A partir del fuerte crecimiento que mantienen países emergentes como China e India, el precio del barril cruzaría la barrera de las tres cifras en el corto plazo.
Los operadores del mercado internacional de crudo esperan que el precio del petróleo llegue en el corto plazo a 100 dólares el barril, impulsado por diversos factores, lo que podría agravar la situación de los países europeos en crisis.
Por mucho tiempo el petróleo había dejado de ser el centro de atención de los operadores después de alcanzar un máximo histórico de 150 dólares en 2008, inflado por maniobras especulativas, al tiempo que la recesión en los Estados Unidos y en Europa hacía caer la cotización del crudo.
Pero ahora la situación parece cambiar y a partir del fuerte crecimiento de los países emergentes, especialmente China e India, los analistas no descartan que el precio del barril se acerque en poco tiempo a los 100 dólares.
El viernes, durante la última jornada hábil, el petróleo se disparó y alcanzó su valor más alto en más de un año al debilitarse el dólar y subir los precios de los combustibles en el hemísferio Norte a causa del intenso frío.
El petróleo cerró por encima de 91 dólares por barril en Nueva York, mientras que en Londres, el crudo Brent alcanzó los 94,30 dólares por barril, según un informe elaborado por la agencia Bloomberg.
En un año, el petróleo tipo West Texas Intermidiate y el Brent pasaron de costar 75 dólares el barril a ubicarse por encima de los 90 dólares en la actualidad, con una sostenida tendencia que no permite avizorar una caída en el precio en el corto plazo.
Algunos analistas coinciden en que se advierte además una cierta recuperación de la aversión al riesgo, y que las materias primas, salvo el oro, se han vendido en exceso.
Varios economistas temen que esta suba del precio del crudo termine afectando la tenue recuperación económica en los Estados Unidos y en la Unión Europea (UE), y que algunos países en delicada situación fiscal como España o Irlanda terminen siendo arrstrados hacia una crisis por la mayor inflación.
La ecuación es simple: a mayor precio del petróleo, aumentan los combustibles y en consecuencia los bienes y servicios que deben pagar los consumidores, que además podrían perder sus empleos por una recaída de la actividad económica.
La suba del petróleo encareció este año en 65 mil millones de dólares las importaciones de crudo de la UE respecto de 2009, lo cual no es un dato menor para un continente que no se autoabastece de combustible.
No obstante, la depreciación del dólar es mencionada por algunos economistas como la principal causa de la suba del petróleo, porque el comercio mundial de crudo se rige por la divisa estadounidense y su menor valor impulsa automáticamente los precios hacia arriba.
El gobierno estadounidense financia su enorme déficit con emisión monetaria, lo que a su vez disminuye el valor del dolar y encarece el precio de los commodities, como en este caso el petróleo, cuya suba impacta en los precios y en la economía global.
En tanto, China, la actual locomotora de la economía mundial, da señales de querer enfriar la economía para frenar la inflación, y en consecuencia, reducir la demanda de crudo.
De este modo, se evita agravar la delicada situación de los países europeos denominados PIGS (Portugal, Irlanda, Grecia y España), que tendrían serias dificultades para afrontar una recaída en sus economías. Fuente: Télam
Los operadores del mercado internacional de crudo esperan que el precio del petróleo llegue en el corto plazo a 100 dólares el barril, impulsado por diversos factores, lo que podría agravar la situación de los países europeos en crisis.
Por mucho tiempo el petróleo había dejado de ser el centro de atención de los operadores después de alcanzar un máximo histórico de 150 dólares en 2008, inflado por maniobras especulativas, al tiempo que la recesión en los Estados Unidos y en Europa hacía caer la cotización del crudo.
Pero ahora la situación parece cambiar y a partir del fuerte crecimiento de los países emergentes, especialmente China e India, los analistas no descartan que el precio del barril se acerque en poco tiempo a los 100 dólares.
El viernes, durante la última jornada hábil, el petróleo se disparó y alcanzó su valor más alto en más de un año al debilitarse el dólar y subir los precios de los combustibles en el hemísferio Norte a causa del intenso frío.
El petróleo cerró por encima de 91 dólares por barril en Nueva York, mientras que en Londres, el crudo Brent alcanzó los 94,30 dólares por barril, según un informe elaborado por la agencia Bloomberg.
En un año, el petróleo tipo West Texas Intermidiate y el Brent pasaron de costar 75 dólares el barril a ubicarse por encima de los 90 dólares en la actualidad, con una sostenida tendencia que no permite avizorar una caída en el precio en el corto plazo.
Algunos analistas coinciden en que se advierte además una cierta recuperación de la aversión al riesgo, y que las materias primas, salvo el oro, se han vendido en exceso.
Varios economistas temen que esta suba del precio del crudo termine afectando la tenue recuperación económica en los Estados Unidos y en la Unión Europea (UE), y que algunos países en delicada situación fiscal como España o Irlanda terminen siendo arrstrados hacia una crisis por la mayor inflación.
La ecuación es simple: a mayor precio del petróleo, aumentan los combustibles y en consecuencia los bienes y servicios que deben pagar los consumidores, que además podrían perder sus empleos por una recaída de la actividad económica.
La suba del petróleo encareció este año en 65 mil millones de dólares las importaciones de crudo de la UE respecto de 2009, lo cual no es un dato menor para un continente que no se autoabastece de combustible.
No obstante, la depreciación del dólar es mencionada por algunos economistas como la principal causa de la suba del petróleo, porque el comercio mundial de crudo se rige por la divisa estadounidense y su menor valor impulsa automáticamente los precios hacia arriba.
El gobierno estadounidense financia su enorme déficit con emisión monetaria, lo que a su vez disminuye el valor del dolar y encarece el precio de los commodities, como en este caso el petróleo, cuya suba impacta en los precios y en la economía global.
En tanto, China, la actual locomotora de la economía mundial, da señales de querer enfriar la economía para frenar la inflación, y en consecuencia, reducir la demanda de crudo.
De este modo, se evita agravar la delicada situación de los países europeos denominados PIGS (Portugal, Irlanda, Grecia y España), que tendrían serias dificultades para afrontar una recaída en sus economías. Fuente: Télam
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