La “recanalización tubaria” es una opción cada vez más buscada por quienes desean recobrar su fertilidad tras haberse sometido a la intervención como método anticonceptivo.
En qué consiste la cirugía. Los tres requisitos básicos para la reconstrucción
Muchas mujeres eligen hoy como método anticonceptivo la ligadura de trompas. Pero sucede que a veces, con el paso de los años y por distintas circunstancias, desean luego tener hijos nuevamente.
Frente a esta situación, la cirugía de reconstrucción de trompas se está extendiendo cada día más entre la población femenina, al ritmo del perfeccionamiento de las técnicas quirúrgicas.
Mediante un procedimiento de mínima invasividad, y en manos expertas, la mujer puede dar marcha atrás y recobrar la posibilidad de concebir.
El doctor Fernando Beltramone (MP 22.205 – ME 9.064) es especialista en Ginecología y Obstetricia, en Medicina Reproductiva (SAMER) y en Cirugía Video Asistida (SACIL) y destacó que “si la cirugía de ligadura fue oportunamente bien efectuada por el cirujano interviniente y no se dañó la trompa en forma extensa, el éxito en la cirugía orientada a que las trompas queden efectivamente permeables es de entre el 90 y el 95 por ciento“.
El especialista, miembro del staff del Servicio de Tocoginecología de Clínica Privada Gallia, detalló las ventajas de la reconstrucción de trompas, procedimiento que consideró “una buena opción para la mujer que quiere volver a tener la posibilidad de quedar embarazada, independientemente de que para esa instancia existan otros tantos métodos de fertilización, como la Fertilización In Vitro y el ICSI (Inyección Intracitoplasmática de un Espermatozoide), entre otros”.
“La principal ventaja de recobrar las posibilidades naturales para concebir cuando esto es posible consiste en que la mujer puede buscar de esta manera el embarazo en todos sus ciclos hormonales, no como ocurre con otros métodos que permiten intentarlo sólo en un ciclo por vez”, explicó Beltramone.
Según el especialista, “la recanalización tubaria es una práctica quirúrgica videolaparoscópica, que no requiere tratamiento posterior y que permite a la paciente recobrar su fertilidad sin sobresaltos”.
Tres requisitos básicos para la reconstrucción
“La técnica de reconstrucción de trompas es conveniente siempre y cuando la paciente cumpla con una serie de requisitos que garanticen el éxito de la intervención –detalló Beltramone-.
Debe analizarse cada caso en particular y establecer de acuerdo a ello si es conveniente realizar la cirugía o intentar directamente la concepción a través de un método de fertilización”.
Los requisitos fundamentales son:
1- Edad. El principal requisito para dar el visto bueno a la reconstrucción de trompas es que la mujer tenga idealmente 37 años o menos, y que la ligadura oportunamente efectuada haya sido realizada mediante la técnica “convencional” o por laparoscopía, sin que se haya dañado en gran medida la zona.
2- Reserva de óvulos. Otro requisito básico es que la mujer tenga buena reserva de óvulos.
En caso de que esto no sea así, es conveniente que la paciente no gaste su tiempo y dinero en reconstruir sus trompas si luego por otras causas tendrá pocas chances de quedar embarazada. En esos casos lo que se recomienda es acudir directamente a la fertilización in vitro.
3- Semen normal. Por último, también es importante que el semen del hombre sea normal ya que, por el mismo motivo que el anterior, si existen anomalías o dificultades en el semen no es conveniente la realización de cirugía, sino de ICSI.
¿En qué consiste la cirugía?
Dado que el objetivo de esta cirugía es restaurar la anatomía original de las trompas, que en la operación de ligadura fue oportunamente intervenida, la cirugía consiste en cortar un segmento de un centímetro de la trompa.
“Posteriormente se atan o coagulan los extremos mediante cirugía, de modo que las trompas quedan con la parte intermedia cortada y coagulada o ligada”, especificó.
