viernes, 5 de noviembre de 2010

Estudio indica que la terapia de reemplazo de la testosterona “Es como ponerle más combustible al automóvil para que vaya más rápido”

Así lo sugiere un reciente estudio, según el que los niveles de testosterona en los hombres varían bastante sin causar trastornos sexuales, como la impotencia y la disminución de la libido.

“La terapia de reemplazo de la testosterona ya es de uso común”, dijo el doctor Michael Marberger, jefe del Departamento de Urología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Viena, en Austria.

“Es como ponerle más combustible al automóvil para que vaya más rápido”, añadió. En el estudio, financiado por GlaxoSmithKline, los autores usaron datos de un estudio previo sobre más de 8.000 hombres de mediana edad y mayores que podían desarrollar cáncer de próstata.

Los participantes respondieron cuestionarios sobre su sexualidad (por ejemplo, si podían o no mantener una erección o si les faltaba deseo sexual), se les extrajeron muestras de sangre y se les hicieron otras pruebas.

Uno de cada cinco tenía un nivel de testosterona por debajo de los 300 nanogramos por decilitro, el umbral que Solvay y otros llaman “T baja”, mientras que dos de cada cinco presentaban por lo menos “un pequeño problema” en una o más áreas de la vida sexual.

De todas las determinaciones realizadas (edad, síntomas urinarios, índice de masa corporal -IMC- y diabetes), la testosterona mostró la asociación más débil con la función sexual.

“Se necesita mucha menos testosterona que lo pensado para la función sexual”, dijo Marberger, que publica los resultados en British Journal of Urology International. “La obesidad afecta mucho más la sexualidad”, agregó.

Estudios previos, por ejemplo, habían demostrado que la disfunción eréctil puede desaparecer sola en el tiempo, en especial en los hombres con peso normal.

Marberger, consultor de GlaxoSmithKline, agregó que los médicos suelen recetarles testosterona a sus pacientes demasiado rápido, cuando la hipertensión o la obesidad serían las causas reales.

Cada año, se recetan millones de dosis de testosterona en Estados Unidos y algunos fármacos son costosos. AndroGel, de Solvay, por ejemplo, cuesta unos 280 dólares por mes.

Puede causar inflamación articular y mamaria, pero Marberger dijo que la mayoría de los efectos secundarios no son graves.

El doctor Frederick Wu, de la University of Manchester, criticó algunos de los métodos utilizados para el estudio, pero coincidió con las conclusiones.

“La mayoría de los hombres con problemas de erección no tienen alteraciones hormonales” sino obstrucciones en los vasos del pene, dijo a Reuters Health.

Aun así, Wu señaló que estudios previos habían hallado que la función sexual se altera cuando la testosterona cae por debajo de cierto umbral, aunque existe un debate sobre cuál es ese nivel exactamente porque muchos de los síntomas que aparecen con la reducción de la testosterona (fatiga, depresión, pérdida de fuerza muscular y densidad ósea) son comunes con la edad.

“Suelen coexistir, pero se desconoce la relación causal”, dijo Wu. Fuente: Reuters

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