Desde el siglo XVIII han surgido movimientos feministas que han reclamado más espacios para las mujeres. Pelearon, entre otras cosas, por el voto y por la igualdad de oportunidades para ambos sexos.
Independientemente de la ideología, actualmente hay organizaciones que se encargan de defender la equidad e impulsar políticas para acabar con las brechas. De hecho, desde hace 101 años, cada 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer.
Ahora, ¿cuál es la situación del país en torno al tema? Mercedes Pulido, exministra de la Mujer, piensa que, aunque hay avances, queda trabajo por hacer.
Señala que Venezuela se ha caracterizado por brindar espacios para la negociación entre hombres y mujeres. Aun así, no se puede decir que hay total igualdad. “Eso no existe ni en los países más desarrollados. Hay diferencias en los salarios, en el acceso a los servicios, problemas para aceptar profesiones”, asegura.
Se han dado adelantos en el ámbito educativo y en la visibilidad de los problemas, pero hay cosas que todavía no tienen respuesta: por ejemplo, la creación de tribunales especializados, agrega.
Alba Carosio, directora del Centro de Estudios de la Mujer de la Universidad Central de Venezuela, cree que ya hay un camino andado. Las cifras que maneja indican que las mujeres tienen más acceso a la educación.
“Eso les da mayor fuerza. La educación permite tomar mejores decisiones”, afirma, pero también asegura que no es suficiente. Se deben dar cambios culturales profundos que eliminen los prejuicios y el patriarcado.
Ofelia Álvarez, directora de Fundamujer y del módulo de violencia del Observatorio Venezolano de los Derechos Humanos de las Mujeres, considera, en cambio, que el panorama está mal.
No existen planes ni cifras sobre violencia; tampoco acceso a la justicia ni avances en materia laboral.
Leyes insuficientes. La ministra para la Mujer y la Igualdad de Género, Nancy Pérez Sierra, expresó en la presentación de su memoria y cuenta lo que es, a su juicio, un gran logro: la existencia de un despacho especialmente dedicado al problema.
El ministerio se creó en 2009.
“El departamento de la ONU encargado de los asuntos de la mujer, aconseja que debe existir un trabajo conjunto entre el gobierno, las ONG y la academia. Pero eso aquí no es posible.
A las ONG nos llaman opositoras, por ejemplo”Mercedes Pulido señala que anteriormente existía la Oficina de la Mujer. Carosio asegura que con el ministerio se da visibilidad a los problemas de las mujeres.
“Hay un reconocimiento de que existe una brecha. Si hubiese igualdad, no habría nacido un despacho para atender esos asuntos. A partir de allí, se pueden dar los cambios”, señala.
Pérez Sierra destacó en su interpelación otro avance: la redacción de leyes. Está, por ejemplo, la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
Pulido asegura que esos instrumentos establecen parámetros, pero mientras no se asuman como propios, no se hace nada. Carosio comparte esa idea: “Las leyes tienen que respaldarse con sistemas que garanticen su aplicación”.
Evangelina García Prince, socióloga y antropóloga que ha participado en discusiones sobre estos temas en organismos internacionales, escribió un artículo que se publicó en Código Venezuela después de la interpelación de la ministra.
Allí afirma que el país equitativo que pintó Pérez no existe. Escribe que Venezuela está, en términos de equidad, por debajo de Colombia, Ecuador, Argentina, Cuba, Perú, Panamá, Honduras, Uruguay y Brasil.
Que en la participación de las mujeres en cargos técnicos o políticos, el país tiene uno de los porcentajes más bajos de la región. Y en educación o equidad en el trabajo, hay otras naciones que tienen mejores valores.
Las soluciones. Para acabar con las desigualdades, Álvarez indica que se deben seguir los tratados internacionales.
“El departamento de la ONU encargado de los asuntos de la mujer, aconseja que debe existir un trabajo conjunto entre el gobierno, las ONG y la academia. Pero eso aquí no es posible. A las ONG nos llaman opositoras, por ejemplo”, explica.
Carosio dice que una política a favor de las mujeres debe asentarse en la perseverancia.
“El trabajo debe ser continuo”.
Pulido asegura que las transformaciones sociales son lentas. “El reto de las estructuras familiares es compartir las responsabilidades”, afirma.
