El mandatario ecuatoriano fue rescatado del hospital en el que se encontraba secuestrado, en medio de un enfrentamiento feroz entre el Ejército y los policías sublevados.
Del operativo de rescate del presidente Rafael Correa participarton 35 oficiales, además de 500 efectivos de las fuerzas especiales y otras unidades del Ejército. Cuando llegaron hospital policial, fueron recibidos por francotiradores.
Una vez que Correa fue liberado, el mandatario fue trasladado al Palacio de Carondelet, donde lo esperaban varios de sus ministros y una muchedumbre, a la que se dirigió.
Correa recordó que su Gobierno fue el que más hizo por la Policía Nacional, sobre todo a través del aumento de sueldos. Sin embargo, no cargó contra esa fuerza de seguridad, sino contra el ex presidente Gutiérrez. "Pronto se descubrieron los verdaderos motivos de quién estaba detrás de esto. Era (el ex presidente) Lucio Gutiérrez. Eran los miserables de la oposición", afirmó.
En este sentido, la prensa confirmó que entre los manifestantes que más temprano habían ingresado por la fuerza al edificio de la televisión estatal estuvo uno de sus ex abogados.
Además, Correa señaló: "Los conspiradores de siempre secuestraron al presidente y para liberarlo han caído hermanos ecuatorianos. Es un día de profunda tristeza".
Correa pudo escapar del hospital en medio de una balacera que continuó por unas horas tras su partida.
La oficial Agencia Pública de Noticias del Ecuador y Sudamérica (ANDES) informó que "el vehículo en el que fue trasladado el presidente de la República luego de ser rescatado por elementos del Grupo Especial de Operaciones de la Policía Nacional y la Fuerza Terrestre del Ejército de Ecuador registra cuatro impactos de fusil".
Según un miembro de la escolta presidencial, el blindaje especial del auto salvó la vida a Correa. El balazo en el parabrisas dio "justo del lado en el que iba el mandatario". ANDES agrega que "se quiso atentar contra la vida" del jefe de Estado.
El coronel Luis Castro, que condujo el operativo de rescate, afirmó en la televisión estatal ecuatoriana que cuando llegaron al hospital fueron recibidos por varios francotiradores apostados en el hospital donde permanecía cautivo Correa.
En las cámaras de televisión se pudo ver cómo se desmoronaba un oficial de policía tras recibir un balazo. "Cuando fui liberado y dijeron que por lo menos hay un policía caído, se me salieron las lágrimas de tristeza", se sinceró.
"No habrá ni olvido ni perdón", concluyó el presidente, que indicó que se deberá investigar, juzgar y castigar a los responsables.
Media hora después, Correa convocó a una conferencia de prensa para enviar un mensaje de tranquilidad a los ecuatorianos, a quienes les aseguró que el conflicto estaba terminado.
A su vez, el mandatario insistió con la tesis conspirativa. Y lanzó un desfío: "Acá no ocurrirá lo que pasó en Honduras"
Además, el presidente lamentó el "derramamiento inútil de sangre", ya que, según dijo, la policía fue utilizada por un grupo de conspiradores. Sin embargo, anticipó que no habrá una amnistía para los uniformados alzados, que serán severamente castigados.
Por último, confirmó la muerte del sargento Floilán Jiménez, y la existencia de 27 personas heridas tras el enfrentamiento registrado entre policías manifestantes y militares. La Cruz Roja, por su parte, afirmó que habría otro uniformado muerto y unos 88 heridos.
Del operativo de rescate del presidente Rafael Correa participarton 35 oficiales, además de 500 efectivos de las fuerzas especiales y otras unidades del Ejército. Cuando llegaron hospital policial, fueron recibidos por francotiradores.
Una vez que Correa fue liberado, el mandatario fue trasladado al Palacio de Carondelet, donde lo esperaban varios de sus ministros y una muchedumbre, a la que se dirigió.
Correa recordó que su Gobierno fue el que más hizo por la Policía Nacional, sobre todo a través del aumento de sueldos. Sin embargo, no cargó contra esa fuerza de seguridad, sino contra el ex presidente Gutiérrez. "Pronto se descubrieron los verdaderos motivos de quién estaba detrás de esto. Era (el ex presidente) Lucio Gutiérrez. Eran los miserables de la oposición", afirmó.
En este sentido, la prensa confirmó que entre los manifestantes que más temprano habían ingresado por la fuerza al edificio de la televisión estatal estuvo uno de sus ex abogados.
Además, Correa señaló: "Los conspiradores de siempre secuestraron al presidente y para liberarlo han caído hermanos ecuatorianos. Es un día de profunda tristeza".
Correa pudo escapar del hospital en medio de una balacera que continuó por unas horas tras su partida.
La oficial Agencia Pública de Noticias del Ecuador y Sudamérica (ANDES) informó que "el vehículo en el que fue trasladado el presidente de la República luego de ser rescatado por elementos del Grupo Especial de Operaciones de la Policía Nacional y la Fuerza Terrestre del Ejército de Ecuador registra cuatro impactos de fusil".
Según un miembro de la escolta presidencial, el blindaje especial del auto salvó la vida a Correa. El balazo en el parabrisas dio "justo del lado en el que iba el mandatario". ANDES agrega que "se quiso atentar contra la vida" del jefe de Estado.
El coronel Luis Castro, que condujo el operativo de rescate, afirmó en la televisión estatal ecuatoriana que cuando llegaron al hospital fueron recibidos por varios francotiradores apostados en el hospital donde permanecía cautivo Correa.
En las cámaras de televisión se pudo ver cómo se desmoronaba un oficial de policía tras recibir un balazo. "Cuando fui liberado y dijeron que por lo menos hay un policía caído, se me salieron las lágrimas de tristeza", se sinceró.
"No habrá ni olvido ni perdón", concluyó el presidente, que indicó que se deberá investigar, juzgar y castigar a los responsables.
Media hora después, Correa convocó a una conferencia de prensa para enviar un mensaje de tranquilidad a los ecuatorianos, a quienes les aseguró que el conflicto estaba terminado.
A su vez, el mandatario insistió con la tesis conspirativa. Y lanzó un desfío: "Acá no ocurrirá lo que pasó en Honduras"
Además, el presidente lamentó el "derramamiento inútil de sangre", ya que, según dijo, la policía fue utilizada por un grupo de conspiradores. Sin embargo, anticipó que no habrá una amnistía para los uniformados alzados, que serán severamente castigados.
Por último, confirmó la muerte del sargento Floilán Jiménez, y la existencia de 27 personas heridas tras el enfrentamiento registrado entre policías manifestantes y militares. La Cruz Roja, por su parte, afirmó que habría otro uniformado muerto y unos 88 heridos.
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