Un estudio reveló que las personas que mastican más la comida consumen menos calorías, lo que las ayudaría a controlar mejor el peso. Cómo aplicarlo en la dieta diaria.
Masticar la comida 40 veces, en lugar de las 15 veces promedio, reduce casi un 12% el consumo de calorías, publicó American Journal of Clinical Nutrition.
El equipo de Jie Li, de la Universidad Médica de Harbin en China, le sirvió un desayuno típico a 14 hombres obesos y a 16 con peso normal, todos jóvenes, para comprobar si había diferencia en cómo masticaban la comida y si masticarla más haría que comieran menos y se modificaran los valores de azúcar o de las hormonas que regulan el apetito.
El equipo halló una relación entre la cantidad de veces que se mastica la comida y los niveles de varias hormonas que “le dicen al cerebro cuándo empezar a comer y cuándo dejar de hacerlo”, dijo el coautor del estudio, Shuran Wang.
Masticar más estuvo asociado con una reducción en sangre de la grelina, una hormona que estimula el apetito, y un aumento de la CCK, una hormona que reduciría las ganas de comer.
Esas hormonas “podrían ser blancos muy útiles para el tratamiento de la obesidad en el futuro”, dijo Wang, ya que regular sus niveles ayudaría a controlar mejor el apetito.
Los autores no hallaron diferencias entre el tamaño de los mordiscos de ambos grupos, ni relación entre el tiempo que masticaban la comida y los niveles de glucosa o de insulina.
Dado que el estudio era pequeño y sólo tuvo en cuenta a hombres jóvenes, no necesariamente pude predecir cómo masticar más puede influir en la cantidad de calorías que consumen otros grupos.
Aun así, la reducción del 12% de las calorías que consumió el grupo que masticó la comida 40 veces podría traducirse en una disminución significativa del peso corporal.
Si una persona reduce un 12% la cantidad de calorías que ingiere, adelgazaría unos 11 kilogramos en un año, estimó Adam Drewnowski, director del Centro para la Investigación de la Obesidad de la University of Washington en Seattle.
Pero, dado que la dieta promedio incluye alimentos que no se mastican, como la sopa y el helado, indicó que la cantidad real de peso que se adelgazará por masticar más sería mucho menor.
“Supongo que si una persona mastica cada bocado 100 veces o más, terminaría comiendo menos. Pero no estoy seguro si podría ser una medida viable para prevenir la obesidad”, agregó Drewnowski, que no participó del estudio.
A pesar de las limitaciones de la investigación, sus autores sostienen que es necesario seguir estudiando la relación entre los hábitos alimentarios y la obesidad para frenar un problema de salud pública creciente en el mundo.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC por su sigla en inglés), más de un tercio de los adultos norteamericanos son obesos.
La obesidad es un factor de riesgo importante de varias enfermedades, como las cardiopatías y la diabetes. Un estudio de la Institución Brookings estimó en 2010 que el costo de la obesidad en los Estados Unidos supera los 200.000 millones de dólares por año. Fuente: Reuters
Masticar la comida 40 veces, en lugar de las 15 veces promedio, reduce casi un 12% el consumo de calorías, publicó American Journal of Clinical Nutrition.
El equipo de Jie Li, de la Universidad Médica de Harbin en China, le sirvió un desayuno típico a 14 hombres obesos y a 16 con peso normal, todos jóvenes, para comprobar si había diferencia en cómo masticaban la comida y si masticarla más haría que comieran menos y se modificaran los valores de azúcar o de las hormonas que regulan el apetito.
El equipo halló una relación entre la cantidad de veces que se mastica la comida y los niveles de varias hormonas que “le dicen al cerebro cuándo empezar a comer y cuándo dejar de hacerlo”, dijo el coautor del estudio, Shuran Wang.
Masticar más estuvo asociado con una reducción en sangre de la grelina, una hormona que estimula el apetito, y un aumento de la CCK, una hormona que reduciría las ganas de comer.
Esas hormonas “podrían ser blancos muy útiles para el tratamiento de la obesidad en el futuro”, dijo Wang, ya que regular sus niveles ayudaría a controlar mejor el apetito.
Los autores no hallaron diferencias entre el tamaño de los mordiscos de ambos grupos, ni relación entre el tiempo que masticaban la comida y los niveles de glucosa o de insulina.
Dado que el estudio era pequeño y sólo tuvo en cuenta a hombres jóvenes, no necesariamente pude predecir cómo masticar más puede influir en la cantidad de calorías que consumen otros grupos.
Aun así, la reducción del 12% de las calorías que consumió el grupo que masticó la comida 40 veces podría traducirse en una disminución significativa del peso corporal.
Si una persona reduce un 12% la cantidad de calorías que ingiere, adelgazaría unos 11 kilogramos en un año, estimó Adam Drewnowski, director del Centro para la Investigación de la Obesidad de la University of Washington en Seattle.
Pero, dado que la dieta promedio incluye alimentos que no se mastican, como la sopa y el helado, indicó que la cantidad real de peso que se adelgazará por masticar más sería mucho menor.
“Supongo que si una persona mastica cada bocado 100 veces o más, terminaría comiendo menos. Pero no estoy seguro si podría ser una medida viable para prevenir la obesidad”, agregó Drewnowski, que no participó del estudio.
A pesar de las limitaciones de la investigación, sus autores sostienen que es necesario seguir estudiando la relación entre los hábitos alimentarios y la obesidad para frenar un problema de salud pública creciente en el mundo.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC por su sigla en inglés), más de un tercio de los adultos norteamericanos son obesos.
La obesidad es un factor de riesgo importante de varias enfermedades, como las cardiopatías y la diabetes. Un estudio de la Institución Brookings estimó en 2010 que el costo de la obesidad en los Estados Unidos supera los 200.000 millones de dólares por año. Fuente: Reuters
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