El acuerdo para solucionar la crisis política hondureña es "un engaño" y está muerto, expresó el presidente derrocado Manuel Zelaya, descartando la posibilidad de participar en un gobierno de reconciliación armado por el líder de facto Roberto Micheletti .
El mandatario defenestrado declaró el domingo a la radio Globo, luego de participar en una misa en la embajada brasileña, que "este acuerdo ya murió".
"Ese diálogo es un engaño; ese diálogo no tiene ética, ese diálogo así como está establecido es una repartición de puestos entre partidarios del golpe de estado", cuestionó Zelaya, quien fue derrocado el 28 de junio. "En eso yo no voy a participar".
Dejó en claro que la crisis se resolverá cuando se resuelva su restitución a la presidencia y pueda culminar su periodo para el cual fue elegido.
Micheletti esperaba que este fin de semana Zelaya decidiera participar en el gobierno de unidad que según el acuerdo alcanzado el 30 de octubre entre las partes en conflicto debía formarse e instalarse el 5 de noviembre.
Micheletti argumentó que actuó ceñido al acuerdo que estipulaba la integración de un gobierno con la participación de representantes de los partidos políticos y la sociedad civil. Dijo que Zelaya se negó a proponer candidatos.
La postura de Micheletti es que mientras el congreso no decida si restituye o no a Zelaya a la presidencia, él seguirá llevando los hilos del país.
Pero el líder defenestrado insiste en que el acuerdo se incumplió al no convocarse al Congreso expeditamente para que finiquitara su regreso y encabezar el gabinete de unidad.
"El acuerdo tiene un fin, un propósito", argumentó Zelaya, alojado en la embajada brasileña hace más de un mes. "Todos los pasos (puntos y calendarios) están unidos.
Cómo (Micheletti) va a formar un gabinete sin presidente; un gabinete lo va a dirigir el presidente de facto que dio el golpe de estado, ¿esa es la reconciliación?".
El acuerdo, impulsado por Estados Unidos y que suscitó grandes esperanzas de que fuese finalmente la vía de salida a la crisis que se ha prolongado por más de cuatro meses se mantiene en vilo.
Estados Unidos y la Organización de Estados Americanos (OEA), que verifica el cumplimiento del pacto, lamentaron el nuevo estancamiento en el proceso.
El gobierno de unidad debe velar por las elecciones presidenciales del 29 de noviembre y traspasar el poder al ganador, el 27 de enero. Zelaya advirtió que si no es reinstalado al poder esos comicios adolecerían de legitimidad. Fuente: AP.
El mandatario defenestrado declaró el domingo a la radio Globo, luego de participar en una misa en la embajada brasileña, que "este acuerdo ya murió".
"Ese diálogo es un engaño; ese diálogo no tiene ética, ese diálogo así como está establecido es una repartición de puestos entre partidarios del golpe de estado", cuestionó Zelaya, quien fue derrocado el 28 de junio. "En eso yo no voy a participar".
Dejó en claro que la crisis se resolverá cuando se resuelva su restitución a la presidencia y pueda culminar su periodo para el cual fue elegido.
Micheletti esperaba que este fin de semana Zelaya decidiera participar en el gobierno de unidad que según el acuerdo alcanzado el 30 de octubre entre las partes en conflicto debía formarse e instalarse el 5 de noviembre.
Micheletti argumentó que actuó ceñido al acuerdo que estipulaba la integración de un gobierno con la participación de representantes de los partidos políticos y la sociedad civil. Dijo que Zelaya se negó a proponer candidatos.
La postura de Micheletti es que mientras el congreso no decida si restituye o no a Zelaya a la presidencia, él seguirá llevando los hilos del país.
Pero el líder defenestrado insiste en que el acuerdo se incumplió al no convocarse al Congreso expeditamente para que finiquitara su regreso y encabezar el gabinete de unidad.
"El acuerdo tiene un fin, un propósito", argumentó Zelaya, alojado en la embajada brasileña hace más de un mes. "Todos los pasos (puntos y calendarios) están unidos.
Cómo (Micheletti) va a formar un gabinete sin presidente; un gabinete lo va a dirigir el presidente de facto que dio el golpe de estado, ¿esa es la reconciliación?".
El acuerdo, impulsado por Estados Unidos y que suscitó grandes esperanzas de que fuese finalmente la vía de salida a la crisis que se ha prolongado por más de cuatro meses se mantiene en vilo.
Estados Unidos y la Organización de Estados Americanos (OEA), que verifica el cumplimiento del pacto, lamentaron el nuevo estancamiento en el proceso.
El gobierno de unidad debe velar por las elecciones presidenciales del 29 de noviembre y traspasar el poder al ganador, el 27 de enero. Zelaya advirtió que si no es reinstalado al poder esos comicios adolecerían de legitimidad. Fuente: AP.
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