Según WikiLeaks, Washington envió un cable a 30 embajadas para averiguar de qué manera "Teherán extiende su mano a la región para reducir su aislamiento diplomático"
El despacho secreto del Departamento de Estado, revelado por el diario argentino Página/12, lleva la firma de Hillary Clinton y está fechado en enero de 2009.
Allí se observa sin filtros la preocupación creciente del gobierno de Barack Obama por la presencia iraní en Latinoamérica y el Caribe.
Se advierte sobre la influencia de una país capaz de lanzar "ataques terroristas en la región" y de proveer "ayuda letal a sus aliados".
El cable apunta que "los analistas de Washington afirman que Teherán está extendiendo su mano a los países latinoamericanos para reducir su aislamiento diplomático e incrementar sus vínculos con gobiernos izquierdistas en la región que Teherán percibe que pueden compartir su agenda antiestadounidense.
Agrega que "el presidente Ahmadinejad parece ser la fuerza impulsora detrás de esta política".
Se pone especial énfasis en la relación del presidente venezolano Hugo Chávez con el Gobierno iraní, y se afirma que el bolivariano en persona se encarga de ampliar los contactos de Irán en el continente.
"Ahmadinejad ha recibido asistencia personal de Hugo Chávez. Los vínculos de Irán con Venezuela incluyen cooperación militar, son los más cercanos y significativos".
Se presume que "dado el alto perfil de la relación Irán-Venezuela, individuos vinculados a "la organización extremista libanesa" Hezbollah probablemente ven a Venezuela como un santuario donde pueden recaudar fondos y apoyar actividades sin interferencia".
Pero el alerta no se reduce a Caracas: "Otros gobiernos populistas como los de Bolivia, Ecuador y Nicaragua también han buscado vínculos políticos y económicos con Irán.
Teherán ha establecido centros culturales en 16 países de la región y embajadas en diez países".
Tras esa alarmante introducción, el despacho cierra con una extensa lista de preguntas sobre la influencia iraní a los diplomáticos estadounidenses en América Latina.
Queda claro que para los Estados Unidos, el país de Ahmadinejad es un enemigo potencialmente peligroso. Se indaga, por ejemplo, acerca de si "Teherán tiene alguna intención de usar la región como escenario de ataques terroristas".
Preocupa la posibilidad de que haya "personas afines al gobierno de Irán dedicadas a la creación de redes para potenciales ataques terroristas a futuro", o de que Irán haya establecido contacto con "otros" grupos "terroristas o radicales", como las FARC en Colombia.
Hay preguntas de tipo general: "¿Cuáles son los temas domésticos, políticos o sociales que puedan impactar su vinculación en América Latina?", o "¿A qué nivel Irán y Latinoamérica comparten información de Inteligencia?".
Pero también sobre asuntos puntuales, como contratos armamentísticos con Caracas, un programa de visas en Ecuador o la participación de Irán en la lucha antidrogas.
"¿Cuál es el nivel de satisfacción con respecto a la calidad de los materiales militares y el entrenamiento recibidos de Irán?", se consulta en un párrafo aparte.
A juzgar por la exactitud con la que se habla en algunos pasajes, los Estados Unidos tienen información privilegiada que confirma sus sospechas.
El despacho secreto del Departamento de Estado, revelado por el diario argentino Página/12, lleva la firma de Hillary Clinton y está fechado en enero de 2009.
Allí se observa sin filtros la preocupación creciente del gobierno de Barack Obama por la presencia iraní en Latinoamérica y el Caribe.
Se advierte sobre la influencia de una país capaz de lanzar "ataques terroristas en la región" y de proveer "ayuda letal a sus aliados".
El cable apunta que "los analistas de Washington afirman que Teherán está extendiendo su mano a los países latinoamericanos para reducir su aislamiento diplomático e incrementar sus vínculos con gobiernos izquierdistas en la región que Teherán percibe que pueden compartir su agenda antiestadounidense.
Agrega que "el presidente Ahmadinejad parece ser la fuerza impulsora detrás de esta política".
Se pone especial énfasis en la relación del presidente venezolano Hugo Chávez con el Gobierno iraní, y se afirma que el bolivariano en persona se encarga de ampliar los contactos de Irán en el continente.
"Ahmadinejad ha recibido asistencia personal de Hugo Chávez. Los vínculos de Irán con Venezuela incluyen cooperación militar, son los más cercanos y significativos".
Se presume que "dado el alto perfil de la relación Irán-Venezuela, individuos vinculados a "la organización extremista libanesa" Hezbollah probablemente ven a Venezuela como un santuario donde pueden recaudar fondos y apoyar actividades sin interferencia".
Pero el alerta no se reduce a Caracas: "Otros gobiernos populistas como los de Bolivia, Ecuador y Nicaragua también han buscado vínculos políticos y económicos con Irán.
Teherán ha establecido centros culturales en 16 países de la región y embajadas en diez países".
Tras esa alarmante introducción, el despacho cierra con una extensa lista de preguntas sobre la influencia iraní a los diplomáticos estadounidenses en América Latina.
Queda claro que para los Estados Unidos, el país de Ahmadinejad es un enemigo potencialmente peligroso. Se indaga, por ejemplo, acerca de si "Teherán tiene alguna intención de usar la región como escenario de ataques terroristas".
Preocupa la posibilidad de que haya "personas afines al gobierno de Irán dedicadas a la creación de redes para potenciales ataques terroristas a futuro", o de que Irán haya establecido contacto con "otros" grupos "terroristas o radicales", como las FARC en Colombia.
Hay preguntas de tipo general: "¿Cuáles son los temas domésticos, políticos o sociales que puedan impactar su vinculación en América Latina?", o "¿A qué nivel Irán y Latinoamérica comparten información de Inteligencia?".
Pero también sobre asuntos puntuales, como contratos armamentísticos con Caracas, un programa de visas en Ecuador o la participación de Irán en la lucha antidrogas.
"¿Cuál es el nivel de satisfacción con respecto a la calidad de los materiales militares y el entrenamiento recibidos de Irán?", se consulta en un párrafo aparte.
A juzgar por la exactitud con la que se habla en algunos pasajes, los Estados Unidos tienen información privilegiada que confirma sus sospechas.
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