El sismo de magnitud 7 derrumbó el palacio presidencial, una serie de ministerios y la sede de la misión de paz de la ONU en el país, por lo que Haití enfrenta un peligroso vacío en la seguridad y el poder.
Los desesperados haitianos convertían el jueves las calles cubiertas de escombros y los parques en hospitales improvisados y campamentos de refugiados ante la ausencia de una respuesta visible de las autoridades tras el terremoto del martes.
El sismo de magnitud 7 derrumbó el palacio presidencial, una serie de ministerios y la sede de la misión de paz de la ONU en el país, por lo que Haití enfrenta un peligroso vacío en la seguridad y el poder.
"Mírennos. ¿Quién nos ayuda? Ahora, nadie", dijo Jean Malesta, una estudiante de 19 años quien fue la única sobreviviente del colapso de su edificio de departamentos luego del poderoso terremoto que se teme ha matado a miles, posiblemente decenas de miles.
Ella y decenas de otros yacían bajo una carpa que levantaron en el parque que se encuentra frente al palacio del presidente René Preval.
Su débil y carente Gobierno parece totalmente inequipado para manejar la crisis, sus funcionarios no se ven en ninguna parte en medio del caos.
Los haitianos hacen lo que pueden para sobrevivir a las caoticas condiciones ante la ausencia de un liderazgo claro, dijo el experto en Latinoamérica Dan Erikson, del grupo Diálogo Interamericano, con sede en Washington.
"La triste verdad es que nadie está a cargo de Haití hoy. Este vacío, sumado a la robusta respuesta del Gobierno de Obama, inevitablemente ha creado una situación en la que Estados Unidos será quien tome las decisiones de facto en Haití", afirmó.
Los desesperados haitianos convertían el jueves las calles cubiertas de escombros y los parques en hospitales improvisados y campamentos de refugiados ante la ausencia de una respuesta visible de las autoridades tras el terremoto del martes.
El sismo de magnitud 7 derrumbó el palacio presidencial, una serie de ministerios y la sede de la misión de paz de la ONU en el país, por lo que Haití enfrenta un peligroso vacío en la seguridad y el poder.
"Mírennos. ¿Quién nos ayuda? Ahora, nadie", dijo Jean Malesta, una estudiante de 19 años quien fue la única sobreviviente del colapso de su edificio de departamentos luego del poderoso terremoto que se teme ha matado a miles, posiblemente decenas de miles.
Ella y decenas de otros yacían bajo una carpa que levantaron en el parque que se encuentra frente al palacio del presidente René Preval.
Su débil y carente Gobierno parece totalmente inequipado para manejar la crisis, sus funcionarios no se ven en ninguna parte en medio del caos.
Los haitianos hacen lo que pueden para sobrevivir a las caoticas condiciones ante la ausencia de un liderazgo claro, dijo el experto en Latinoamérica Dan Erikson, del grupo Diálogo Interamericano, con sede en Washington.
"La triste verdad es que nadie está a cargo de Haití hoy. Este vacío, sumado a la robusta respuesta del Gobierno de Obama, inevitablemente ha creado una situación en la que Estados Unidos será quien tome las decisiones de facto en Haití", afirmó.
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