Un cable revelado por WikiLeaks puso de manifiesto que Washington lamenta la falta de presión de varios países por la situación de los derechos humanos en la isla.
El informe de la Sección de Intereses de los Estados Unidos en Cuba (SINA), cuya fecha corresponde en noviembre de 2009, señaló que la mayoría de los 100 países con misiones diplomáticas en La Habana "no presiona" al régimen de los Castro "en absoluto" para que corrija sus políticas respecto a los derechos humanos.
En el cable, los diplomáticos de la SINA se quejaron además de que muchos de visitantes oficiales extranjeros evitan encontrarse con disidentes cubanos para no molestar a las autoridades.
"El gobierno de Cuba ha sido capaz de levantar un muro de piedra entre la sociedad civil independiente (disidencia) y los visitantes extranjeros, que en su mayoría ha estado dispuesto a ceder a la intimidación de Cuba y renunciar a encuentros", explicó.
Algunos de los funcionarios que cuestiona el informe son el ministro australiano de Exteriores, Stephen Smith, el comisionado suizo de derechos humanos, Rudolf Knoblauch, y el ministro canadiense encargado de América, Peter Kent.
"No sólo no se reunieron con cubanos que no fueran funcionarios, sino que tampoco se molestaron en pedir públicamente más libertad después de visitar Cuba", añadió el cable, publicado por el diario El País.
El informe finaliza: "El Gobierno cubano despliega muchos recursos para reducir al silencio a sus visitantes. En la mayoría de las veces, el premio por aceptar los requerimientos oficiales suele ser risible: fastuosas cenas y para el más sumiso, una foto con uno de los hermanos Castro".
En otro cable dado a conocer también por El País, el gobierno estadounidense cuestionó la cercanía de España al gobierno de Cuba.
El informe de la Sección de Intereses de los Estados Unidos en Cuba (SINA), cuya fecha corresponde en noviembre de 2009, señaló que la mayoría de los 100 países con misiones diplomáticas en La Habana "no presiona" al régimen de los Castro "en absoluto" para que corrija sus políticas respecto a los derechos humanos.
En el cable, los diplomáticos de la SINA se quejaron además de que muchos de visitantes oficiales extranjeros evitan encontrarse con disidentes cubanos para no molestar a las autoridades.
"El gobierno de Cuba ha sido capaz de levantar un muro de piedra entre la sociedad civil independiente (disidencia) y los visitantes extranjeros, que en su mayoría ha estado dispuesto a ceder a la intimidación de Cuba y renunciar a encuentros", explicó.
Algunos de los funcionarios que cuestiona el informe son el ministro australiano de Exteriores, Stephen Smith, el comisionado suizo de derechos humanos, Rudolf Knoblauch, y el ministro canadiense encargado de América, Peter Kent.
"No sólo no se reunieron con cubanos que no fueran funcionarios, sino que tampoco se molestaron en pedir públicamente más libertad después de visitar Cuba", añadió el cable, publicado por el diario El País.
El informe finaliza: "El Gobierno cubano despliega muchos recursos para reducir al silencio a sus visitantes. En la mayoría de las veces, el premio por aceptar los requerimientos oficiales suele ser risible: fastuosas cenas y para el más sumiso, una foto con uno de los hermanos Castro".
En otro cable dado a conocer también por El País, el gobierno estadounidense cuestionó la cercanía de España al gobierno de Cuba.
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