El asesinato del cantautor argentino Facundo Cabral en Guatemala evocó la muerte de muchos otros músicos que perdieron la vida a causa de las balas. Lidera la lista John Lennon, abatido el 8 de diciembre de 1980 por un fan perturbado en Nueva York.
El famoso músico inglés tenía apenas 40 años, y su asesino, Mark Chapman, apretó el gatillo cinco veces seguidas, porque, según declaró tiempo después, estaba convencido de que el artista "era un hipócrita".
Balas de metralleta acabaron también con la vida del músico mexicano Valentín Elizalde en 2006, en un hecho que se suma a varias muertes violentas padecidas por diversos representantes de lo que se conoce en este país como "música de banda o grupera", generalmente por vínculos con narcotraficantes.
Fueron muchos los artistas que en México murieron por las balas en los últimos años, y algunas de esas muertes resultaron tan absurdas como las de los dos miembros del grupo La Excelencia, que fueron ultimados en enero en Guadalajara porque no quisieron hacer un bis.
En Trujillo, Perú, dos integrantes de la orquesta Hermanos Blas fallecieron el año pasado después de ser atacados a balazos cuando salían de una presentación en un taxi, aparentemente por personas que querían robar el dinero recaudado en un concierto.
En la novela Fatamorgana de amor con banda de música, el escritor chileno Hernán Rivera Letelier cuenta la historia de unos músicos que fueron acribillados por el Ejército.
Los ideales políticos han apagado la música de artistas como el célebre cantautor chileno Víctor Jara, ejecutado por militares en el Estadio Nacional el 16 de septiembre de 1973, después de ser torturado.
En los Estados Unidos, una leyenda negra de violencia persiguió durante una época a famosos raperos que dirimían su rivalidad con las balas.
El 7 de septiembre de 1996 perdió la vida el músico Tupac Shakur, acribillado en Las Vegas con 25 años. La respuesta a ese asesinato no se hizo esperar mucho: el 9 de marzo de 1997, el rapero The Notorious B.I.G. fue baleado en Los Ángeles.
Hace dos meses, el 16 de mayo de 2011, el rapero M-Bone, de la banda Cali Swag Distrit, falleció tras dos impactos de bala en la cabeza en Inglewood, California, de donde era originario. Tenía 22 años.
Otros han muerto por fanatismos descarriados o rencillas familiares.
En Texas, la cantante mexicana-estadounidense, Selena Quintanilla-Pérez, fue asesinada de un tiro en 1995 por Yolanda Saldívar, la presidenta de su club de fans. Tenía 23 años.
En el ámbito del rock internacional, el integrante de Pantera y de Damageplan, Darrell Lance Abbott, más conocido como Dimebag Darrell y considerado uno de los guitarristas más influyentes en la historia del heavy metal, murió acribillado por un fan esquizofrénico el 8 de diciembre de 2004 a los 38 años.
El mítico Marvin Gaye, uno de los componentes fundamentales del estilo Motown Sound, perdió la vida a los 44 años el 1 de abril de 1984, a causa de dos disparos propinados por su propio padre, quien alegó defensa propia.
Y el 19 de febrero de 1972 el trompetista de jazz Lee Morgan, de 33 años, fue asesinado por su esposa en un club de Manhattan, según se supo, porque le había sido infiel. Fuente: DPA
El famoso músico inglés tenía apenas 40 años, y su asesino, Mark Chapman, apretó el gatillo cinco veces seguidas, porque, según declaró tiempo después, estaba convencido de que el artista "era un hipócrita".
Balas de metralleta acabaron también con la vida del músico mexicano Valentín Elizalde en 2006, en un hecho que se suma a varias muertes violentas padecidas por diversos representantes de lo que se conoce en este país como "música de banda o grupera", generalmente por vínculos con narcotraficantes.
Fueron muchos los artistas que en México murieron por las balas en los últimos años, y algunas de esas muertes resultaron tan absurdas como las de los dos miembros del grupo La Excelencia, que fueron ultimados en enero en Guadalajara porque no quisieron hacer un bis.
En Trujillo, Perú, dos integrantes de la orquesta Hermanos Blas fallecieron el año pasado después de ser atacados a balazos cuando salían de una presentación en un taxi, aparentemente por personas que querían robar el dinero recaudado en un concierto.
En la novela Fatamorgana de amor con banda de música, el escritor chileno Hernán Rivera Letelier cuenta la historia de unos músicos que fueron acribillados por el Ejército.
Los ideales políticos han apagado la música de artistas como el célebre cantautor chileno Víctor Jara, ejecutado por militares en el Estadio Nacional el 16 de septiembre de 1973, después de ser torturado.
En los Estados Unidos, una leyenda negra de violencia persiguió durante una época a famosos raperos que dirimían su rivalidad con las balas.
El 7 de septiembre de 1996 perdió la vida el músico Tupac Shakur, acribillado en Las Vegas con 25 años. La respuesta a ese asesinato no se hizo esperar mucho: el 9 de marzo de 1997, el rapero The Notorious B.I.G. fue baleado en Los Ángeles.
Hace dos meses, el 16 de mayo de 2011, el rapero M-Bone, de la banda Cali Swag Distrit, falleció tras dos impactos de bala en la cabeza en Inglewood, California, de donde era originario. Tenía 22 años.
Otros han muerto por fanatismos descarriados o rencillas familiares.
En Texas, la cantante mexicana-estadounidense, Selena Quintanilla-Pérez, fue asesinada de un tiro en 1995 por Yolanda Saldívar, la presidenta de su club de fans. Tenía 23 años.
En el ámbito del rock internacional, el integrante de Pantera y de Damageplan, Darrell Lance Abbott, más conocido como Dimebag Darrell y considerado uno de los guitarristas más influyentes en la historia del heavy metal, murió acribillado por un fan esquizofrénico el 8 de diciembre de 2004 a los 38 años.
El mítico Marvin Gaye, uno de los componentes fundamentales del estilo Motown Sound, perdió la vida a los 44 años el 1 de abril de 1984, a causa de dos disparos propinados por su propio padre, quien alegó defensa propia.
Y el 19 de febrero de 1972 el trompetista de jazz Lee Morgan, de 33 años, fue asesinado por su esposa en un club de Manhattan, según se supo, porque le había sido infiel. Fuente: DPA
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