Especialistas en quiropraxia aseguran que la técnica permite mantener la columna alineada, condición elemental para que el Sistema Nervioso funcione al 100% de su potencial y libre de interferencias en el intercambio y flujo informativo de todo el organismo.
Los profesionales de La Clínica de la Columna sostienen que para lograr un embarazo saludable, óptimo y sobre todo, placentero, la clave es regularizar los ciclos menstruales.
Para ello la correcta alineación de la columna es esencial antes, durante y después del embarazo e incluso con la llegada del bebé.
“Para que el Sistema Nervioso Central (SNC) funcione al 100% de su potencial y libre de interferencias en el intercambio y flujo informativo de todo el organismo, es vital mantener una columna alineada y libre de subluxaciones vertebrales”, afirma el doctor en Quiropraxia Diego Mellino, fundador y director de La Clínica de la Columna, el primer Centro Internacional de Quiropraxia del país.
Esta situación es un ideal que se busca en absolutamente todas las personas que buscan y desean una vida saludable y plena. Pero es mucho más significativo si se trata de mujeres en busca del gran placer de convertirse en madres.
“En la clínica tenemos varios casos de mujeres jóvenes que querían concebir pero por diferentes motivos no podían quedar embarazadas.
Eran todas mujeres sanas a primera vista sin problemas mayores”, explicó Mellino, quien destacó que “para ellas, la búsqueda de la maternidad se tornaba una ilusión, pero que luego del cuidado quiropráctico rápidamente se pudo concretar”.
Primera etapa: antes
La Quiropraxia se basa en el hecho científico de que el sistema nervioso controla y coordina la función de todas las células, tejidos, órganos y sistemas del cuerpo.
En tal sentido, es también responsable del control de cada uno de los cambios y funciones que las mujeres experimentan, especialmente lo relacionado con sus ciclos menstruales.
Los dolores en esos días aunque se suelen caracterizar como “habituales” o “normales” no tienen porqué serlo.
El útero es un músculo que en esos momentos se contrae y genera dolores. El cuidado de la columna mediante el ajuste quiropráctico y su posterior liberación de subluxaciones vertebrales hace que el útero trabaje en forma correcta y que, por lo tanto, se eliminen casi al 100% esas molestias.
“Estos son los primeros pasos para que, una vez que la columna está alineada, libre de interferencias y funcionando al 100% de su potencial, los ciclos menstruales vuelvan a regularizarse para una fertilidad plena.
Glándulas, células, neuronas y demás partes intervinientes en estos procesos femeninos lograrán funcionar correctamente y el organismo estará listo para la procreación”, explicó el licenciado Marcelo Barroso Griffiths, quiropráctico del mismo centro de salud.
Segunda etapa: durante
Finalmente, el deseo tan esperado se concreta y el embarazo es una realidad. La gran cantidad de cambios fisiológicos por los que pasa la mujer durante los meses de gestación -cambios hormonales, crecimiento uterino, fijación justa del feto en las paredes uterinas, cambios en la columna para mantener el balance y tantas otras maravillas que suceden en estos momentos- son parte de una gran orquesta perfecta que el SNC controla y administra.
Es frecuente escuchar que durante el embarazo, muchas mujeres experimentan dolores de cabeza, mareos, náuseas, cansancio, dolores de espalda, entre otras afecciones.
De hecho, se estima que más de la mitad de las mujeres embarazadas experimentarán dolor de cintura en algún momento de la gestación, especialmente en el último trimestre.
Esto no debe ser así necesariamente: “Esto se produce por el mayor peso que el bebé ejerce sobre la columna, provocando cambios en su estructura y biomecánica, lo que modifica el eje gravitacional de la mujer y puede generarle dificultad para mantener el equilibrio”, explican los profesionales del centro de quiropraxia.
“Esto produce cambios en la pelvis y en las articulaciones sacroilíacas, lo que posteriormente afectará la postura integral de la columna y diversas subluxaciones vertebrales”.
“Uno de los inconvenientes más comunes que vemos en la clínica es la posición incorrecta de los bebés poco antes del momento de nacer, ya sea que se mantienen de nalgas o en posición transversal.
Mediante técnicas específicas, la quiropraxia restaura el balance y la función pélvica apropiada permitiendo que el bebé rote y se coloque en la posición correcta.
De hecho, recientemente tuvimos un caso de una mujer que llegó con un embarazo de ocho meses y medio y el bebé estaba de nalgas, luego de dos ajustes logramos que se posicione correctamente”, comentó Barroso Griffiths.
