En un homenaje a las víctimas de la masacre de Tucson, el presidente de los Estados Unidos, llamó a discutir las causas "con humildad" e instó a no buscar una "explición simple".
Jared Loughner, de 22 años y que el lunes compareció por primera vez ante un juez, está acusado del asesinato de 6 personas y de herir a otras 14, entre ellas a Giffords, al disparar indiscriminadamente en un acto público de la legisladora en Tucson, en Arizona.
"Debemos estar atentos contra las explicaciones simples", advirtió Obama en una misa en memoria de las víctimas.
Y reflexionó: "Ninguno de nosotros puede saber exáctamente qué provocó este horrendo ataque ni qué podría haberlo impedido.
Pero debemos examinar todo lo que llevó a la tragedia, para reducir las posibilidades de que sucedan de nuevo".
"En un momento en que nuestro discurso se ha vuelto tan fuertemente polarizado es importante asegurarnos de que estamos hablando entre nosotros de una manera que cure y no que lastime. Lo que no podemos es usar este hecho para atacarnos mutuamente", afirmó.
El mandatario le dedicó un tiempo importante a cada uno de los fallecidos. No sólo los mencionó, sino que habló de sus historias de vida. Uno de los pasajes más emotivos fue cuando contó que visitó a Giffords en el Centro Médico de la Universidad de Arizona y unos minutos después de salir de su habitación, mientras otros miembros del Congreso todavía estaban allí, "Gabby abrió los ojos por primera vez. Así que les puedo decir que ella sabe que estamos aquí".
El mandatario no escatimó elogios para referirse a la congresista: "es un ejemplo de un gobierno por y para el pueblo, porque estaba cumpliendo un principio central de la democracia: representantes de la gente respondiendo a preguntas del electorado".
Antes había intervenido la secretaria de Seguridad y ex gobernadora de Arizona, Janet Napolitano, quien al igual que el secretario de Justicia, Eric Holder, eligió un pasaje del Nuevo Testamento durante su intervención.
Jared Loughner, de 22 años y que el lunes compareció por primera vez ante un juez, está acusado del asesinato de 6 personas y de herir a otras 14, entre ellas a Giffords, al disparar indiscriminadamente en un acto público de la legisladora en Tucson, en Arizona.
"Debemos estar atentos contra las explicaciones simples", advirtió Obama en una misa en memoria de las víctimas.
Y reflexionó: "Ninguno de nosotros puede saber exáctamente qué provocó este horrendo ataque ni qué podría haberlo impedido.
Pero debemos examinar todo lo que llevó a la tragedia, para reducir las posibilidades de que sucedan de nuevo".
"En un momento en que nuestro discurso se ha vuelto tan fuertemente polarizado es importante asegurarnos de que estamos hablando entre nosotros de una manera que cure y no que lastime. Lo que no podemos es usar este hecho para atacarnos mutuamente", afirmó.
El mandatario le dedicó un tiempo importante a cada uno de los fallecidos. No sólo los mencionó, sino que habló de sus historias de vida. Uno de los pasajes más emotivos fue cuando contó que visitó a Giffords en el Centro Médico de la Universidad de Arizona y unos minutos después de salir de su habitación, mientras otros miembros del Congreso todavía estaban allí, "Gabby abrió los ojos por primera vez. Así que les puedo decir que ella sabe que estamos aquí".
El mandatario no escatimó elogios para referirse a la congresista: "es un ejemplo de un gobierno por y para el pueblo, porque estaba cumpliendo un principio central de la democracia: representantes de la gente respondiendo a preguntas del electorado".
Antes había intervenido la secretaria de Seguridad y ex gobernadora de Arizona, Janet Napolitano, quien al igual que el secretario de Justicia, Eric Holder, eligió un pasaje del Nuevo Testamento durante su intervención.
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