El sábado, dos días después de su llegada a Washington, el Senado pretende realizar una votación clave para el futuro de su controvertido plan de reforma al sistema de salud nacional.
El presidente también se enfrenta a una difícil decisión sobre estrategia y cantidad de soldados de su país en Afganistán que, no importa cuál sea, seguro recibirá críticas.
Su iniciativa de volver a regular el sector financiero enfrenta fuerte oposición en el Congreso. Su decisión de enjuiciar a los principales sospechosos de terrorismo en cortes federales fue blanco de fuertes cuestionamientos de los republicanos.
Y además, los legisladores de su partido en la Cámara de Representantes impulsan un polémico proyecto de empleo.
Su prioridad inmediata es saber si los 58 demócratas y dos miembros independientes del Senado seguirán unidos para resistir un posible intento republicano de demorar indefinidamente el proyecto de reforma de salud.
Se necesitan dos tercios de la Cámara alta, 60 votos, para superar las medidas dilatorias y pasar al debate en el pleno.
No se esperan votos positivos de ningún republicano y no parece que ninguno esté dispuesto a votar por el proyecto cuando llegue al pleno.
Si el proyecto no llega al pleno del Senado, Obama sufriría un serio revés. Si lo hace, el debate ocupará gran parte de diciembre, un mes ocupado para el presidente, que debe planear el presupuesto y su discurso anual de rendición de cuentas.
La decisión más difícil será la de Afganistán, dijo Bruce Reed, ex asesor del presidente Bill Clinton. "Mandar a soldados a que arriesguen sus vidas es la decisión más difícil que puede tomar un presidente", dijo.
Obama quiere una estrategia integral que tenga en cuenta el terrorismo, la insurgencia talibán y una eventual retirada norteamericana. Según dijo a NBC News desde Asia, quiere explicarle a la población "qué está en juego, qué hay que hacer, cómo triunfar, cuánto costará y cuánto tiempo llevará".
Mientras, los republicanos critican la política económica del gobierno porque la caída del empleo no se detuvo y los legisladores demócratas quieren extender partes del paquete de estímulo de febrero pasado, incluidos los subsidios por desempleo.
La oposición tampoco ve con buenos ojos su intento de reformar el sector financiero, porque dice limitaría el crédito para la población. Fuente: AP
El presidente también se enfrenta a una difícil decisión sobre estrategia y cantidad de soldados de su país en Afganistán que, no importa cuál sea, seguro recibirá críticas.
Su iniciativa de volver a regular el sector financiero enfrenta fuerte oposición en el Congreso. Su decisión de enjuiciar a los principales sospechosos de terrorismo en cortes federales fue blanco de fuertes cuestionamientos de los republicanos.
Y además, los legisladores de su partido en la Cámara de Representantes impulsan un polémico proyecto de empleo.
Su prioridad inmediata es saber si los 58 demócratas y dos miembros independientes del Senado seguirán unidos para resistir un posible intento republicano de demorar indefinidamente el proyecto de reforma de salud.
Se necesitan dos tercios de la Cámara alta, 60 votos, para superar las medidas dilatorias y pasar al debate en el pleno.
No se esperan votos positivos de ningún republicano y no parece que ninguno esté dispuesto a votar por el proyecto cuando llegue al pleno.
Si el proyecto no llega al pleno del Senado, Obama sufriría un serio revés. Si lo hace, el debate ocupará gran parte de diciembre, un mes ocupado para el presidente, que debe planear el presupuesto y su discurso anual de rendición de cuentas.
La decisión más difícil será la de Afganistán, dijo Bruce Reed, ex asesor del presidente Bill Clinton. "Mandar a soldados a que arriesguen sus vidas es la decisión más difícil que puede tomar un presidente", dijo.
Obama quiere una estrategia integral que tenga en cuenta el terrorismo, la insurgencia talibán y una eventual retirada norteamericana. Según dijo a NBC News desde Asia, quiere explicarle a la población "qué está en juego, qué hay que hacer, cómo triunfar, cuánto costará y cuánto tiempo llevará".
Mientras, los republicanos critican la política económica del gobierno porque la caída del empleo no se detuvo y los legisladores demócratas quieren extender partes del paquete de estímulo de febrero pasado, incluidos los subsidios por desempleo.
La oposición tampoco ve con buenos ojos su intento de reformar el sector financiero, porque dice limitaría el crédito para la población. Fuente: AP
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