Este método anticonceptivo es uno de los más modernos. Se destaca por ser discreto y aplicarse una vez al mes. Sus beneficios.
Incorporación activa en el mercado laboral y en el mundo académico, nueva planificación familiar, distintos estilos y ritmos de vida son sólo algunos ejemplos de los cambios en la rutina de las mujeres, que se van adaptando a diferentes escenarios.
Y en ese proceso la elección de lo mejor, el método anticonceptivo también cambia. Desde la introducción de la píldora en la década del 60 hasta la actualidad, ellas se animan a buscar nuevos mecanismos que les brinden mayor libertad, eficacia, comodidad y que mejor se adapten a su estilo de vida.
El anillo vaginal es uno de los más modernos métodos anticonceptivos de alta tecnología. Consiste en un anillo flexible, que se aplica y retira la mujer una vez por mes, que libera hormonas en forma continua inhibiendo la ovulación.
“Es un anillo flexible y maleable que debe ser colocado por la mujer en el interior de la vagina.
Su colocación es mucho más sencilla que la de un tampón y no requiere una posición o localización especial; con sólo estar dentro de la vagina cumple con su función de liberar las hormonas que actuarán inhibiendo la ovulación”, explicó el doctor Felipe Jofré, jefe del Servicio de Ginecología del Hospital Rivadavia de Buenos Aires.
Distintos estudios internacionales registran que un 33% de los embarazos en el mundo no es planificado, y de ellos el 21% ocurre en mujeres que toman píldoras anticonceptivas: se estima que un 47% de las mujeres olvida la toma de una o más píldoras por ciclo.
Los datos indican además que el 80% de las mujeres que toman píldoras anticonceptivas preferiría contar con un método de protección mensual, por lo tanto la disponibilidad de este anillo constituye un avance que acerca a muchas a una nueva opción de anticoncepción eficaz que presenta dosis hormonales bajas.
“Su mecanismo de acción es similar a los anticonceptivos orales y cumple de igual manera su efecto inhibitorio de la ovulación.
Su posología es mensual, una vez colocado tiene un efecto durante 3 semanas y luego de dicho período hay que retirarlo para que se produzca la menstruación. Al no ser un anticonceptivo de toma diaria evitamos el riesgo del olvido”, indicó Jofré.
Discreto y eficaz
La seguridad y eficacia del anillo fueron evaluadas en Europa y los Estados Unidos en más de 2.300 mujeres con la observación de un total de más 37.000 ciclos.
Por otra parte, los estudios incluyeron el análisis del grado de aceptación del anillo anticonceptivo, que revelaron una elevada tasa de satisfacción con el método en cuanto a la facilidad para su colocación y remoción y el confort sexual tanto de la mujer como de su pareja.
“El anillo aporta además como diferencia la discrecionalidad, ya que una vez colocado sólo la mujer sabe que lo está utilizando.
Por otra parte, puede usarse de acuerdo al criterio médico en forma continua (durante dos ciclos seguidos) evitando el sangrado y permitiendo manejar la fecha menstrual en situaciones especiales como viajes, fiestas, exámenes o competencias”, agregó el especialista.
Al ubicarse a nivel vaginal, se evita el primer paso por el hígado, logrando una liberación de hormonas controlada y gradual y reduciendo los efectos secundarios que pueden producir las píldoras anticonceptivas.
Las píldoras orales, para ser activadas o metabolizadas, requieren un primer paso hepático, mientras que con el anillo anticonceptivo mensual las hormonas se distribuyen directamente de la vagina al flujo sanguíneo.
Entonces, es útil para aquellas mujeres que presentan trastornos digestivos. “No interfiere con los trastornos gástricos ni con la ingesta de bebidas alcohólicas; por lo tanto brinda mayor comodidad para dicha ingesta”, afirmó Jofré.
Para el especialista, las ventajas de este nuevo método mensual son vistas con especial interés por las mujeres argentinas.
“En países similares al nuestro como Chile o España, el anillo vaginal ha llegado o superado a los niveles de venta de la anticoncepción oral”, afirmó.