“La recanalización consiste, por lo tanto, en seccionar los extremos pequeños que estaban tapados. A continuación se la deja abierta la trompa y mediante pequeñas suturas se unen de vuelta estos dos segmentos que estaban separados”, puntualizó.
Según Beltramone, “esta operación se puede realizar mediante dos tipos de procedimientos: microcirugía o laparoscopía.
La microquirúrgica implica abrir la zona abdominal y, mediante lupa y material especial, recanalizar las trompas. Sólo la realizan los profesionales que no tienen entrenamiento laparoscópico”.
“Por su parte, la técnica de la cirugía por laparoscopía implica sólo una incisión de un centímetro en el ombligo y punciones pequeñas en la zona abdominal. Por este medio uno puede hacer toda la cirugía de las trompas con la misma efectividad.
La técnica permite la visión de la cavidad pélvica-abdominal a través de una fibra óptica, mientras que las imágenes del interior se observan a través de una cámara conectada a una pantalla”, señaló el especialista.
La laparoscopía presenta numerosas ventajas frente a la técnica microquirúrgica, ya que el post-operatorio es mucho más rápido (por producir menos daño), y de esa manera la paciente puede reincorporarse rápidamente a sus actividades.
Además, la operación sólo implica ocho horas de internación, tras lo cual la paciente ya puede regresar a su hogar”.
Porcentaje de éxito
La chance de éxito varía de acuerdo a cómo haya quedado la trompa tras la ligadura original, porque a veces si ésta fue hecha con mucha agresión (por ejemplo si se hizo con electrobisturí y se quemó mucho la trompa), no va a funcionar bien, por más que la cirugía de reconstrucción haya sido correctamente realizada.
“La posibilidad de embarazo depende, entonces, de dos factores principales: el entrenamiento del médico que hace la recanalización, y el estado anatómico final de las trompas”, aseguró.
Y remarcó: “Las cifras varían de acuerdo a la calidad de la operación, pero en general los estudios que se hicieron luego de dos años de que la paciente se operó muestran que de ese 90 a 95% de pacientes que pudieron recanalizar sus trompas, entre el 50 y el 70% lograron embarazo, lo cual es un porcentaje muy alto”.
En qué consiste la cirugía. Los tres requisitos básicos para la reconstrucción
Muchas mujeres eligen hoy como método anticonceptivo la ligadura de trompas. Pero sucede que a veces, con el paso de los años y por distintas circunstancias, desean luego tener hijos nuevamente.
Frente a esta situación, la cirugía de reconstrucción de trompas se está extendiendo cada día más entre la población femenina, al ritmo del perfeccionamiento de las técnicas quirúrgicas.
Mediante un procedimiento de mínima invasividad, y en manos expertas, la mujer puede dar marcha atrás y recobrar la posibilidad de concebir.
El doctor Fernando Beltramone (MP 22.205 – ME 9.064) es especialista en Ginecología y Obstetricia, en Medicina Reproductiva (SAMER) y en Cirugía Video Asistida (SACIL) y destacó que “si la cirugía de ligadura fue oportunamente bien efectuada por el cirujano interviniente y no se dañó la trompa en forma extensa, el éxito en la cirugía orientada a que las trompas queden efectivamente permeables es de entre el 90 y el 95 por ciento“.
El especialista, miembro del staff del Servicio de Tocoginecología de Clínica Privada Gallia, detalló las ventajas de la reconstrucción de trompas, procedimiento que consideró “una buena opción para la mujer que quiere volver a tener la posibilidad de quedar embarazada, independientemente de que para esa instancia existan otros tantos métodos de fertilización, como la Fertilización In Vitro y el ICSI (Inyección Intracitoplasmática de un Espermatozoide), entre otros”.
“La principal ventaja de recobrar las posibilidades naturales para concebir cuando esto es posible consiste en que la mujer puede buscar de esta manera el embarazo en todos sus ciclos hormonales, no como ocurre con otros métodos que permiten intentarlo sólo en un ciclo por vez”, explicó Beltramone.
