Por insatisfacción en la pareja estable, llenar un vacío emocional, o simple transgresión, hay quienes se ven especialmente atraídos por lo que va “contra las reglas”.
Una especialista asegura que “muchas veces las normas impuestas no son suficientes para entender la prohibición”.
Estamos viviendo épocas difíciles en todos los ámbitos, la atracción por lo prohibido se volvió un desafío, descubrimos el intenso poder que tiene la transgresión a la norma en diferentes cuestiones, ya sea la educación, en la sexualidad, en las relaciones humanas, y un gran etc.
En lo referente al sexo, notamos un aumento significativo de la transgresión, de lo prohibido que incentiva o despierta cierta compulsión o deseo irresistible.
La insatisfacción proveniente de distintas causas lleva a buscar aquello que es desconocido y promete una satisfacción inigualable, única, y desconocida.
No importa en lo absoluto qué suceda después. La búsqueda de la satisfacción, esta necesidad imperiosa, lleva a hacer cualquier cosa con tal de satisfacer el impulso que despierta esa dificultad de llenar ese vacío.
En algunos casos la transgresión a la norma suele ser calificada de psicopatía, por eso pensar que no tiene una connotación importante esta conducta es entrar en una falacia.
En la actualidad, sucede más a menudo de lo que creemos, los adolescentes se tomaron en serio eso de pensar que transgredir la norma es un juego, un desafió, una modalidad, etc.
Buscan por internet y entran a sitios de distintas formas prohibidos con una curiosidad morbosa por conocer lo inexplicable, la sensación de placer que proviene de ir contra las reglas es casi imposible de transmitir, la adrenalina que produce esta sensación de peligro inminente, de ser descubierto de tocar todos los límites.
Lo mismo se vuelve evidente en casos como los de infidelidad, donde el peligro está y el riesgo muchas veces involucra perderlo todo, hasta la familia, sin embargo muchos pacientes hacen referencia al disfrute intenso que tienen frente a esta sensación de ir en contra de las normas establecidas y de poder ser descubiertos, de hacer lo que esta prohibido.
También podemos hacer una asociación con respecto a las desviaciones sexuales, aquello que esta mal visto o que no es considerado correcto se saborea y disfruta más intensamente.
Vivimos en un momento y en una sociedad donde estas cuestiones son conductas diarias, es difícil imponer reglas claras y hay una fuerte costumbre por desacreditar las mismas, vicios ocultos que como muchas veces son subsanados sin castigo, entonces las normas impuestas no son suficientes para entender la prohibición.
Para evitar esto y alejar la idea de que lo atractivo es lo peligroso, debería empezar la información y educación desde los hogares, en la actualidad los padres por sobre todo las parejas de divorciados por ganarse el afecto de sus hijos se volvieron permisivos sobre cuestiones a las que se les quitó fuerza de imposición o de riguroso dándole el significado de permisivo con tal de ganarse el afecto de sus hijos.
Una especialista asegura que “muchas veces las normas impuestas no son suficientes para entender la prohibición”.
Estamos viviendo épocas difíciles en todos los ámbitos, la atracción por lo prohibido se volvió un desafío, descubrimos el intenso poder que tiene la transgresión a la norma en diferentes cuestiones, ya sea la educación, en la sexualidad, en las relaciones humanas, y un gran etc.
En lo referente al sexo, notamos un aumento significativo de la transgresión, de lo prohibido que incentiva o despierta cierta compulsión o deseo irresistible.
La insatisfacción proveniente de distintas causas lleva a buscar aquello que es desconocido y promete una satisfacción inigualable, única, y desconocida.
No importa en lo absoluto qué suceda después. La búsqueda de la satisfacción, esta necesidad imperiosa, lleva a hacer cualquier cosa con tal de satisfacer el impulso que despierta esa dificultad de llenar ese vacío.
En algunos casos la transgresión a la norma suele ser calificada de psicopatía, por eso pensar que no tiene una connotación importante esta conducta es entrar en una falacia.
En la actualidad, sucede más a menudo de lo que creemos, los adolescentes se tomaron en serio eso de pensar que transgredir la norma es un juego, un desafió, una modalidad, etc.
Buscan por internet y entran a sitios de distintas formas prohibidos con una curiosidad morbosa por conocer lo inexplicable, la sensación de placer que proviene de ir contra las reglas es casi imposible de transmitir, la adrenalina que produce esta sensación de peligro inminente, de ser descubierto de tocar todos los límites.
Lo mismo se vuelve evidente en casos como los de infidelidad, donde el peligro está y el riesgo muchas veces involucra perderlo todo, hasta la familia, sin embargo muchos pacientes hacen referencia al disfrute intenso que tienen frente a esta sensación de ir en contra de las normas establecidas y de poder ser descubiertos, de hacer lo que esta prohibido.
También podemos hacer una asociación con respecto a las desviaciones sexuales, aquello que esta mal visto o que no es considerado correcto se saborea y disfruta más intensamente.
Vivimos en un momento y en una sociedad donde estas cuestiones son conductas diarias, es difícil imponer reglas claras y hay una fuerte costumbre por desacreditar las mismas, vicios ocultos que como muchas veces son subsanados sin castigo, entonces las normas impuestas no son suficientes para entender la prohibición.
Para evitar esto y alejar la idea de que lo atractivo es lo peligroso, debería empezar la información y educación desde los hogares, en la actualidad los padres por sobre todo las parejas de divorciados por ganarse el afecto de sus hijos se volvieron permisivos sobre cuestiones a las que se les quitó fuerza de imposición o de riguroso dándole el significado de permisivo con tal de ganarse el afecto de sus hijos.
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