martes, 2 de noviembre de 2010

Cómo hablar de alcohol con sus hijos adolescentes

Pese a que se trata de una droga más, e incluso puede llegar a “abrir la puerta” a otras conductas adictivas, el consumo de alcohol está visto como un signo de status, como la llave para pertenecer a un grupo o como diversión.

Cómo hablar con los hijos del tema para evitar situaciones desagradables o peligrosas “En la adolescencia, beber está relacionado con la disidencia, la emancipación, la ruptura con lo establecido y la afirmación de la identidad”, afirmó el doctor Fernando Burgos, jefe del Área Ambulatoria de Pediatría del Hospital Universitario Austral, encargado de elaborar una “guía” para hablar con los jóvenes del abuso del alcohol y los peligros de esa conducta.

El pediatra enumeró los puntos más importantes que deben tener en cuenta los padres:

- Mejorar la calidad de la comunicación con sus hijos.

- Contribuir a eliminar el lazo entre las bebidas alcohólicas y la diversión o la amistad, factores tan frecuentemente asociados por los jóvenes.

- Predicar con el ejemplo procurando no consumir alcohol y sobre todo evitando caer en excesos relacionados con esta sustancia en presencia de los chicos.

- Informar y charlar con sus hijos sobre los efectos perjudiciales de esta sustancia, que no es otra cosa que una droga legalizada y, sobre todo, socializada.

- Hacer todo lo posible para retrasar la edad de inicio, sobre todo ofreciéndoles opciones o planes de diversión que excluyan el alcohol.

- Educarlos con valores y sobre todo darles información para que puedan reconocer los riesgos de una determinada conducta o situación.

- Procurar ver al adolescente como una “persona en proceso” y no como un problema que no se sabe cómo resolver.

“El primer punto, charlar con los hijos, es fundamental. Hay que partir de ser realistas. Un porcentaje muy elevado de adolescentes de 17 años consumen alcohol. Creer que nuestro hijo nunca lo hizo o que no lo va a hacer es prácticamente una utopía.

Por esto, tenemos que buscar una vía de entendimiento sin ser muy estrictos, pero sin caer en la permisividad absoluta”, detalló el especialista. ¿Las pautas para lograrlo?

- Las mejores conversaciones son las que surgen espontáneamente. Tal vez el disparador sea una noticia en la televisión, una película o un comentario sobre algún amigo. Siempre puede ser un momento propicio para iniciar la charla.

- Durante ese momento es vital que el adolescente sienta que ‘tiene voz’.

- Si plantea alguna situación no horrorizarse ni enojarse. Simplemente decirle: “Vas a tomar en una fiesta. Bueno, no lo hagas en exceso ni sin control, y sobre todo tené en cuenta que podés llamarme a cualquier hora si lo necesitás”.

- El mensaje siempre impacta más y llega de mejor forma cuando no está “moralizado”: puede ser útil recurrir a ejemplos de la experiencia propia pero sin caer en el relato aleccionador.

Algunas características sobre los adolescentes y el alcohol:

* El alcohol es el principal protagonista de la noche, pero también del tiempo de ocio de los adolescentes, que es cuando ellos marcan su espacio sin las exigencias y las pautas de los adultos.

* El 80% de los adolescentes que consumen alcohol en forma abusiva sale todos los fines de semana. Entre los abstemios, solo el 50% sale siempre los viernes y los sábados.

* Los jóvenes son el principal blanco de la publicidad referida a bebidas alcohólicas.

* En los adolescentes las consecuencias negativas derivadas del consumo de alcohol suelen reflejarse en la alteración de las relaciones con la familia, los compañeros y los maestros, así como también en el bajo rendimiento escolar, las agresiones, la violencia y las conductas sexuales de riesgo.

* Independientemente de la edad (el período de mayor riesgo es el que va de los 15 a los 24 años), el consumo suele ser mayor entre los hombres.

* El consumo de alcohol puede ser el inicio de una serie de conductas adictivas. La secuencia por lo general se inicia con las drogas legales y puede terminar con las ilegales.

Para concluir, Burgos remarcó que aunque cueste reconocer al alcohol como una droga, debemos tener en cuenta que no sólo es la droga más utilizada sino también la que mayores problemas produce.

“En cuanto a la dependencia, sin siquiera considerar que hoy existe un alto grado de ‘poli consumo’, tanto el abuso de alcohol como de tabaco producen la misma dependencia física y psíquica, y el mismo grado de tolerancia que la marihuana. La principal diferencia está en la rapidez con la que aparecen los efectos”, sostuvo Burgos.

Entre estos efectos figuran:

- La disminución del campo visual.

- El sentimiento de invulnerabilidad.

- La perturbación del sentido del equilibrio.

- La subestimación del riesgo.

- La pérdida de la precisión en los movimientos.

- La disminución de la resistencia física.

- La aparición de sentimientos de impaciencia y agresividad.

- El incremento de la fatiga.

- La disminución de la capacidad de atención.

- La obnubilación de la visión.

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