Según el especialista, “la recanalización tubaria es una práctica quirúrgica videolaparoscópica, que no requiere tratamiento posterior y que permite a la paciente recobrar su fertilidad sin sobresaltos”.
Tres requisitos básicos para la reconstrucción
“La técnica de reconstrucción de trompas es conveniente siempre y cuando la paciente cumpla con una serie de requisitos que garanticen el éxito de la intervención –detalló Beltramone-.
Debe analizarse cada caso en particular y establecer de acuerdo a ello si es conveniente realizar la cirugía o intentar directamente la concepción a través de un método de fertilización”.
Los requisitos fundamentales son:
1- Edad. El principal requisito para dar el visto bueno a la reconstrucción de trompas es que la mujer tenga idealmente 37 años o menos, y que la ligadura oportunamente efectuada haya sido realizada mediante la técnica “convencional” o por laparoscopía, sin que se haya dañado en gran medida la zona.
2- Reserva de óvulos. Otro requisito básico es que la mujer tenga buena reserva de óvulos.
En caso de que esto no sea así, es conveniente que la paciente no gaste su tiempo y dinero en reconstruir sus trompas si luego por otras causas tendrá pocas chances de quedar embarazada. En esos casos lo que se recomienda es acudir directamente a la fertilización in vitro.
3- Semen normal. Por último, también es importante que el semen del hombre sea normal ya que, por el mismo motivo que el anterior, si existen anomalías o dificultades en el semen no es conveniente la realización de cirugía, sino de ICSI.
¿En qué consiste la cirugía?
Dado que el objetivo de esta cirugía es restaurar la anatomía original de las trompas, que en la operación de ligadura fue oportunamente intervenida, la cirugía consiste en cortar un segmento de un centímetro de la trompa.
“Posteriormente se atan o coagulan los extremos mediante cirugía, de modo que las trompas quedan con la parte intermedia cortada y coagulada o ligada”, especificó.
“La recanalización consiste, por lo tanto, en seccionar los extremos pequeños que estaban tapados. A continuación se la deja abierta la trompa y mediante pequeñas suturas se unen de vuelta estos dos segmentos que estaban separados”, puntualizó.
Según Beltramone, “esta operación se puede realizar mediante dos tipos de procedimientos: microcirugía o laparoscopía.
La microquirúrgica implica abrir la zona abdominal y, mediante lupa y material especial, recanalizar las trompas. Sólo la realizan los profesionales que no tienen entrenamiento laparoscópico”.
“Por su parte, la técnica de la cirugía por laparoscopía implica sólo una incisión de un centímetro en el ombligo y punciones pequeñas en la zona abdominal. Por este medio uno puede hacer toda la cirugía de las trompas con la misma efectividad.
La técnica permite la visión de la cavidad pélvica-abdominal a través de una fibra óptica, mientras que las imágenes del interior se observan a través de una cámara conectada a una pantalla”, señaló el especialista.
La laparoscopía presenta numerosas ventajas frente a la técnica microquirúrgica, ya que el post-operatorio es mucho más rápido (por producir menos daño), y de esa manera la paciente puede reincorporarse rápidamente a sus actividades.
Además, la operación sólo implica ocho horas de internación, tras lo cual la paciente ya puede regresar a su hogar”.
Porcentaje de éxito
La chance de éxito varía de acuerdo a cómo haya quedado la trompa tras la ligadura original, porque a veces si ésta fue hecha con mucha agresión (por ejemplo si se hizo con electrobisturí y se quemó mucho la trompa), no va a funcionar bien, por más que la cirugía de reconstrucción haya sido correctamente realizada.
“La posibilidad de embarazo depende, entonces, de dos factores principales: el entrenamiento del médico que hace la recanalización, y el estado anatómico final de las trompas”, aseguró.
Y remarcó: “Las cifras varían de acuerdo a la calidad de la operación, pero en general los estudios que se hicieron luego de dos años de que la paciente se operó muestran que de ese 90 a 95% de pacientes que pudieron recanalizar sus trompas, entre el 50 y el 70% lograron embarazo, lo cual es un porcentaje muy alto”.
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