El transbordador norteamericano despegó hoy sin problemas con seis astronautas a bordo. El lanzamiento desde el Centro Espacial Kennedy salió tal como estaba planificado.
La nave, en la que viajan seis astronautas, partió hacia la Estación Espacial Internacional (ISS) en una misión complicada, en la que tendrán que realizar múltiples trabajos en poco tiempo, y arriesgada, ya que la nave no puede engancharse a la plataforma orbital y debe ser autosuficiente.
En once días, la tripulación tendrá que entregar 13.000 kilos de carga, especialmente grandes piezas de repuestos, realizar tres caminatas espaciales contrarreloj y preparar la llegada del último módulo estadounidense que se sumará al complejo científico a finales de año.
El llenado de los dos compartimentos en el tanque exterior, de unos 14 pisos de altura, con oxígeno e hidrógeno líquidos -los combustibles del motor propulsor que elevó al Atlantis en su trigésimo primera misión-, fueron la señal de que el lanzamiento iba en marcha.
El sábado fueron almacenados en la cabina del Atlantis los equipajes personales de los astronautas junto con un asiento adicional que acomodará el retorno a la Tierra de Nicole Scott, quien ha permanecido dos meses como ingeniera de vuelo en la ISS.
Durante su misión -la 129- de traslado de carga desde la Tierra a la ISS, que orbita a unos 385 kilómetros, los seis hombres del Atlantis, comandados por Charlie Hobaugh, descargarán casi 13.600 kilos de bombas, tanques y otras piezas de respuesto, así como experimentos científicos.
Además, los astronautas Randy Bresnik, Mike Foreman y Bobby Satcher realizarán tres caminatas espaciales con el "tiempo limitado" para instalar dos plataformas en el complejo espacial.
La primera caminata se realizará el cuarto día (19 de noviembre); la segunda, el sexto; y la tercera, el octavo. Además, los astronautas tendrán que preparar el terreno para la siguiente misión, en la que se acoplará el último módulo estadounidense de la ISS.
Como curiosidad, los nuevos astronautas compartirán con los seis inquilinos del puesto orbital el problema causado por el fallo en un sistema que reprocesa la orina de los astronautas para la obtención de agua potable.
El portavoz de la NASA Kelly Humphries ha explicado que si no se puede reparar el sistema, los astronautas deberán recurrir a las bolsas plásticas para el depósito de orina, o deberán determinar cuántos de ellos usan los dos inodoros en la ISS o el único que hay en el Atlantis.
De todos modos, la estación espacial tiene agua suficiente como para las necesidades de los astronautas hasta dentro de seis meses, con o sin el sistema de reprocesamiento.
Ésta será la penúltima misión del Atlantis. Los tres transbordadores en la flota de la NASA -los otros dos son el Discovery y el Endeavour- pasarán a retiro en uno o dos años.
Dos de estas naves en la flota original -el Challenger y el Columbia- se destruyeron en accidentes que se cobraron la vida de 14 astronautas.
La nave, en la que viajan seis astronautas, partió hacia la Estación Espacial Internacional (ISS) en una misión complicada, en la que tendrán que realizar múltiples trabajos en poco tiempo, y arriesgada, ya que la nave no puede engancharse a la plataforma orbital y debe ser autosuficiente.
En once días, la tripulación tendrá que entregar 13.000 kilos de carga, especialmente grandes piezas de repuestos, realizar tres caminatas espaciales contrarreloj y preparar la llegada del último módulo estadounidense que se sumará al complejo científico a finales de año.
El llenado de los dos compartimentos en el tanque exterior, de unos 14 pisos de altura, con oxígeno e hidrógeno líquidos -los combustibles del motor propulsor que elevó al Atlantis en su trigésimo primera misión-, fueron la señal de que el lanzamiento iba en marcha.
El sábado fueron almacenados en la cabina del Atlantis los equipajes personales de los astronautas junto con un asiento adicional que acomodará el retorno a la Tierra de Nicole Scott, quien ha permanecido dos meses como ingeniera de vuelo en la ISS.
Durante su misión -la 129- de traslado de carga desde la Tierra a la ISS, que orbita a unos 385 kilómetros, los seis hombres del Atlantis, comandados por Charlie Hobaugh, descargarán casi 13.600 kilos de bombas, tanques y otras piezas de respuesto, así como experimentos científicos.
Además, los astronautas Randy Bresnik, Mike Foreman y Bobby Satcher realizarán tres caminatas espaciales con el "tiempo limitado" para instalar dos plataformas en el complejo espacial.
La primera caminata se realizará el cuarto día (19 de noviembre); la segunda, el sexto; y la tercera, el octavo. Además, los astronautas tendrán que preparar el terreno para la siguiente misión, en la que se acoplará el último módulo estadounidense de la ISS.
Como curiosidad, los nuevos astronautas compartirán con los seis inquilinos del puesto orbital el problema causado por el fallo en un sistema que reprocesa la orina de los astronautas para la obtención de agua potable.
El portavoz de la NASA Kelly Humphries ha explicado que si no se puede reparar el sistema, los astronautas deberán recurrir a las bolsas plásticas para el depósito de orina, o deberán determinar cuántos de ellos usan los dos inodoros en la ISS o el único que hay en el Atlantis.
De todos modos, la estación espacial tiene agua suficiente como para las necesidades de los astronautas hasta dentro de seis meses, con o sin el sistema de reprocesamiento.
Ésta será la penúltima misión del Atlantis. Los tres transbordadores en la flota de la NASA -los otros dos son el Discovery y el Endeavour- pasarán a retiro en uno o dos años.
Dos de estas naves en la flota original -el Challenger y el Columbia- se destruyeron en accidentes que se cobraron la vida de 14 astronautas.
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