El precandidato presidencial socialista intuía que en campaña sería atacado en ese flanco débil. Se sentía seguido y temía "un golpe bajo" del gobierno. Se lo dijo a periodistas de Libération hace 15 días
Un grupo de redactores de ese diario francés almorzó con el director del FMI el 28 de abril pasado, dos semanas antes de que éste fuera arrestado en Nueva York, acusado de intento de violación.
Ahora, revelan sorprendentes detalles de esa conversación, sobre todo, a la luz de lo sucedido luego.
Por ejemplo, Dominique Strauss Kahn (DSK) creía -y así lo manifestó ese día- que los puntos débiles sobre los cuales se centrarían los ataques de sus adversarios durante la campaña por la Presidencia de su país eran "el dinero, las mujeres" y su condición de judío.
El encuentro tuvo lugar, dice el diario, en un restaurante del 2º distrito de París y se trataba de una charla informal. "Cordial, sonriente y distendido, al llegar a la mesa, DSK preguntó: '¿Tienen sus teléfonos encima?'", relata Libération.
El funcionario temía al espionaje y les confesó que sólo usaba el teléfono "encriptado" que le había provisto el FMI. Afirmó temer a los golpes bajos de "Guéant", en referencia al ministro del Interior de Francia, Claude Guéant.
Frente a los periodistas de "Libé" (como llaman los franceses a ese diario) se confesó "en guardia" ya que tenía fuertes presunciones de que era vigilado.
Ese mismo día, por la tarde, él y su esposa, Anne Sinclair, fueron fotografiados subiendo a un auto de lujo -un Porsche-, lo que despertó interrogantes acerca de su tren de vida.
"¿Simple precaución por miedo a que, como periodistas que somos, grabáramos la conversación o verdadero temor a ser escuchado por el poder? El hecho es que no nos desprendimos de nuestros celulares", dice el diario.
En referencia a las dificultades que debería enfrentar en una campaña que preveía demasiado larga -DSK no había anunciado aún formalmente su candidatura-, veía tres: el dinero, las mujeres y el ser judío, en ese orden.
Pero, recuerdan los periodistas, al momento de explayarse sobre el tema, empezó por el segundo y se mostró desafiante: "Sí, me gustan las mujeres... ¿y qué? Hace años que se habla de fotos de orgías gigantescas, pero nunca las he visto... ¡que las muestren!"
Recordó entonces un episodio, que trascendió en su momento a los medios pero no había sido confirmado por sus protagonistas hasta ahora.
Durante una cumbre internacional, coincidió en el baño con el presidente Nicolas Sarkozy y le pidió que dejara de ensuciar su vida privada, atribuyéndole así la autoría de una serie de chismes periodísticos que lo tenían como protagonista.
En el almuerzo, dice Libé, DSK hasta imaginó la hipótesis de "una mujer violada (por él) en un estacionamiento y a la cual se prometería 500 mil o un millón de euros para inventar semejante historia".
En cuanto al "dinero", aclaró una vez más que su esposa lo puso para siempre "al abrigo de la necesidad" con la fortuna personal que heredó de su padre, un marchand de arte. Fuente:IBD
Un grupo de redactores de ese diario francés almorzó con el director del FMI el 28 de abril pasado, dos semanas antes de que éste fuera arrestado en Nueva York, acusado de intento de violación.
Ahora, revelan sorprendentes detalles de esa conversación, sobre todo, a la luz de lo sucedido luego.
Por ejemplo, Dominique Strauss Kahn (DSK) creía -y así lo manifestó ese día- que los puntos débiles sobre los cuales se centrarían los ataques de sus adversarios durante la campaña por la Presidencia de su país eran "el dinero, las mujeres" y su condición de judío.
El encuentro tuvo lugar, dice el diario, en un restaurante del 2º distrito de París y se trataba de una charla informal. "Cordial, sonriente y distendido, al llegar a la mesa, DSK preguntó: '¿Tienen sus teléfonos encima?'", relata Libération.
El funcionario temía al espionaje y les confesó que sólo usaba el teléfono "encriptado" que le había provisto el FMI. Afirmó temer a los golpes bajos de "Guéant", en referencia al ministro del Interior de Francia, Claude Guéant.
Frente a los periodistas de "Libé" (como llaman los franceses a ese diario) se confesó "en guardia" ya que tenía fuertes presunciones de que era vigilado.
Ese mismo día, por la tarde, él y su esposa, Anne Sinclair, fueron fotografiados subiendo a un auto de lujo -un Porsche-, lo que despertó interrogantes acerca de su tren de vida.
"¿Simple precaución por miedo a que, como periodistas que somos, grabáramos la conversación o verdadero temor a ser escuchado por el poder? El hecho es que no nos desprendimos de nuestros celulares", dice el diario.
En referencia a las dificultades que debería enfrentar en una campaña que preveía demasiado larga -DSK no había anunciado aún formalmente su candidatura-, veía tres: el dinero, las mujeres y el ser judío, en ese orden.
Pero, recuerdan los periodistas, al momento de explayarse sobre el tema, empezó por el segundo y se mostró desafiante: "Sí, me gustan las mujeres... ¿y qué? Hace años que se habla de fotos de orgías gigantescas, pero nunca las he visto... ¡que las muestren!"
Recordó entonces un episodio, que trascendió en su momento a los medios pero no había sido confirmado por sus protagonistas hasta ahora.
Durante una cumbre internacional, coincidió en el baño con el presidente Nicolas Sarkozy y le pidió que dejara de ensuciar su vida privada, atribuyéndole así la autoría de una serie de chismes periodísticos que lo tenían como protagonista.
En el almuerzo, dice Libé, DSK hasta imaginó la hipótesis de "una mujer violada (por él) en un estacionamiento y a la cual se prometería 500 mil o un millón de euros para inventar semejante historia".
En cuanto al "dinero", aclaró una vez más que su esposa lo puso para siempre "al abrigo de la necesidad" con la fortuna personal que heredó de su padre, un marchand de arte. Fuente:IBD
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