El show se repetirá en el Maunaloa próximo viernes
25 y el sábado 26 en el Montesuma de Santiago
Santo Domingo.- La celebración del Día de los Padres quedó justamente reivindicada el pasado sábado con la presentación a casa llena del concierto "Viejo mi Querido Viejo" con Anthony Ríos y Camboy Estévez en el Maunaloa Night Club.
Tal fue la acogida que la empresa Raphy D' Óleo Management ha decidido realizar una función más en El Maunaloa este viernes 25 en tanto que para el día 26 se traslada al Montezuma Bar de Santiago, en la antesala de una gira que desde el 8 de agosto hasta el 24 la pareja estará desarrollando por los Estados Unidos.
"Viejo Mi Querido Viejo" es una presentación sin desperdicios, con lo mejor del repertorio de estos dos grandes artistas de todos los tiempos. De ellos se puede decir que repasaron su portafolio de éxitos musicales de la "A" hasta la "Z", para complacer a una entusiasta audiencia que no cesó de reclamar toda la noche las canciones que han peculiarizado y le han dado singularidad a sus carreras.
Como parte del atractivo de la producción, durante la actuación de Camboy se verifica una interacción del cantante criollo con el argentino Alberto Cortez, quien llega al escenario por medio del recurso tecnológico de un video proyectado en pantalla. El creador de Terneza y El Fruto de Nuestro Amor justifica con creces en un escenario el por qué se le escoge para un concierto en pareja con Anthony Ríos.
Y es que su experiencia y veteranía le permiten un desempeño armónico, ligero y desenfadado en el escenario, que le facilita una segura apertura y la aceptación de un público dispuesto a dejarse seducir por el encanto de su voz en cada canción. Camboy exhibe una calidad interpretativa de la cual no puede sustraerse su propio compañero de escenario.
Es por ello que cuando le toca cantar a Anthony, este no desaprovecha la ocasión para elogiar de manera muy generosa sus condiciones vocales. Elogios que el público recibe de buen agrado de parte de un artista que no por reconocer las dotes naturales de otro intérprete disminuye sus posibilidades en la gente que también ha ido a escucharlo y a verlo a él. Ello queda en evidencia con la suerte de encantamiento que provoca en cada una de sus canciones, tan valoradas y apreciadas por el público.
Solo hace Anthony salir al escenario, para que de inmediato se dispare el interés de la gente tratando de que cante de primero sus preferidas canciones, como si temieran que la magia y el sortilegio de la noche de encanto acabara y entre tantos éxitos el final llegara sin que las mismas fueran parte del repertorio.
Pero imposible dejar de cantar Fatalidad, Si Usted Supiera Señora, "Z" y otros tantos temas que definen al artista como parte de su identidad. El público al final pone de relieve la valoración que le ha dado a la idea de juntar a estos dos grandes cantantes en un solo concierto. Nadie más que esa gente romanticas, entusiasta y alegre para testimoniar con sus aplausos el éxito y la aceptación de "Viejo Mi Querido Viejo".
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