En un gesto de alto contenido simbólico, el ex presidente cubano, Fidel Castro, recibió este martes a la delegación de siete congresistas demócratas estadounidenses que visitó la isla con el fin de impulsar el diálogo entre las autoridades de ambos países, enfrentados desde la implantación del comunismo en la isla en la década de los 60.
Así lo anunció un portavoz de la Sección de Intereses de Estados Unidos, en La Habana (que hace las veces de embajada y consulado).
El ex presidente había asegurado, en un artículo de su serie "Reflexiones" publicado el domingo, que su país no tiene ningún interés en rechazar el diálogo con Washington.
"No tememos dialogar con Estados Unidos. No necesitamos tampoco la confrontación para existir, como piensan algunos tontos; existimos precisamente porque creemos en nuestras ideas y nunca hemos temido dialogar con el adversario. Es la única forma de procurar la amistad y la paz entre los pueblos", escribió Fidel Castro.
La reunión con Castro, de la que no ha trascendido su contenido hasta el momento, se suma a la celebrada anteriormente con su hermano Raúl, el actual presidente cubano, quien expresó su "disposición a dialogar sobre cualquier asunto" con Estados Unidos.
Un comunicado oficial divulgado este martes señala que el mandatario reiteró la posición "invariable" mantenida por Cuba "durante 50 años" respecto a "la disposición a dialogar sobre cualquier asunto, teniendo como únicas premisas la igualdad soberana de los Estados y el absoluto respeto a la independencia nacional y al derecho inalienable de cada pueblo a la determinación".
Los siete miembros del grupo afroamericano (Black Caucus) en el Congreso de Estados Unidos, encabezados por la californiana Barbara Lee, llegaron el pasado viernes a Cuba en busca de contactos para empezar a normalizar las relaciones de los dos países tras décadas de confrontación.
El comunicado explica que en la reunión de Raúl Castro con los congresistas hubo un "amplio intercambio de criterios" y se abordó "la posible futura evolución de las relaciones bilaterales y los vínculos económicos, luego de la llegada al poder de una nueva Administración norteamericana", presidida por Barack Obama.
A la reunión de Raúl Castro, con los legisladores asistieron también el presidente del parlamento cubano, Ricardo Alarcón; el ministro de Exteriores, Bruno Rodríguez; Pedro Sáez, del Buró Político del gobernante Partido Comunista, y el jefe de la Sección de Intereses de Cuba en Washington, Jorge Bolaños.
La visita de los congresistas se produce en unos momentos en que la prensa estadounidense menciona la posibilidad de que Obama levante las restricciones para que los estadounidenses y residentes en Estados Unidos, puedan viajar a la isla y mandar remesas a sus familias, en un primer gesto hacia La Habana.
Sin cambios a corto plazo
Obama, sin embargo, ha aclarado que no piensa terminar inmediatamente el embargo comercial y financiero que Washington aplica a Cuba desde 1962.
"No traemos propuestas concretas. Estamos aquí para entablar conversaciones sobre las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Personalmente, creo que es el momento de hablar", dijo el sábado Lee en conferencia de prensa.
Otro miembro del grupo, Mel Watt, afirmó el lunes que para Estados Unidos no es vital ni la enemistad ni el diálogo con el Gobierno de La Habana, pero subrayó que sería positivo que ambas partes pudieran conversar, al comentar el artículo de Fidel Castro.
"Quizá lo mismo pueda ser dicho de Estados Unidos. No es indispensable, ni una amenaza vital, el que tengamos un diálogo con Cuba, ni que Estados Unidos, sea adversario de Cuba. Está claro que los dos países pueden existir sin diálogo y sin relación de adversarios", dijo Watt.
"¿No sería maravilloso si entabláramos un diálogo?", preguntó el parlamentario, y destacó que ambos países podrían encontrar ventajas e intereses comunes y poner fin a las diferencias históricas que los han separado a pesar de la cercanía geográfica.
Así lo anunció un portavoz de la Sección de Intereses de Estados Unidos, en La Habana (que hace las veces de embajada y consulado).
El ex presidente había asegurado, en un artículo de su serie "Reflexiones" publicado el domingo, que su país no tiene ningún interés en rechazar el diálogo con Washington.
"No tememos dialogar con Estados Unidos. No necesitamos tampoco la confrontación para existir, como piensan algunos tontos; existimos precisamente porque creemos en nuestras ideas y nunca hemos temido dialogar con el adversario. Es la única forma de procurar la amistad y la paz entre los pueblos", escribió Fidel Castro.
La reunión con Castro, de la que no ha trascendido su contenido hasta el momento, se suma a la celebrada anteriormente con su hermano Raúl, el actual presidente cubano, quien expresó su "disposición a dialogar sobre cualquier asunto" con Estados Unidos.
Un comunicado oficial divulgado este martes señala que el mandatario reiteró la posición "invariable" mantenida por Cuba "durante 50 años" respecto a "la disposición a dialogar sobre cualquier asunto, teniendo como únicas premisas la igualdad soberana de los Estados y el absoluto respeto a la independencia nacional y al derecho inalienable de cada pueblo a la determinación".
Los siete miembros del grupo afroamericano (Black Caucus) en el Congreso de Estados Unidos, encabezados por la californiana Barbara Lee, llegaron el pasado viernes a Cuba en busca de contactos para empezar a normalizar las relaciones de los dos países tras décadas de confrontación.
El comunicado explica que en la reunión de Raúl Castro con los congresistas hubo un "amplio intercambio de criterios" y se abordó "la posible futura evolución de las relaciones bilaterales y los vínculos económicos, luego de la llegada al poder de una nueva Administración norteamericana", presidida por Barack Obama.
A la reunión de Raúl Castro, con los legisladores asistieron también el presidente del parlamento cubano, Ricardo Alarcón; el ministro de Exteriores, Bruno Rodríguez; Pedro Sáez, del Buró Político del gobernante Partido Comunista, y el jefe de la Sección de Intereses de Cuba en Washington, Jorge Bolaños.
La visita de los congresistas se produce en unos momentos en que la prensa estadounidense menciona la posibilidad de que Obama levante las restricciones para que los estadounidenses y residentes en Estados Unidos, puedan viajar a la isla y mandar remesas a sus familias, en un primer gesto hacia La Habana.
Sin cambios a corto plazo
Obama, sin embargo, ha aclarado que no piensa terminar inmediatamente el embargo comercial y financiero que Washington aplica a Cuba desde 1962.
"No traemos propuestas concretas. Estamos aquí para entablar conversaciones sobre las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Personalmente, creo que es el momento de hablar", dijo el sábado Lee en conferencia de prensa.
Otro miembro del grupo, Mel Watt, afirmó el lunes que para Estados Unidos no es vital ni la enemistad ni el diálogo con el Gobierno de La Habana, pero subrayó que sería positivo que ambas partes pudieran conversar, al comentar el artículo de Fidel Castro.
"Quizá lo mismo pueda ser dicho de Estados Unidos. No es indispensable, ni una amenaza vital, el que tengamos un diálogo con Cuba, ni que Estados Unidos, sea adversario de Cuba. Está claro que los dos países pueden existir sin diálogo y sin relación de adversarios", dijo Watt.
"¿No sería maravilloso si entabláramos un diálogo?", preguntó el parlamentario, y destacó que ambos países podrían encontrar ventajas e intereses comunes y poner fin a las diferencias históricas que los han separado a pesar de la cercanía geográfica.
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