Pese a las acciones de la coalición internacional, que volvió a concentrar sus maniobras sobre Trípoli, las fuerzas leales al régimen continúan atacando enclaves rebeldes.
Hay fuertes combates en la estratégica Ajdabiyah y en Misrata. El dictador advirtió que "estamos listos para la batalla, sea larga o corta"
Luego de que se conociera que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se sumará al mando de la coalición internacional que interviene en Libia para frenar la represión de Muammar Khadafi contra los rebeldes, el secretario general de la ONU Ban Ki-moon indicó que el primer ministro libio, Al Baghdadi Ali al-Mahmudi, se comunicó con él para trasmitirle la decisión del dictador de llamar nuevamente un alto el fuego.
Sin embargo, como en dos ocasiones anteriores, el llamado perdió credibilidad minutos después, cuando Khadafi volvió a reiterar que estaba "listo para la batalla, ya sea larga o corta".
No mentía. Aunque las fuerzas extranjeras han dejado en tierra a los aviones de Khadafi y alejado a sus tropas de las cercanías del principal bastión rebelde de Bengasi, los insurgentes no han logrado capitalizar en terreno y continúan cada vez más arrinconados ante el avance del régimen.
En este sentido, el almirante estadounidense Samuel Locklear aseguró que "Khadafi y sus fuerzas aún no están cumpliendo con la resolución de la ONU, debido a las continuas acciones agresivas de sus fuerzas contra la población civil de Libia".
El gobierno libio niega que su Ejército esté conduciendo operaciones ofensivas y aseguró que sus tropas sólo están luchando para defenderse cuando son atacadas.
Pero rebeldes y residentes han dicho que los tanques de Khadafi han seguido disparando contra Misrata en el oeste, dejando 40 muertos sólo el lunes, y que también atacaron la pequeña localidad de Zintan en la frontera con Túnez.
El sitio de Misrata, que ahora lleva semanas, se está volviendo cada vez más desesperado, con el agua cortada por días y escasez de alimentos, doctores operando a pacientes en pasillos de los hospitales y muchos heridos sin posibilidad de recibir tratamiento.
En tanto, el esfuerzo rebelde en el este de Libia seguía empantanado en las afueras de Ajdabiyah, sin movimiento en la ciudad estratégica desde que los tanques de Khadafi ingresaron allí.
Esto ocurrió después de que el avance blindado del gobierno por la carretera hacia Bengasi fue detenido por los ataques aéreos franceses del sábado por la noche.
Ocultándose en dunas de arena del fuego de los tanques proveniente de la ciudad, los rebeldes carecen de armas pesadas, liderazgo, comunicaciones o siquiera un plan.
Mientras, la coalición internacional mantuvo sus bombardeos sobre Libia. Durante la noche se habían escuchado en la capital, Trípoli, los disparos de las baterías de defensa antiaéreas, precedidos y seguidos por explosiones, lo que posiblemente fue un nuevo ataque aliado, que hasta ahora se ha concentrado en blancos militares, aunque el gobierno local denunció que hicieron estallar dos hospitales, en los que murieron decenas de civiles. Fuente: EFE/Reuters
Hay fuertes combates en la estratégica Ajdabiyah y en Misrata. El dictador advirtió que "estamos listos para la batalla, sea larga o corta"
Luego de que se conociera que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se sumará al mando de la coalición internacional que interviene en Libia para frenar la represión de Muammar Khadafi contra los rebeldes, el secretario general de la ONU Ban Ki-moon indicó que el primer ministro libio, Al Baghdadi Ali al-Mahmudi, se comunicó con él para trasmitirle la decisión del dictador de llamar nuevamente un alto el fuego.
Sin embargo, como en dos ocasiones anteriores, el llamado perdió credibilidad minutos después, cuando Khadafi volvió a reiterar que estaba "listo para la batalla, ya sea larga o corta".
No mentía. Aunque las fuerzas extranjeras han dejado en tierra a los aviones de Khadafi y alejado a sus tropas de las cercanías del principal bastión rebelde de Bengasi, los insurgentes no han logrado capitalizar en terreno y continúan cada vez más arrinconados ante el avance del régimen.
En este sentido, el almirante estadounidense Samuel Locklear aseguró que "Khadafi y sus fuerzas aún no están cumpliendo con la resolución de la ONU, debido a las continuas acciones agresivas de sus fuerzas contra la población civil de Libia".
El gobierno libio niega que su Ejército esté conduciendo operaciones ofensivas y aseguró que sus tropas sólo están luchando para defenderse cuando son atacadas.
Pero rebeldes y residentes han dicho que los tanques de Khadafi han seguido disparando contra Misrata en el oeste, dejando 40 muertos sólo el lunes, y que también atacaron la pequeña localidad de Zintan en la frontera con Túnez.
El sitio de Misrata, que ahora lleva semanas, se está volviendo cada vez más desesperado, con el agua cortada por días y escasez de alimentos, doctores operando a pacientes en pasillos de los hospitales y muchos heridos sin posibilidad de recibir tratamiento.
En tanto, el esfuerzo rebelde en el este de Libia seguía empantanado en las afueras de Ajdabiyah, sin movimiento en la ciudad estratégica desde que los tanques de Khadafi ingresaron allí.
Esto ocurrió después de que el avance blindado del gobierno por la carretera hacia Bengasi fue detenido por los ataques aéreos franceses del sábado por la noche.
Ocultándose en dunas de arena del fuego de los tanques proveniente de la ciudad, los rebeldes carecen de armas pesadas, liderazgo, comunicaciones o siquiera un plan.
Mientras, la coalición internacional mantuvo sus bombardeos sobre Libia. Durante la noche se habían escuchado en la capital, Trípoli, los disparos de las baterías de defensa antiaéreas, precedidos y seguidos por explosiones, lo que posiblemente fue un nuevo ataque aliado, que hasta ahora se ha concentrado en blancos militares, aunque el gobierno local denunció que hicieron estallar dos hospitales, en los que murieron decenas de civiles. Fuente: EFE/Reuters
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