domingo, 9 de noviembre de 2008

Algunas soluciones y consejos de cómo disfrutar su orgasmo

Sexología

Retarda el
envejecimiento
debido a que las
hormonas sexuales
activan las glándulas
sudoríparas productoras del sudor

En cada activida sexual
se pierden entre cien a
150 calorías equivalente
a veinte minutos de ejercicios

En un treinta por ciento de las mujeres, rara vez lo experimentan, otras se aproximan a él, algunas lo reprimen a raíz de una tragedia y muchas lo mencionan, pero no lo conocen.

Se trata del orgasmo, palabra proveniente del griego orga, que significa explosión, que debe entenderse como punto máximo del placer sexual.

En algunos caso de que usted no haya experimentado un orgasmo o sólo en raras ocasiones lo sienta, no se resigne a seguir tratando así, considere que el secreto para obtener el mayor placer sexual consiste en conocer lo que ocurre en nuestro cuerpo y en el de la pareja, para ello, la comunicación es básica, ya que le permitirá expresarle a su compañero sus deseos e inquietudes en el momento.

El coito no sólo le proporciona a la mujer sensaciones placenteras, pues se ha comprobado, entre otras cosas, que también es capaz de mejorar la memoria. Esto se debe a que durante el orgasmo se presenta pequeña pérdida de conciencia que puede durar entre 20 y 104 segundos, lapso tan valioso que permite descanso y fortalecimiento mental, así como reducir el estrés y dolores de cabeza.

Estéticamente también tiene ventajas, pues retarda el envejecimiento debido a que las hormonas sexuales activan las glándulas sudoríparas (productoras del sudor), las cuales secretan agua y aceites que hidratan y protegen la piel y cabello.

Pero esto no es todo, el sexo también ayuda a adelgazar, ya que en un acto erótico se queman aproximadamente entre 100 y 150 calorías, cantidad equivalente a caminar 20 minutos a ritmo normal. Por otro lado, tonifica los músculos por la simple acción de contraerlos, y mejora la circulación sanguínea, lo que ayuda a combatir la celulitis.

El orgasmo es un comportamiento que se aprende y no es algo conocido desde el nacimiento, por lo que es necesario saber en qué consiste el ciclo de respuesta sexual, que incluye las fases de excitación, meseta, orgasmo y resolución, pues en ocasiones se cree haber alcanzado el orgasmo y en realidad sólo se llega a un nivel anterior.

La excitación se presenta después de la estimulación erótica, puede durar sólo algunos minutos y permite la lubricación, expansión y crecimiento de la vagina, así como de labios mayores y menores.

Es muy importante que se reciba el suficiente estímulo para que la vagina se lubrique de manera adecuada y se expanda, porque de lo contrario se tiene una penetración dolorosa que reprime la sensación de placer. Durante esta etapa se incrementan los latidos del corazón, presión arterial y respiración.

Lo anterior conduce a la meseta, donde se acentúan los cambios experimentados en la etapa de excitación. El orificio vaginal crece, sus paredes y clítoris se llenan de sangre, y los latidos del corazón y pulso continúan acelerándose.

Por otra parte, los músculos de muslos, caderas y glúteos se tensan, y puede manifestarse enrojecimiento en la piel del estómago, senos, hombros y rostro. Regularmente, en el momento de la penetración, se alcanza el orgasmo, etapa que culmina con la máxima sensación de placer que dura sólo unos segundos.

Posteriormente, se presenta la resolución o reposo, en el cual útero, vagina y clítoris regresan a su estado normal, hay relajación de músculos y el enrojecimiento en la piel desaparece.

En este periodo algunas mujeres pueden responder a estimulación adicional, en cambio el hombre, luego de alcanzar el clímax, necesita un periodo de recuperación (refractario) en el que es incapaz de producir respuesta sexual.

Es importante resaltar que estas etapas no tienen inicio o final marcado, y ocurren como un proceso continuo, cuya duración en las mujeres es de aproximadamente 15 minutos, a diferencia del hombre, que usualmente las alcanza entre 3 y 5 minutos.

Este contraste de tiempo representa una de las causas por las que muchas mujeres no logran llegar al orgasmo, pues no siempre son estimuladas adecuadamente.

Por tanto, es necesario considerar que la penetración, por sí sola, no siempre logra que la mujer alcance el máximo placer sexual, por lo que deben tomarse en cuenta algunas recomendaciones para estimular el clítoris.

Usted puede comentarlo con su pareja para que ambos busquen la mejor forma de satisfacerse, y encontrar las posiciones que permitan penetración profunda.

Una de ellas es que la mujer se ubique sobre su compañero, lo que le brinda mayor posibilidad de estimular al mismo tiempo su clítoris, y así alcanzar el orgasmo.

En caso de que se encuentre debajo del hombre, se puede presionar la pelvis de éste contra la suya ayudándose con las manos. En general, cualquier técnica depende de la imaginación y gustos de cada pareja.

Debe saber que cuando el acto sexual es muy prolongado la mujer puede llegar al orgasmo varias veces, y cada una de ellas lleva a sensaciones más intensas. En el hombre sucede todo lo contrario, pues su primera eyaculación es más abundante, y si hay subsecuentes son menores.

Esta capacidad de múltiples orgasmos en la mujer es la razón por la que se aconseja a las parejas que busquen primero el de ella a través de la manipulación del clítoris. Así, se tienen mayores posibilidades de alcanzarlo juntos durante el coito.

¿Quién es culpable?

Hay casos en los que el deseo sexual femenino disminuye a causa del uso de algunos medicamentos, problemas circulatorios, diabetes, hipertensión o la llegada de la menopausia, situaciones que pueden ser solucionadas por un médico.

En ocasiones pueden estar presentes algunos problemas psicológicos, como valoración negativa hacia el sexo, que puede ser resultado de educación muy restrictiva, miedo al abandono o violación.

Sin embargo, no siempre las causas se encuentran en la mujer, pues aunque ésta es la única responsable de su cuerpo y de expresarle a su compañero sus gustos y deseos, muchas veces el hombre padece disfunciones sexuales, como eyaculación precoz o disfunción eréctil.

Ante dichos problemas es aconsejable acudir al psicólogo, psiquiatra y/o sexólogo, especialistas que brindan terapias capaces de eliminar actitudes negativas y prejuicios en torno a la sexualidad, mejorar la comunicación de pareja y desarrollar programas de habilidad sexual mediante una serie de ejercicios específicos para cada disfunción.

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