Las mujeres que reciben ajustes quiroprácticos durante el embarazo presentan menos molestias, embarazos más saludables y menor probabilidad de complicaciones durante el parto.
La quiropraxia es una opción que mejora la salud sin necesidad de consumir calmantes o analgésicos para aliviar los dolores, lo que obviamente es vital para evitar que lleguen al bebé por ingesta de la madre.
El profesional quiropráctico realizará los ajustes necesarios para restaurar la alineación correcta de la columna vertebral y de todas sus vértebras. Estos ajustes son completamente seguros y no registran ningún tipo de riesgo ni para la mamá ni el feto.
Tercera etapa: después
Son numerosos los casos en que las mujeres que mantuvieron su cuidado quiropráctico antes, durante y después del embarazo experimentaron un parto mucho más rápido, casi sin dolor y con mayor facilidad.
La quiropraxia aconseja la postura parada, sentada o agachada para dar a luz, tal como se hacía en la antigüedad, ya que es sencillamente la fuerza de gravedad la que asiste en esta tarea a la mujer.
Luego de haber dado a luz, la quiropraxia ayuda a la mujer a que las coyunturas y los ligamentos estirados y débiles puedan volver a su lugar.
También alivia los dolores provocados por algunas jaquecas, problemas en los hombros y malestares en los músculos y en los nervios causados por los cambios sufridos en su cuerpo.
Y, ya con el nuevo integrante de la familia, desde el momento mismo del nacimiento, se aconseja un chequeo de columna ya que “en el 80% de los seres humanos la primera subluxación vertebral se produce en el momento del parto, por la gran presión ejercida en las cervicales, (aproximadamente 30 kilos).
Esto provoca que el Atlas (primera vértebra cervical), el Axis (la segunda vértebra cervical) o ambas queden fuera de lugar y afecten el normal crecimiento y desarrollo del niño”, detalló Mellino.
Además, cabe destacar que un ser humano desde el nacimiento hasta los cinco años, experimenta 2500 caídas en promedio, lo cual confirma que es prácticamente imposible que un niño a esa edad no padezca una subluxación vertebral y necesite una corrección de su columna”, agregó Barroso Griffiths.
“Para los niños está comprobado que la quiropraxia contribuye a mejorar su rendimiento escolar, a dormir mejor y a aumentar su resistencia a algunas infecciones como las de nariz, garganta y oídos”. Fuente: Voz Libre
Los profesionales de La Clínica de la Columna sostienen que para lograr un embarazo saludable, óptimo y sobre todo, placentero, la clave es regularizar los ciclos menstruales.
Para ello la correcta alineación de la columna es esencial antes, durante y después del embarazo e incluso con la llegada del bebé.
“Para que el Sistema Nervioso Central (SNC) funcione al 100% de su potencial y libre de interferencias en el intercambio y flujo informativo de todo el organismo, es vital mantener una columna alineada y libre de subluxaciones vertebrales”, afirma el doctor en Quiropraxia Diego Mellino, fundador y director de La Clínica de la Columna, el primer Centro Internacional de Quiropraxia del país.
Esta situación es un ideal que se busca en absolutamente todas las personas que buscan y desean una vida saludable y plena. Pero es mucho más significativo si se trata de mujeres en busca del gran placer de convertirse en madres.
“En la clínica tenemos varios casos de mujeres jóvenes que querían concebir pero por diferentes motivos no podían quedar embarazadas.
Eran todas mujeres sanas a primera vista sin problemas mayores”, explicó Mellino, quien destacó que “para ellas, la búsqueda de la maternidad se tornaba una ilusión, pero que luego del cuidado quiropráctico rápidamente se pudo concretar”.
Primera etapa: antes
La Quiropraxia se basa en el hecho científico de que el sistema nervioso controla y coordina la función de todas las células, tejidos, órganos y sistemas del cuerpo.
En tal sentido, es también responsable del control de cada uno de los cambios y funciones que las mujeres experimentan, especialmente lo relacionado con sus ciclos menstruales.
Los dolores en esos días aunque se suelen caracterizar como “habituales” o “normales” no tienen porqué serlo.
El útero es un músculo que en esos momentos se contrae y genera dolores. El cuidado de la columna mediante el ajuste quiropráctico y su posterior liberación de subluxaciones vertebrales hace que el útero trabaje en forma correcta y que, por lo tanto, se eliminen casi al 100% esas molestias.
“Estos son los primeros pasos para que, una vez que la columna está alineada, libre de interferencias y funcionando al 100% de su potencial, los ciclos menstruales vuelvan a regularizarse para una fertilidad plena.
