Los profesionales que atendieron al presidente ecuatoriano indicaron que se intentó sacarlo del hospital en dos ocasiones, pero el mandatario se negó. Durante el tiroteo se puso en riesgo la vida de civiles y se utilizó balas de plomo.
Profesionales del centro de salud de Quito señalaron que Rafael Correa estuvo recibiendo a sus colaboradores y en contacto telefónico permanente con el exterior, sin ningún guardia.
Los médicos Gilberto Calle y Fernando Vargas, del Hospital Policial de Quito, desmintieron que el presidente de Ecuador, Rafael Correa, fuera secuestrado en el lugar, como se comunicó.
Los dos señalaron en declaraciones a un medio local que una vez que procedieron a atender al mandatario, tras ingresar por un cuadro de asfixia y de presión alta, se intentó sacarlo del hospital en dos ocasiones, pero Correa se negó.
Adicionalmente señalaron que el mandatario estuvo recibiendo todo el tiempo a sus colaboradores que lo querían visitar y en contacto telefónico permanente con el exterior del hospital, sin ningun guardia en la puerta ni nada que lo impidiera abandonar el lugar, dijeron sin mencionar el cerco externo de policías sublevados que rodeaba el lugar.
Las autoridades no reaccionaron aún a las declaraciones de los doctores.
El pasado jueves, cuanto tuvo lugar la rebelión policial, Correa fue hasta el lugar de la protesta, el Regimiento Quito, al lado del mencionado hospital, y tras dar un corto discurso que encendió los ánimos de los manifestantes, sufrió un cuadro de asfixia a causa de una bomba lacrimógena disparada muy cerca suyo.
Además, el mandatario está convaleciente de una operación de su rodilla derecha que hubo de ser revisada tras el tumulto y los empujones, por lo que fue trasladado hasta el hospital más cercano, que era el Policial.
En ese lugar, Correa permaneció por cerca de nueve horas, durante las cuales se hicieron aseveraciones confusas de que estaba retenido en el lugar y de que saldría en cualquier momento, hasta que en la noche, un violento operativo militar -que desató un fuego cruzado de más de veinte minutos entre policías rebeldes y militares- lo sacó del sitio.
El automóvil en que se evacuó al presidente, para dar por terminada la sublevación, presentó cinco impactos de bala, por lo que Correa afirmó que hubo un intento de asesinarlo. Fuente: DPA
Profesionales del centro de salud de Quito señalaron que Rafael Correa estuvo recibiendo a sus colaboradores y en contacto telefónico permanente con el exterior, sin ningún guardia.
Los médicos Gilberto Calle y Fernando Vargas, del Hospital Policial de Quito, desmintieron que el presidente de Ecuador, Rafael Correa, fuera secuestrado en el lugar, como se comunicó.
Los dos señalaron en declaraciones a un medio local que una vez que procedieron a atender al mandatario, tras ingresar por un cuadro de asfixia y de presión alta, se intentó sacarlo del hospital en dos ocasiones, pero Correa se negó.
Adicionalmente señalaron que el mandatario estuvo recibiendo todo el tiempo a sus colaboradores que lo querían visitar y en contacto telefónico permanente con el exterior del hospital, sin ningun guardia en la puerta ni nada que lo impidiera abandonar el lugar, dijeron sin mencionar el cerco externo de policías sublevados que rodeaba el lugar.
Las autoridades no reaccionaron aún a las declaraciones de los doctores.
El pasado jueves, cuanto tuvo lugar la rebelión policial, Correa fue hasta el lugar de la protesta, el Regimiento Quito, al lado del mencionado hospital, y tras dar un corto discurso que encendió los ánimos de los manifestantes, sufrió un cuadro de asfixia a causa de una bomba lacrimógena disparada muy cerca suyo.
Además, el mandatario está convaleciente de una operación de su rodilla derecha que hubo de ser revisada tras el tumulto y los empujones, por lo que fue trasladado hasta el hospital más cercano, que era el Policial.
En ese lugar, Correa permaneció por cerca de nueve horas, durante las cuales se hicieron aseveraciones confusas de que estaba retenido en el lugar y de que saldría en cualquier momento, hasta que en la noche, un violento operativo militar -que desató un fuego cruzado de más de veinte minutos entre policías rebeldes y militares- lo sacó del sitio.
El automóvil en que se evacuó al presidente, para dar por terminada la sublevación, presentó cinco impactos de bala, por lo que Correa afirmó que hubo un intento de asesinarlo. Fuente: DPA
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