No es un secreto que comer bien es bueno para la mente y el cuerpo, de modo que no sorprende que un estudio revele que las mujeres que ingieren más aceite de oliva y verduras de hoja sean significativamente menos propensas a desarrollar enfermedad cardíaca.
Un equipo de Italia halló que las consumidoras de por lo menos una porción de verduras de hoja por día tenían un 40% menos posibilidad de desarrollar la enfermedad en ocho años que las mujeres que comían dos o menos porciones por semana.
Y las consumidoras de por lo menos tres cucharadas diarias de aceite de oliva, como aderezo de ensaladas, lograban el mismo beneficio. Según el autor del estudio, doctor Domenico Palli, del
Instituto de Investigación y Prevención del Cáncer de Florencia, “es probable que los mecanismos detrás de esa protección cardiovascular que brindan los alimentos de origen vegetal incluyan micronutrientes como el folato, las vitaminas antioxidantes y el potasio, que se encuentran en las verduras de hoja”.
Palli explicó que el folato reduce los niveles de homocisteína en sangre, lo que eleva el riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular al dañar las paredes arteriales.
Otros estudios habían demostrado que las personas que ingieren más potasio tienen presión más baja, lo que protege al sistema cardiovascular.
El aceite de oliva reduce el riesgo de enfermedad cardíaca por su alto contenido de sustancias vegetales antioxidantes.
La dieta mediterránea, que es rica en vegetales y grasas monoinsaturadas del aceite de oliva y los frutos secos, pero reducida en grasa saturada de la carne y los lácteos, disminuye el riesgo de desarrollar enfermedad cardíaca.
Comer al estilo mediterráneo está asociado con una disminución del riesgo de sufrir ciertos cánceres y diabetes, y con el retraso del envejecimiento cerebral.
La enfermedad cardiovascular provoca el 30% de las muertes en el mundo y es la principal causa de muerte en hombres y mujeres de Estados Unidos.
El equipo de Palli revisó información alimentaria de unas 30.000 italianas participantes de un estudio nacional.
Los investigadores siguieron a las mujeres, que tenían unos 50 años al inicio del estudio, durante ocho años.
En ese período, se registraron 144 problemas cardíacos graves, como infartos o la realización de un bypass, publica el equipo en American Journal of Clinical Nutrition.
Las participantes que ingerían por lo menos una porción diaria (56 gramos) de verduras de hoja, como lechuga o endivias, o vegetales cocidos como espinaca o acelga, tenían un 46% menos riesgo de desarrollar enfermedad cardíaca que las que consumían no más de dos porciones semanales.
Ingerir por lo menos 28 gramos de aceite de oliva por día les redujo ese riesgo un 44% más que en las consumidoras de la mitad o menos de esa porción diaria de aceite.
El consumo de otros vegetales, como tubérculos y repollos, y de tomates o frutas no estuvo asociado con la posibilidad de desarrollar problemas cardíacos graves.
Estudios previos en Europa y América del Norte lo habían relacionado con algunos beneficios cardíacos, y el equipo escribe que, aunque el consumo de gran cantidad de frutas es un hábito generalizado, no garantiza que el resto de la dieta sea tan saludable. Fuente: Reuters
Un equipo de Italia halló que las consumidoras de por lo menos una porción de verduras de hoja por día tenían un 40% menos posibilidad de desarrollar la enfermedad en ocho años que las mujeres que comían dos o menos porciones por semana.
Y las consumidoras de por lo menos tres cucharadas diarias de aceite de oliva, como aderezo de ensaladas, lograban el mismo beneficio. Según el autor del estudio, doctor Domenico Palli, del
Instituto de Investigación y Prevención del Cáncer de Florencia, “es probable que los mecanismos detrás de esa protección cardiovascular que brindan los alimentos de origen vegetal incluyan micronutrientes como el folato, las vitaminas antioxidantes y el potasio, que se encuentran en las verduras de hoja”.
Palli explicó que el folato reduce los niveles de homocisteína en sangre, lo que eleva el riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular al dañar las paredes arteriales.
Otros estudios habían demostrado que las personas que ingieren más potasio tienen presión más baja, lo que protege al sistema cardiovascular.
El aceite de oliva reduce el riesgo de enfermedad cardíaca por su alto contenido de sustancias vegetales antioxidantes.
La dieta mediterránea, que es rica en vegetales y grasas monoinsaturadas del aceite de oliva y los frutos secos, pero reducida en grasa saturada de la carne y los lácteos, disminuye el riesgo de desarrollar enfermedad cardíaca.
Comer al estilo mediterráneo está asociado con una disminución del riesgo de sufrir ciertos cánceres y diabetes, y con el retraso del envejecimiento cerebral.
La enfermedad cardiovascular provoca el 30% de las muertes en el mundo y es la principal causa de muerte en hombres y mujeres de Estados Unidos.
El equipo de Palli revisó información alimentaria de unas 30.000 italianas participantes de un estudio nacional.
Los investigadores siguieron a las mujeres, que tenían unos 50 años al inicio del estudio, durante ocho años.
En ese período, se registraron 144 problemas cardíacos graves, como infartos o la realización de un bypass, publica el equipo en American Journal of Clinical Nutrition.
Las participantes que ingerían por lo menos una porción diaria (56 gramos) de verduras de hoja, como lechuga o endivias, o vegetales cocidos como espinaca o acelga, tenían un 46% menos riesgo de desarrollar enfermedad cardíaca que las que consumían no más de dos porciones semanales.
Ingerir por lo menos 28 gramos de aceite de oliva por día les redujo ese riesgo un 44% más que en las consumidoras de la mitad o menos de esa porción diaria de aceite.
El consumo de otros vegetales, como tubérculos y repollos, y de tomates o frutas no estuvo asociado con la posibilidad de desarrollar problemas cardíacos graves.
Estudios previos en Europa y América del Norte lo habían relacionado con algunos beneficios cardíacos, y el equipo escribe que, aunque el consumo de gran cantidad de frutas es un hábito generalizado, no garantiza que el resto de la dieta sea tan saludable. Fuente: Reuters
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