Tres senadores demócratas moderados son clave para que el proyecto que impulsa Obama pueda pasar su primer obstáculo. Necesitan 60 votos para poder mandar la legislación a debate.
Mary Landrieu, de Luisiana, Ben Nelson, de Nebraska, y Blanche Lincoln, de Arkansas, maniobraron hasta ahora con cuidado, pendientes del humor de los votantes de sus estados. Al mismo tiempo, aprovechan su recién adquirida influencia en el Senado.
Esa influencia se nota en la sección 2006 del proyecto de ley de 2.074 páginas, que en apenas varias decenas de renglones y sin mencionar ni a Landrieu ni a Luisiana, destina 100 millones de dólares de fondos federales a ese estado.
Así, pareciera dar paso a que la senadora vote a favor de enviar el proyecto al pleno de la cámara.
Los demócratas son 58 y cuentan con el apoyo de dos independientes. La oposición republicana puede usar tácticas dilatorias para que la votación no se produzca, las que se pueden superar con 60 votos, dos tercios del total.
Nelson fue el único de los tres moderados que ayer publicó un comunicado en que despejó las dudas sobre sus intenciones.
"El Senado debería comenzar a intentar arreglar un sistema de salud público que cuesta demasiado y brinda demasiado poco a los ciudadanos de Nebraska", dijo.
Los riesgos de la complicada danza de los líderes en busca de votos quedaron claros cuando el segundo en importancia de la bancada demócrata, Dick Durbin, señaló que Lincoln le había confiado a Reid cómo votaría.
Los republicanos de inmediato acusaron a la senadora de decírselo a los líderes de su partido antes que a los ciudadanos de Arkansas y una vocera de Lincoln dijo que "aún está estudiando el proyecto" y no se había decidido.
La Casa Blanca, en tanto, dijo en un comunicado que el proyecto "ofrece las reformas necesarias al sistema de salud que busca el gobierno". La reforma es considerada el tema de política interior más importante para el presidente Barack Obama.
El plan senatorial, que costará casi un billón de dólares en 10 años, cubrirá a casi el 94% de los norteamericano, según sus defensores, prohibirá a las empresas de seguros negar la cobertura a las personas con condiciones médicas preexistentes y obligará bajo pena de ley a casi todas las personas a adquirir seguro médico. Fuente: AP
Mary Landrieu, de Luisiana, Ben Nelson, de Nebraska, y Blanche Lincoln, de Arkansas, maniobraron hasta ahora con cuidado, pendientes del humor de los votantes de sus estados. Al mismo tiempo, aprovechan su recién adquirida influencia en el Senado.
Esa influencia se nota en la sección 2006 del proyecto de ley de 2.074 páginas, que en apenas varias decenas de renglones y sin mencionar ni a Landrieu ni a Luisiana, destina 100 millones de dólares de fondos federales a ese estado.
Así, pareciera dar paso a que la senadora vote a favor de enviar el proyecto al pleno de la cámara.
Los demócratas son 58 y cuentan con el apoyo de dos independientes. La oposición republicana puede usar tácticas dilatorias para que la votación no se produzca, las que se pueden superar con 60 votos, dos tercios del total.
Nelson fue el único de los tres moderados que ayer publicó un comunicado en que despejó las dudas sobre sus intenciones.
"El Senado debería comenzar a intentar arreglar un sistema de salud público que cuesta demasiado y brinda demasiado poco a los ciudadanos de Nebraska", dijo.
Los riesgos de la complicada danza de los líderes en busca de votos quedaron claros cuando el segundo en importancia de la bancada demócrata, Dick Durbin, señaló que Lincoln le había confiado a Reid cómo votaría.
Los republicanos de inmediato acusaron a la senadora de decírselo a los líderes de su partido antes que a los ciudadanos de Arkansas y una vocera de Lincoln dijo que "aún está estudiando el proyecto" y no se había decidido.
La Casa Blanca, en tanto, dijo en un comunicado que el proyecto "ofrece las reformas necesarias al sistema de salud que busca el gobierno". La reforma es considerada el tema de política interior más importante para el presidente Barack Obama.
El plan senatorial, que costará casi un billón de dólares en 10 años, cubrirá a casi el 94% de los norteamericano, según sus defensores, prohibirá a las empresas de seguros negar la cobertura a las personas con condiciones médicas preexistentes y obligará bajo pena de ley a casi todas las personas a adquirir seguro médico. Fuente: AP
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