Incorporación activa en el mercado laboral y en el mundo académico, nueva planificación familiar, distintos estilos y ritmos de vida son sólo algunos ejemplos de los cambios en la rutina de las mujeres, que se van adaptando a diferentes escenarios.
Y en ese proceso la elección de lo mejor, el método anticonceptivo también cambia. Desde la introducción de la píldora en la década del 60 hasta la actualidad, ellas se animan a buscar nuevos mecanismos que les brinden mayor libertad, eficacia, comodidad y que mejor se adapten a su estilo de vida.
El anillo vaginal es uno de los más modernos métodos anticonceptivos de alta tecnología. Consiste en un anillo flexible, que se aplica y retira la mujer una vez por mes, que libera hormonas en forma continua inhibiendo la ovulación.
“Es un anillo flexible y maleable que debe ser colocado por la mujer en el interior de la vagina.
Su colocación es mucho más sencilla que la de un tampón y no requiere una posición o localización especial; con sólo estar dentro de la vagina cumple con su función de liberar las hormonas que actuarán inhibiendo la ovulación”, explicó el doctor Felipe Jofré, jefe del Servicio de Ginecología del Hospital Rivadavia de Buenos Aires.
Distintos estudios internacionales registran que un 33% de los embarazos en el mundo no es planificado, y de ellos el 21% ocurre en mujeres que toman píldoras anticonceptivas: se estima que un 47% de las mujeres olvida la toma de una o más píldoras por ciclo.
Los datos indican además que el 80% de las mujeres que toman píldoras anticonceptivas preferiría contar con un método de protección mensual, por lo tanto la disponibilidad de este anillo constituye un avance que acerca a muchas a una nueva opción de anticoncepción eficaz que presenta dosis hormonales bajas.
“Su mecanismo de acción es similar a los anticonceptivos orales y cumple de igual manera su efecto inhibitorio de la ovulación.
Su posología es mensual, una vez colocado tiene un efecto durante 3 semanas y luego de dicho período hay que retirarlo para que se produzca la menstruación. Al no ser un anticonceptivo de toma diaria evitamos el riesgo del olvido”, indicó Jofré.
Discreto y eficaz
La seguridad y eficacia del anillo fueron evaluadas en Europa y los Estados Unidos en más de 2.300 mujeres con la observación de un total de más 37.000 ciclos.
Por otra parte, los estudios incluyeron el análisis del grado de aceptación del anillo anticonceptivo, que revelaron una elevada tasa de satisfacción con el método en cuanto a la facilidad para su colocación y remoción y el confort sexual tanto de la mujer como de su pareja.
“El anillo aporta además como diferencia la discrecionalidad, ya que una vez colocado sólo la mujer sabe que lo está utilizando.
Por otra parte, puede usarse de acuerdo al criterio médico en forma continua (durante dos ciclos seguidos) evitando el sangrado y permitiendo manejar la fecha menstrual en situaciones especiales como viajes, fiestas, exámenes o competencias”, agregó el especialista.
Al ubicarse a nivel vaginal, se evita el primer paso por el hígado, logrando una liberación de hormonas controlada y gradual y reduciendo los efectos secundarios que pueden producir las píldoras anticonceptivas.
Las píldoras orales, para ser activadas o metabolizadas, requieren un primer paso hepático, mientras que con el anillo anticonceptivo mensual las hormonas se distribuyen directamente de la vagina al flujo sanguíneo.
Entonces, es útil para aquellas mujeres que presentan trastornos digestivos. “No interfiere con los trastornos gástricos ni con la ingesta de bebidas alcohólicas; por lo tanto brinda mayor comodidad para dicha ingesta”, afirmó Jofré.
Para el especialista, las ventajas de este nuevo método mensual son vistas con especial interés por las mujeres argentinas.
“En países similares al nuestro como Chile o España, el anillo vaginal ha llegado o superado a los niveles de venta de la anticoncepción oral”, afirmó.
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