Tim Geithner.
"Me encanta cómo todo esto es su problema (de Geithner)", bromeó Leno, frente a un Obama que en ese momento frunció el ceño.
Tras un instante, el presidente estadounidense lanzó una risa y salió en defensa de su secretario del Tesoro, para asegurar que "la responsabilidad en última instancia" le "corresponde" a él como gobernante.
"Si no le doy las herramientas que él necesita para asegurarse de que logramos progresos, la gente tiene que mirarme a mí", declaró.
Un poco más avanzada la entrevista, Obama pareció cometer una metedura de pata en una aparente referencia despectiva a los Juegos Paralímpicos.
El presidente se burlaba de lo mal que juega a los bolos, una ineptitud que le valió muchas pullas en la campaña electoral.
Desde su llegada a la Casa Blanca, aseguró, ha estado practicando en la bolera de la residencia presidencial y ha rebajado su mala puntuación, de 136 durante la campaña, a 129.
"Está muy bien", comentó Leno. "Es como las Olimpiadas Especiales", atajó el presidente.
Su declaración obligó a la Casa Blanca a asegurar, horas más tarde, que "el presidente hizo un comentario improvisado en el que se burlaba de cómo juega a los bolos y no tenía en absoluto la intención de ridiculizar las Olimpiadas Especiales".
"Cree que esos Juegos son un programa maravilloso que da a la gente discapacitada de todo el mundo la oportunidad de brillar", agregó la Casa Blanca. Fuente: EFE
Barack Obama mezcló anoche la seriedad y el humor en su comparecencia en el programa cómico de televisión "The Tonight Show with Jay Leno", la primera de un presidente de los Estados Unidos en ejercicio y en la que buscó transmitir sus planes económicos.
Después de varias semanas de titubeo en sus declaraciones sobre la crisis actual, a veces demasiado lúgubres, a veces demasiado optimistas, Obama decidió que la manera más efectiva de expresar su mensaje era con unas gotas de humor.
Relajado, sentado en el sillón emblemático del programa y ataviado con un traje azul y corbata roja, el presidente estadounidense bromeó sobre el cambio que ha supuesto en su vida la llegada a la Casa Blanca y la larga comitiva de vehículos que le acompaña en cualquier trayecto.
"Tenemos la ambulancia, y la carroza, después el trineo de perros... el submarino... una pila de cosas", ironizó Obama, que ya había comparecido en dos ocasiones en este programa durante la campaña electoral.
El presidente también reveló que el ocupante más esperado de la Casa Blanca, el perro que prometió a sus hijas Malia y Sasha tras ganar las elecciones, estará en la residencia presidencial para cuando él regrese de su gira por Europa, entre el 31 y el 7 próximos.
Su tono se volvió mucho más serio al tratar sobre la economía. Y audiblemente enfadado cuando abordó el asunto que ha dominado los titulares del país esta semana, las pagas extras por valor de 165 millones de dólares que la aseguradora AIG ha desembolsado a sus ejecutivos pese a haber requerido de 170.000 millones de dólares en fondos públicos para sobrevivir.
"Atónito" fue como se describió cuando supo del pago de esas bonificaciones la semana pasada, explicó a su anfitrión, el humorista Jay Leno.
"La pregunta es quién, en su sano juicio, cuando la compañía se está hundiendo decide que se va a pagar una pila de bonificaciones a la gente", explicó Obama.
"Creo que eso describe una mentalidad más generalizada que existía en Wall Street, donde creo que la gente tenía esta actitud de que era su derecho, de que pensaban que eran los mejores y los más listos y por tanto merecían diez millones, o cincuenta, o cien millones de dólares en pagas extra", dijo.
Preguntado por Leno si alguien debería ir a la cárcel por los despropósitos en el sistema financiero que han causado la actual crisis económica, Obama replicó que "el secretito desagradable es que la mayor parte de las cosas que causaron los problemas eran perfectamente legales".
"Esto es una señal de hasta qué punto debemos cambiar nuestras leyes", declaró el presidente.
Obama, que se mostró muy seguro de sí mismo a lo largo de su intervención en el programa, tan solo pareció quedarse sin palabras en una ocasión cuando su anfitrión le preguntó por su secretario del Tesoro, Tim Geithner.
"Me encanta cómo todo esto es su problema (de Geithner)", bromeó Leno, frente a un Obama que en ese momento frunció el ceño.
Tras un instante, el presidente estadounidense lanzó una risa y salió en defensa de su secretario del Tesoro, para asegurar que "la responsabilidad en última instancia" le "corresponde" a él como gobernante.
"Si no le doy las herramientas que él necesita para asegurarse de que logramos progresos, la gente tiene que mirarme a mí", declaró.
Un poco más avanzada la entrevista, Obama pareció cometer una metedura de pata en una aparente referencia despectiva a los Juegos Paralímpicos.
El presidente se burlaba de lo mal que juega a los bolos, una ineptitud que le valió muchas pullas en la campaña electoral.
Desde su llegada a la Casa Blanca, aseguró, ha estado practicando en la bolera de la residencia presidencial y ha rebajado su mala puntuación, de 136 durante la campaña, a 129.
"Está muy bien", comentó Leno. "Es como las Olimpiadas Especiales", atajó el presidente.
Su declaración obligó a la Casa Blanca a asegurar, horas más tarde, que "el presidente hizo un comentario improvisado en el que se burlaba de cómo juega a los bolos y no tenía en absoluto la intención de ridiculizar las Olimpiadas Especiales".
"Cree que esos Juegos son un programa maravilloso que da a la gente discapacitada de todo el mundo la oportunidad de brillar", agregó la Casa Blanca. Fuente: EFE
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