Una política debe garantizar los servicios para resolver problemas de la mujer. Por ejemplo, el tema de la vivienda es un asunto vinculado a lo femenino, porque se trata de la familia. También se debe respetar la diversidad y las diferencias. La reivindicación de un grupo no debe ir en detrimento del otro, argumenta. Fuente: Noticia24/EFE
Independientemente de la ideología, actualmente hay organizaciones que se encargan de defender la equidad e impulsar políticas para acabar con las brechas. De hecho, desde hace 101 años, cada 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer.
Ahora, ¿cuál es la situación del país en torno al tema? Mercedes Pulido, exministra de la Mujer, piensa que, aunque hay avances, queda trabajo por hacer.
Señala que Venezuela se ha caracterizado por brindar espacios para la negociación entre hombres y mujeres. Aun así, no se puede decir que hay total igualdad. “Eso no existe ni en los países más desarrollados. Hay diferencias en los salarios, en el acceso a los servicios, problemas para aceptar profesiones”, asegura.
Se han dado adelantos en el ámbito educativo y en la visibilidad de los problemas, pero hay cosas que todavía no tienen respuesta: por ejemplo, la creación de tribunales especializados, agrega.
Alba Carosio, directora del Centro de Estudios de la Mujer de la Universidad Central de Venezuela, cree que ya hay un camino andado. Las cifras que maneja indican que las mujeres tienen más acceso a la educación.
“Eso les da mayor fuerza. La educación permite tomar mejores decisiones”, afirma, pero también asegura que no es suficiente. Se deben dar cambios culturales profundos que eliminen los prejuicios y el patriarcado.
Ofelia Álvarez, directora de Fundamujer y del módulo de violencia del Observatorio Venezolano de los Derechos Humanos de las Mujeres, considera, en cambio, que el panorama está mal.
No existen planes ni cifras sobre violencia; tampoco acceso a la justicia ni avances en materia laboral.
Leyes insuficientes. La ministra para la Mujer y la Igualdad de Género, Nancy Pérez Sierra, expresó en la presentación de su memoria y cuenta lo que es, a su juicio, un gran logro: la existencia de un despacho especialmente dedicado al problema.
El ministerio se creó en 2009.
“El departamento de la ONU encargado de los asuntos de la mujer, aconseja que debe existir un trabajo conjunto entre el gobierno, las ONG y la academia. Pero eso aquí no es posible.
A las ONG nos llaman opositoras, por ejemplo”Mercedes Pulido señala que anteriormente existía la Oficina de la Mujer. Carosio asegura que con el ministerio se da visibilidad a los problemas de las mujeres.
“Hay un reconocimiento de que existe una brecha. Si hubiese igualdad, no habría nacido un despacho para atender esos asuntos. A partir de allí, se pueden dar los cambios”, señala.
Pérez Sierra destacó en su interpelación otro avance: la redacción de leyes. Está, por ejemplo, la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
Pulido asegura que esos instrumentos establecen parámetros, pero mientras no se asuman como propios, no se hace nada. Carosio comparte esa idea: “Las leyes tienen que respaldarse con sistemas que garanticen su aplicación”.
Evangelina García Prince, socióloga y antropóloga que ha participado en discusiones sobre estos temas en organismos internacionales, escribió un artículo que se publicó en Código Venezuela después de la interpelación de la ministra.
Allí afirma que el país equitativo que pintó Pérez no existe. Escribe que Venezuela está, en términos de equidad, por debajo de Colombia, Ecuador, Argentina, Cuba, Perú, Panamá, Honduras, Uruguay y Brasil.
Que en la participación de las mujeres en cargos técnicos o políticos, el país tiene uno de los porcentajes más bajos de la región. Y en educación o equidad en el trabajo, hay otras naciones que tienen mejores valores.
Las soluciones. Para acabar con las desigualdades, Álvarez indica que se deben seguir los tratados internacionales.
“El departamento de la ONU encargado de los asuntos de la mujer, aconseja que debe existir un trabajo conjunto entre el gobierno, las ONG y la academia. Pero eso aquí no es posible. A las ONG nos llaman opositoras, por ejemplo”, explica.
Carosio dice que una política a favor de las mujeres debe asentarse en la perseverancia.
“El trabajo debe ser continuo”.
Pulido asegura que las transformaciones sociales son lentas. “El reto de las estructuras familiares es compartir las responsabilidades”, afirma.
Una política debe garantizar los servicios para resolver problemas de la mujer. Por ejemplo, el tema de la vivienda es un asunto vinculado a lo femenino, porque se trata de la familia. También se debe respetar la diversidad y las diferencias. La reivindicación de un grupo no debe ir en detrimento del otro, argumenta. Fuente: Noticia24/EFE
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