Al que le interese actuar como un auténtico gentleman le bastará con cumplir ocho sencillos mandamientos.
Un recordatorio de las normas galantes, tal como las resume un Manual del Buen Vivir para Negados
Laurence Caracalla es una experta francesa en urbanidad y buenas costumbres, que está convencida de que la gente vuelve a sentir la necesidad de practicar e inculcar a sus hijos las reglas de cortesía mínimas y necesarias para su buen desempeño futuro.
Un recordatorio de las normas galantes, tal como las resume un Manual del Buen Vivir para Negados
Laurence Caracalla es una experta francesa en urbanidad y buenas costumbres, que está convencida de que la gente vuelve a sentir la necesidad de practicar e inculcar a sus hijos las reglas de cortesía mínimas y necesarias para su buen desempeño futuro.
Por eso, acaba de publicar un libro consagrado al tema.
Allí encontramos estas simples instrucciones -casi a modo de recordatorio- que los hombres que deseen ser galantes deberán seguir al pie de la letra.
Un gentleman cederá su lugar a una mujer en el ómnibus, el subterráneo.
Un gentleman ingresará primero en un restaurante (si se trata de un antro).
Un gentleman ayudará a una mujer a quitarse o a ponerse el abrigo.
Un gentleman correrá ligeramente la silla para invitar a una mujer a sentarse. Le propondrá sentarse dando la espalda a la pared y de frente a la sala.
Un gentleman se pondrá de pie cuando una mujer llegue a su mesa o si ella se levanta en el transcurso de la comida para reempolvarse la nariz. Se acepta que sólo amague con hacer el movimiento.
Un gentleman dejará que la mujer elija primero los platos, pero él hará el pedido al maître.
Un gentleman servirá siempre el vino a la mujer durante la comida (una mujer no debe tocar jamás la botella).
Un gentleman puede hacer algunos cumplidos a la mujer sobre su aspecto (pero nunca fijar la vista en su escote durante toda la velada).
Allí encontramos estas simples instrucciones -casi a modo de recordatorio- que los hombres que deseen ser galantes deberán seguir al pie de la letra.
Un gentleman cederá su lugar a una mujer en el ómnibus, el subterráneo.
Un gentleman ingresará primero en un restaurante (si se trata de un antro).
Un gentleman ayudará a una mujer a quitarse o a ponerse el abrigo.
Un gentleman correrá ligeramente la silla para invitar a una mujer a sentarse. Le propondrá sentarse dando la espalda a la pared y de frente a la sala.
Un gentleman se pondrá de pie cuando una mujer llegue a su mesa o si ella se levanta en el transcurso de la comida para reempolvarse la nariz. Se acepta que sólo amague con hacer el movimiento.
Un gentleman dejará que la mujer elija primero los platos, pero él hará el pedido al maître.
Un gentleman servirá siempre el vino a la mujer durante la comida (una mujer no debe tocar jamás la botella).
Un gentleman puede hacer algunos cumplidos a la mujer sobre su aspecto (pero nunca fijar la vista en su escote durante toda la velada).
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