Pero aplausos y vítores recibieron al presidente de la nación, vestido con la toga azul de la institución, en la gran universidad católica del país.
El presidente, el sacerdote John Jenkins, resaltó su valor al acudir a la cita. Otro la hubiera evitado, dijo. "Es un hombre que no teme hablar con los que piensan diferente", puntualizó Jenkins. Los 2.900 alumnos que acaban el curso se pusieron en pie para agradecer a Obama su presencia.
el día anterior sucediese lo que todo el mundo temía. Detenciones por alteración del orden -19, entre ellas la de Norma McCorvey, la mujer conocida como Jane Roe y cuyo caso devolvió el aborto a Estados Unidos, con la histórica sentencia Roe versus Wade (apellido del juez) y que hoy ha visto la luz y lucha para que se revierta- y manifestaciones.
Ayer, más manifestaciones, con hombres y mujeres arrodillados, con pancartas contra el aborto, rezando en las cercanías donde Obama tendió puentes e intentó, una vez más, aunar voluntades. Pero grandes ovaciones cuando el presidente tomó el estrado.
"Debemos encontrar un camino que nos permita vivir juntos como una gran familia humana", declaró el presidente, en quizá el discurso más polémico e importante de su presidencia.
Obama habló de "terreno común" y de "abrir los corazones a aquellos que no piensan o sienten como nosotros". Obama llamó a "trabajar juntos para reducir el número de mujeres que abortan intentando rebajar la cantidad de embarazos no deseados y hacer más fácil la adopción".
Obama reconoció que el tema "es complejo y puede que irreconciliable entre las dos posturas". Por eso Obama pidió que se haga sin que las diferencias entre ambos grupos caigan "en la caricatura".
Y con comprensión. "Aquellos que claman contra la investigación con células madre están convencidos de que la vida es sagrada, pero también lo están los padres de un niño con diabetes que están convencidos de que el sufrimiento de su hijo o su hija puede tener cura".
La aparición de Obama en Notre Dame llega justo cuando una última encuesta revelaba la semana pasada que las actitudes de los norteamericanos respecto al aborto han cambiado significativamente. Por primera vez desde que en 1995 Gallup comenzase a hacer sondeos sobre este tema, el 51% de los ciudadanos se define como "provida" frente al 42% que se declara a favor del aborto.
Justo un año antes, el 50% de los estadounidenses declaraba ser pro aborto frente al 44% que decía ser provida. En este sentido, un estudio del Centro Pew asegura que la opinión pública está más dividida que nunca respecto a tan polémico asunto.
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