Tras declarar "alerta máxima" por el brote, comenzaron a limpiar los canales a cielo abierto por los que fluyen las aguas residuales. Visitan "casa por casa"
El secretario general del ayuntamiento, Domingo Contreras, anunció que las labores de saneamiento en los barrios marginales continuarán de forma permanente por el tiempo que persista el brote de cólera.
Mientras los trabajadores de saneamiento ambiental del ayuntamiento sacaban los desechos sólidos de los canales cloacales superficiales para permitir el flujo del líquido residual al río, los bomberos limpiaban con agua las pocas calles con suelo de cemento de La Ciénaga.
El ministerio de Salud declaró una "alerta máxima" en La Ciénaga y otro 16 barrios marginales establecidos en la ribera del río Ozama, tras detectar un brote de cólera que ha generado un flujo constante de pacientes con diarrea y vómitos en tres hospitales púbicos.
Contreras advirtió que no basta con limpiar la zona si no se realiza una labor de concienciación ciudadana sobre las medidas de higiene indispensables para prevenir la enfermedad.
Las hacinadas viviendas, sin agua potable ni drenajes, están separadas sólo por estrechos y polvorientos callejones, que a los lados tienen canales por los que fluyen las aguas residuales que "son focos de contaminación y de enfermedades", aseguró Arelis Jáquez, presienta del comité de salud de La Ciénaga.
Con una superficie de unas 22,5 hectáreas, La Ciénaga aloja según diversas organizaciones no gubernamentales a unas 12.000 familias.
Basta con una lluvia para que las aguas negras inunden todo y se metan en las casas, relató José Capellán, un ebanista de 29 años mientras en su tiempo libre juega póker con sus vecinos en la orilla de un pestilente canal de desagüe.
"¿A dónde más vamos? No tenemos para dónde ir. ¿Esto es todo lo que tenemos?", justificó el hombre, cuyos tres hijos juegan en los callejones en los que abunda también basura.
Debido a las condiciones sanitarias, "el brote de cólera va a seguir", advirtió Jáquez, cuya organización registró esta semana 148 personas con diarrea y vómito, dos de los síntomas del cólera, que se transmite mediante el consumo de alimentos o agua contaminados con materia fecal.
Aunque se mostró satisfecha con el comienzo de los trabajos de limpieza, Geovanny Bautista, de la junta de vecinos de La Ciénaga, insiste que desde hace años han pedido ayuda a las autoridades para crear un sistema de drenaje, tapar los canales residuales y proveer de agua potable a los habitantes. Fuente: AP
El secretario general del ayuntamiento, Domingo Contreras, anunció que las labores de saneamiento en los barrios marginales continuarán de forma permanente por el tiempo que persista el brote de cólera.
Mientras los trabajadores de saneamiento ambiental del ayuntamiento sacaban los desechos sólidos de los canales cloacales superficiales para permitir el flujo del líquido residual al río, los bomberos limpiaban con agua las pocas calles con suelo de cemento de La Ciénaga.
El ministerio de Salud declaró una "alerta máxima" en La Ciénaga y otro 16 barrios marginales establecidos en la ribera del río Ozama, tras detectar un brote de cólera que ha generado un flujo constante de pacientes con diarrea y vómitos en tres hospitales púbicos.
Contreras advirtió que no basta con limpiar la zona si no se realiza una labor de concienciación ciudadana sobre las medidas de higiene indispensables para prevenir la enfermedad.
Las hacinadas viviendas, sin agua potable ni drenajes, están separadas sólo por estrechos y polvorientos callejones, que a los lados tienen canales por los que fluyen las aguas residuales que "son focos de contaminación y de enfermedades", aseguró Arelis Jáquez, presienta del comité de salud de La Ciénaga.
Con una superficie de unas 22,5 hectáreas, La Ciénaga aloja según diversas organizaciones no gubernamentales a unas 12.000 familias.
Basta con una lluvia para que las aguas negras inunden todo y se metan en las casas, relató José Capellán, un ebanista de 29 años mientras en su tiempo libre juega póker con sus vecinos en la orilla de un pestilente canal de desagüe.
"¿A dónde más vamos? No tenemos para dónde ir. ¿Esto es todo lo que tenemos?", justificó el hombre, cuyos tres hijos juegan en los callejones en los que abunda también basura.
Debido a las condiciones sanitarias, "el brote de cólera va a seguir", advirtió Jáquez, cuya organización registró esta semana 148 personas con diarrea y vómito, dos de los síntomas del cólera, que se transmite mediante el consumo de alimentos o agua contaminados con materia fecal.
Aunque se mostró satisfecha con el comienzo de los trabajos de limpieza, Geovanny Bautista, de la junta de vecinos de La Ciénaga, insiste que desde hace años han pedido ayuda a las autoridades para crear un sistema de drenaje, tapar los canales residuales y proveer de agua potable a los habitantes. Fuente: AP
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