sábado, 22 de mayo de 2010

La Iglesia cubana le hará una propuesta al opositor cubano Guillermo Fariña para mediar con Castro ''imparcial''

El opositor cubano Guillermo Fariñas, quien lleva casi tres meses en huelga de hambre y sed, aceptó una eventual mediación de la Iglesia Católica con el Gobierno de Raúl Castro, para buscar una solución a la protesta que mantiene por la liberación de 26 prisioneros políticos que se encuentran en delicado estado de salud.

El canciller del Arzobispado de La Habana, monseñor Ramón Suárez Porcari, y el secretario Ejecutivo de la Conferencia Episcopal, monseñor José Feliz Pérez Riera, han visitado en dos ocasiones a Fariñas, quien desde el pasado 11 de marzo se encuentra ingresado en el hospital provincial Arnaldo Milián Castro de Santa Clara, para anunciarle que en los próximos días le presentarán una propuesta concreta.

"Ellos me preguntaron que si estaba de acuerdo en que actuaran como mediadores en el conflicto y yo no puse objeción", dijo el periodista independiente en declaraciones telefónicas a Europa Press, al aclarar que la "única" condición que impuso es que su participación fuese "imparcial".

Durante la última visita, que se produjo el pasado martes, Suárez Porcari y Pérez Riera informaron a Fariñas de que le presentarían una propuesta después de la reunión que sostuviesen con las "máximas autoridades cubanas" que finalmente se efectuó el miércoles.

"Ahora estoy a la espera de que lo que ellos me planteen para definir mi situación", dijo Fariñas, precisando que si la propuesta es "decorosa la aceptaremos" y levantaría la huelga de hambre, aunque aclaró que se mantiene firme en su protesta de que la única solución es la liberación de los prisioneros políticos enfermos.

Sobre este punto, el disidente cubano comentó que la Iglesia Católica maneja una cifra superior a 26 en lo que se refiere al número de presos opositores que se encuentran en delicado estado de salud y por quienes solicitarían una licencia extrapenal para que reciban atención médica adecuada, además de la "liberación paulatina de todos" los detenidos que, según cifras no oficiales, alcanzan los 200.

Por otra parte, el periodista independiente reveló que dos "altos diplomáticos" de "un país europeo y otro de América" han ido a visitarle para ofrecerse como "mediadores" en esta protesta que Fariñas comenzó el pasado 24 de febrero, un día después de la muerte del preso Orlando Zapata Tamayo. "Ellos me han pedido que no dé detalles sobre esto", acotó sin precisar el país de origen de los funcionarios.

"VER PARA CREER"

Fariñas no pone en duda que la participación de la máxima jerarquía católica en Cuba pueda tener un efecto positivo en la situación de la disidencia en la isla, pero antes de sacar una conclusión optimista prefiere aplicar la teoría de Santo Tomás de Aquino de "ver para creer".

"Cuando yo vea que hayan soltado a todos los presos políticos entonces podré decir que la Iglesia Católica está dando pasos fructíferos", aclaró, destacando que "lo importante aquí es la liberación de todos los prisioneros".

Castro recibió este miércoles al arzobispo de La Habana, Jaime Ortega, y al arzobispo de Santiago de Cuba y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, monseñor Dionisio García Ibáñez, en un encuentro histórico que duró más de cuatro horas en el que los representantes del Vaticano pidieron la puesta en libertad de los opositores que se encuentran tras las rejas.

A este respecto, Fariñas aseguró que Castro ha visto en la Iglesia Católica un "interlocutor válido" porque "prefieren negociar" con el prelado antes que con la oposición porque de esta manera "le darían credibilidad" a la disidencia que busca una alternativa al régimen comunista que gobierna en la isla desde hace más de 51 años.

Por su parte, el ministro de Exteriores cubano, Bruno Rodríguez, ha afirmado esta semana que la relación entre el Gobierno de Castro y la Iglesia Católica se ha mantenido de forma interrumpida desde la Revolución y en la actualidad atraviesa un momento "particularmente positivo".

Rodríguez subrayó en una entrevista a Europa Press que "hay un momento particularmente positivo en las relaciones" y consideró que "la Iglesia Católica en Cuba se preocupa por factores que conducen a la desestabilización y que afectan los propósitos en común en relación con el progreso y el bienestar de nuestro pueblo". Fuente: Reuters/EP

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