Glándulas, células, neuronas y demás partes intervinientes en estos procesos femeninos lograrán funcionar correctamente y el organismo estará listo para la procreación”, explicó el licenciado Marcelo Barroso Griffiths, quiropráctico del mismo centro de salud.
Segunda etapa: durante
Finalmente, el deseo tan esperado se concreta y el embarazo es una realidad. La gran cantidad de cambios fisiológicos por los que pasa la mujer durante los meses de gestación -cambios hormonales, crecimiento uterino, fijación justa del feto en las paredes uterinas, cambios en la columna para mantener el balance y tantas otras maravillas que suceden en estos momentos- son parte de una gran orquesta perfecta que el SNC controla y administra.
Es frecuente escuchar que durante el embarazo, muchas mujeres experimentan dolores de cabeza, mareos, náuseas, cansancio, dolores de espalda, entre otras afecciones.
De hecho, se estima que más de la mitad de las mujeres embarazadas experimentarán dolor de cintura en algún momento de la gestación, especialmente en el último trimestre.
Esto no debe ser así necesariamente: “Esto se produce por el mayor peso que el bebé ejerce sobre la columna, provocando cambios en su estructura y biomecánica, lo que modifica el eje gravitacional de la mujer y puede generarle dificultad para mantener el equilibrio”, explican los profesionales del centro de quiropraxia.
“Esto produce cambios en la pelvis y en las articulaciones sacroilíacas, lo que posteriormente afectará la postura integral de la columna y diversas subluxaciones vertebrales”.
“Uno de los inconvenientes más comunes que vemos en la clínica es la posición incorrecta de los bebés poco antes del momento de nacer, ya sea que se mantienen de nalgas o en posición transversal.
Mediante técnicas específicas, la quiropraxia restaura el balance y la función pélvica apropiada permitiendo que el bebé rote y se coloque en la posición correcta.
De hecho, recientemente tuvimos un caso de una mujer que llegó con un embarazo de ocho meses y medio y el bebé estaba de nalgas, luego de dos ajustes logramos que se posicione correctamente”, comentó Barroso Griffiths.
Las mujeres que reciben ajustes quiroprácticos durante el embarazo presentan menos molestias, embarazos más saludables y menor probabilidad de complicaciones durante el parto.
La quiropraxia es una opción que mejora la salud sin necesidad de consumir calmantes o analgésicos para aliviar los dolores, lo que obviamente es vital para evitar que lleguen al bebé por ingesta de la madre.
El profesional quiropráctico realizará los ajustes necesarios para restaurar la alineación correcta de la columna vertebral y de todas sus vértebras. Estos ajustes son completamente seguros y no registran ningún tipo de riesgo ni para la mamá ni el feto.
Tercera etapa: después
Son numerosos los casos en que las mujeres que mantuvieron su cuidado quiropráctico antes, durante y después del embarazo experimentaron un parto mucho más rápido, casi sin dolor y con mayor facilidad.
La quiropraxia aconseja la postura parada, sentada o agachada para dar a luz, tal como se hacía en la antigüedad, ya que es sencillamente la fuerza de gravedad la que asiste en esta tarea a la mujer.
Luego de haber dado a luz, la quiropraxia ayuda a la mujer a que las coyunturas y los ligamentos estirados y débiles puedan volver a su lugar.
También alivia los dolores provocados por algunas jaquecas, problemas en los hombros y malestares en los músculos y en los nervios causados por los cambios sufridos en su cuerpo.
Y, ya con el nuevo integrante de la familia, desde el momento mismo del nacimiento, se aconseja un chequeo de columna ya que “en el 80% de los seres humanos la primera subluxación vertebral se produce en el momento del parto, por la gran presión ejercida en las cervicales, (aproximadamente 30 kilos).
Esto provoca que el Atlas (primera vértebra cervical), el Axis (la segunda vértebra cervical) o ambas queden fuera de lugar y afecten el normal crecimiento y desarrollo del niño”, detalló Mellino.
Además, cabe destacar que un ser humano desde el nacimiento hasta los cinco años, experimenta 2500 caídas en promedio, lo cual confirma que es prácticamente imposible que un niño a esa edad no padezca una subluxación vertebral y necesite una corrección de su columna”, agregó Barroso Griffiths.
“Para los niños está comprobado que la quiropraxia contribuye a mejorar su rendimiento escolar, a dormir mejor y a aumentar su resistencia a algunas infecciones como las de nariz, garganta y oídos”. Fuente: Voz Libre
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