El velatorio se realiza a cajón cerrado en la sede del Gobierno en Buenos Aires. Mandatarios de toda América Latina participan en el último adiós a Néstor Kirchner, la personalidad más relevante de la política argentina de la última década.
Es la primera vez que un ex mandatario recibe el último adiós en la Casa Rosada en lugar del Congreso Nacional.
La ceremonia, que se extenderá por 48 horas, acompañarán a la presidente argentina Cristina Fernández de Kirchner sus pares de Venezuela, Hugo Chávez; Brasil, Luiz Inacio Lula Da Silva; Chile, Sebastián Piñera; de Paraguay, Fernando Lugo; de Ecuador, Rafael Correa; de Colombia, Juan Manuel Santos; de Bolivia, Evo Morales; y de Uruguay, José Mujica. De entre los líderes sudamericanos, el único ausente será el peruano Alan García.
El cuerpo de Kirchner se encuentra en el salón de los Patriotas Latinoamericanos, por donde desfilan miles de personas, que ingresaron por la puerta principal de la Casa Rosada. Sin embargo, no podrán ingresar con banderas, cámaras, pancartas o estandartes.
Para ello, se dispusieron medidas de seguridad. Además, se colocaron vallas alrededor de la Plaza de Mayo, para organizar la gran movilización de personas. A su vez, en los alrededores, se instalaron baños químicos y se provee de agua a los presentes. También se cerró el tránsito vehicular.
Los funerales terminarán en la provincia natal del ex presidente argentino, Santa Cruz, con la inhumación de su cuerpo en el cementerio municipal de la ciudad de Río Gallegos, 2.600 kilómetros al sur de la capital argentina.
En tanto, este miércoles se realizó un acto en la tradicional Plaza de Mayo de Buenos Aires, que supo ser escenario de las mayores demostraciones de apoyo ciudadano a políticos argentinos.
La convocatoria fue de organismos de defensa de derechos humanos y organizaciones políticas kirchneristas, aunque participaron cientos de personas no alineadas con partidos políticos, además de ministros del Gobierno.
Mientras ciudadanos argentinos y turistas dejaban mensajes de apoyo a la presidente en las rejas de la Casa Rosada, la comunidad católica decidió oficiar una misa en homenaje al titular de la Unasur.
El cardenal Jorge Bergoglio, quien protagonizó diversos enfrentamientos con el ex presidente, llamó a rezar por su "eterno descanso" y pidió que "Dios conceda a la presidente Cristina Kirchner un acertado ejercicio de su mandato".
El ex jefe de Estado murió este miércoles a las 9.15, hora argentina, a los 60 años por un episodio de "muerte súbita", un infarto fulminante, según confirmó el médico Luis Buonomo.
Néstor Kirchner, que tenía un largo historial de problemas cardíacos, se encontraba con su esposa en la residencia familiar de El Calafate, en Santa Cruz, en el sur del país, cuando sufrió una descompensación y debió ser trasladado a un hospital de urgencia.
Combativo y controvertido, el dirigente patagónico deja un vacío en la política argentina, que será muy difícil de llenar.
Pese las insistentes recomendaciones médicas para que rebajara su nivel de tensión, después de las dos intervenciones coronarias a las que fue sometido en los últimos meses, Kirchner mantuvo el ritmo de su actividad y rechazó siempre los rumores que hablaban de su precario estado de salud. Fuente: IBD/AP
Es la primera vez que un ex mandatario recibe el último adiós en la Casa Rosada en lugar del Congreso Nacional.
La ceremonia, que se extenderá por 48 horas, acompañarán a la presidente argentina Cristina Fernández de Kirchner sus pares de Venezuela, Hugo Chávez; Brasil, Luiz Inacio Lula Da Silva; Chile, Sebastián Piñera; de Paraguay, Fernando Lugo; de Ecuador, Rafael Correa; de Colombia, Juan Manuel Santos; de Bolivia, Evo Morales; y de Uruguay, José Mujica. De entre los líderes sudamericanos, el único ausente será el peruano Alan García.
El cuerpo de Kirchner se encuentra en el salón de los Patriotas Latinoamericanos, por donde desfilan miles de personas, que ingresaron por la puerta principal de la Casa Rosada. Sin embargo, no podrán ingresar con banderas, cámaras, pancartas o estandartes.
Para ello, se dispusieron medidas de seguridad. Además, se colocaron vallas alrededor de la Plaza de Mayo, para organizar la gran movilización de personas. A su vez, en los alrededores, se instalaron baños químicos y se provee de agua a los presentes. También se cerró el tránsito vehicular.
Los funerales terminarán en la provincia natal del ex presidente argentino, Santa Cruz, con la inhumación de su cuerpo en el cementerio municipal de la ciudad de Río Gallegos, 2.600 kilómetros al sur de la capital argentina.
En tanto, este miércoles se realizó un acto en la tradicional Plaza de Mayo de Buenos Aires, que supo ser escenario de las mayores demostraciones de apoyo ciudadano a políticos argentinos.
La convocatoria fue de organismos de defensa de derechos humanos y organizaciones políticas kirchneristas, aunque participaron cientos de personas no alineadas con partidos políticos, además de ministros del Gobierno.
Mientras ciudadanos argentinos y turistas dejaban mensajes de apoyo a la presidente en las rejas de la Casa Rosada, la comunidad católica decidió oficiar una misa en homenaje al titular de la Unasur.
El cardenal Jorge Bergoglio, quien protagonizó diversos enfrentamientos con el ex presidente, llamó a rezar por su "eterno descanso" y pidió que "Dios conceda a la presidente Cristina Kirchner un acertado ejercicio de su mandato".
El ex jefe de Estado murió este miércoles a las 9.15, hora argentina, a los 60 años por un episodio de "muerte súbita", un infarto fulminante, según confirmó el médico Luis Buonomo.
Néstor Kirchner, que tenía un largo historial de problemas cardíacos, se encontraba con su esposa en la residencia familiar de El Calafate, en Santa Cruz, en el sur del país, cuando sufrió una descompensación y debió ser trasladado a un hospital de urgencia.
Combativo y controvertido, el dirigente patagónico deja un vacío en la política argentina, que será muy difícil de llenar.
Pese las insistentes recomendaciones médicas para que rebajara su nivel de tensión, después de las dos intervenciones coronarias a las que fue sometido en los últimos meses, Kirchner mantuvo el ritmo de su actividad y rechazó siempre los rumores que hablaban de su precario estado de salud. Fuente: IBD/AP
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